El otro barrio g¨®tico de Barcelona
Medio centenar de calles del Bes¨°s llevan nombres de artistas, pensadores y ciudades de la antigua Corona de Arag¨®n
El Barrio G¨®tico de Barcelona es una de las zonas m¨¢s concurridas y fotografiadas de la ciudad; sobre todo por miles de turistas que deambulan por las estrechas calles del n¨²cleo medieval que se superpuso a la colonia romana de Barcino, n¨²cleo primigenio de la actual ciudad. Pero existe otro barrio g¨®tico en Barcelona de aspecto menos monumental, menos concurrido y casi desconocido para los propios barceloneses, pero tan g¨®tico como el que acoge la catedral, Santa Maria del Mar o el Pi, la plaza del Rei y todos sus alrededores. Se trata del barrio del Bes¨°s, una zona en el suburbio de Barcelona que limita con la vecina Sant Adri¨¤ de Bes¨°s donde desde 1960 se puede pasear por m¨¢s de 50 calles, una al lado de la otra, que llevan el nombre de pintores y artistas g¨®ticos de primer nivel.
La lista es digna de un manual de buen arte medieval. En pintura, desde el gran maestro influido por la pintura flamenca Bartolom¨¦ Bermejo, hasta el mayor representante del g¨®tico internacional Bernat Martorell, pasando por Ferrer Bassa, Pere y Jaume Serra, Jaume Huguet, Llu¨ªs Borrass¨¤ o Llu¨ªs Dalmau, aut¨¦ntico dream team de la pintura g¨®tica catalana. Tambi¨¦n est¨¢n presentes en esta apartada zona de la ciudad arquitectos y maestros de obras como Arnau Bargu¨¦s y Jaume Fabre, que trabajaron y realizaron la traza de la catedral de Barcelona, Guillem Sagrera, que intervino en la catedral de Girona y la lonja de Palma de Mallorca y Pere Blai, algo posterior, que reform¨® el palacio g¨®tico de la Generalitat. Entre los escultores Pere Joan, autor del medall¨®n de Sant Jordi del patio de la Generalitat o Pere Moraguas y Pere Oller; escritores y poetas como Bernat Metge, Felipe de Malla, Joan Ro¨ªs de Corella, Ferran Valent¨ª, Andreu Febrer; cronistas como Bernat Desclot, e incluso reyes como Alfonso IV, el Magn¨¢nimo. Todos vivieron entre los siglos XIV y XV, en plena Edad Media.
Para ambientar, un buen n¨²mero de calles m¨¢s, las que van paralelas al mar, llevan el nombre de ciudades de la Corona de Arag¨®n tales como Mesina, Palermo, Beziers, Cardona, Prades, Narbona, Perpi?¨¢n, Epiro, Tesalia, Rodas y Catania, y as¨ª hasta 31 calles.
Para ambientar, un buen n¨²mero de calles m¨¢s, las que van paralelas al mar, llevan el nombre de ciudades de la Corona de Arag¨®n como Messina, Palermo, Beziers, Cardona, Prada, Narbona, Perpi?¨¢n, Epiro, Tesalia, Rodas y Catania, y as¨ª hasta 31 calles.
¡°?Artistas g¨®ticos?, g¨®tico soy yo¡±, exclama un joven sentado en uno de los bancos de las peque?as plazas que conforman estos bloques de viviendas en este barrio creado al final de los a?os 50 del siglo XX en un lugar donde hasta entonces hab¨ªa un extenso campo de unas 40 hect¨¢reas de productivos cultivos situados entre el final de la Gran V¨ªa, la actual rambla Prim, el r¨ªo Bes¨°s y el mar. ¡°No tengo ni idea de qui¨¦n son esos t¨ªos, yo pensaba que eran m¨¢s modernos¡±, asegura Pepi a la salida de uno de los peque?os comercios que hay en la calle m¨¢s regia, la de Alfonso IV el Magn¨¢nimo que gobern¨® de forma autoritaria en el siglo XV durante 40 a?os en Arag¨®n, Catalu?a, Valencia, Mallorca, Cerde?a y N¨¢poles, 28 de los cuales en guerra.
En 1958 el ayuntamiento de Josep Maria Porcioles puso el ojo a estos terrenos para construir un nuevo pol¨ªgono dentro del Plan de Urgencia Social del Patronato Municipal de la Vivienda, llamado ¡°Poblado Dirigido Sudoeste del Bes¨°s¡±, que ocupar¨ªa la mitad de los terrenos. Seg¨²n el expediente conservado en el Archivo Contempor¨¢neo de Barcelona, el concurso se convoc¨® en mayo de 1959 y la primera piedra se coloc¨® el d¨ªa de la Merc¨¨ de ese a?o. Antes hubo que expropiar los terrenos, situados en gran parte en t¨¦rmino de Barcelona y una peque?a parte de Sant Adri¨¤ del Bes¨°s, separados por la acequia de la Madriguera. El proyecto, ganado por el equipo de arquitectos Enric Giralt, Xavier Subias, Josep Puig y Pedro L¨®pez, contemplaba construir en una primera fase 3.000 viviendas ¡°modestas¡± para ¡°un usuario necesitado de casa digna, pero m¨ªnima¡±, por eso las viviendas tienen una media de 60 metros cuadrados de superficie. El Plan calculaba que el n¨²mero de habitantes ¨®ptimo ser¨ªa de 16.500, con una densidad de 856 habitantes por hect¨¢rea.
Ten¨ªan que darse prisa porque hab¨ªa que alojar a gran parte de los 18.000 barraquistas que hab¨ªa en el Somorrostro ¡ªel resto se llevar¨ªan a Montbau, donde el Ayuntamiento llevaba a cabo otra actuaci¨®n prevista de 1.440 viviendas, que acabaron siendo m¨¢s¡ª, que se quer¨ªa eliminar para construir el paseo mar¨ªtimo, que realizar¨ªan los mismos arquitectos. Y as¨ª fue. En seis meses las obras estaban terminadas y a finales de 1960 ya estaban ocupadas.
El precedente de 1863
El nomencl¨¢tor es un tema pol¨ªtico desde siempre. Cerd¨¤ quer¨ªa que sus calles se identificaran con n¨²meros y letras, pero el Ayuntamiento design¨® a Victor Balaguer, cronista de la ciudad desde 1853, para bautizarlas optando por poner en 1863 una toponimia identitaria de recuperaci¨®n de la patria catalana que para Balaguer era la Corona de Arag¨®n.
Desde entonces, miles de personas recorren por calles que llevan nombre de instituciones como Les Corts Catalanes, Consell de Cent, Casp, Diputaci¨®; territorios como Sardenya, C¨°rsega, Sic¨ªlia, Mallorca, Val¨¨ncia, Urgell, Arag¨®, N¨¤pols, Rossell¨® y Cal¨¤bria, entre otras.
Pero antes hubo que dar nombre a todas estas nuevas calles. El 17 de mayo de 1960 el Patronato de Municipal de la Vivienda se dirige al gerente del Ayuntamiento, para decirle que es ¡°indispensable se determinen a la mayor urgencia los nombres de las calles y numeraci¨®n de las casas, como medio a la identificaci¨®n¡±, ya que es inminente la entrega de las viviendas de Montbau y el Bes¨°s. El 7 de junio ya est¨¢ elaborado el proyecto de nomenclatura: para las dos v¨ªas m¨¢s importantes que ¡°limitan el poblado¡± se design¨® los nombres del rey Alfonso el Magn¨¢nimo y de San Raimundo de Penyafort, eminente jurista del siglo XIII. Para el resto, las que se dirigen de este a oeste, los nombres ¡°se toman de reconocidas personalidades catalanas sobresalientes en las letras, ciencias y en las artes, en los siglos de expansi¨®n de la Corona de Arag¨®n¡±. Para las que van de norte a sur nombres de ¡°comarcas, ciudades o villas que un d¨ªa dependieron del reino de Arag¨®n y Catalu?a y que han quedado ligadas hist¨®rica o culturalmente a nuestro pa¨ªs¡±. El 27 de julio de 1960 el Ayuntamiento lo aprueba y se incluyeron en el nomencl¨¢tor.
Francesca Espa?ol, historiadora del arte y medievalista, asegura que quien estuviera detr¨¢s de la elecci¨®n de estos nombres era un aut¨¦ntico especialista en la materia. ¡°No tiene aspecto de barrio g¨®tico, pero lo es¡±, explica esta profesora de la Universitat de Barcelona. En el expediente no se da ning¨²n nombre, pero ella apunta varios que en esos momentos estaban en la ¨®rbita del ayuntamiento de Porcioles: Joan Ainaud de Lasarte, director de los Museos de Arte de Barcelona entre 1948 y 1985; Agust¨ª Duran i Sampere, que dirigi¨® el Instituto Municipal de Historia de Barcelona hasta 1957, ¡°una persona muy respetable en esos momentos¡± y Frederic-Pau Verri¨¦, historiador que entre 1970 y 1972 y luego entre 1980 y 1985 dirigi¨® el Museo de Historia de Barcelona. Lo que est¨¢ claro para Espa?ol es que ¡°quien fuera meti¨® un gol a las autoridades. Estos personajes estaban libres de cualquier sospecha para el r¨¦gimen, pero no para los que los propon¨ªan, que sab¨ªan el sentido que ten¨ªa para Barcelona y Catalu?a¡±, resalta.
Hasta el 26 de abril de 1961, el ayuntamiento no aprob¨® la numeraci¨®n de todas estas calles, con lo que podemos imaginar el l¨ªo que supondr¨ªa para los vecinos. Y a¨²n seis a?os despu¨¦s, en julio de 1967, el Ayuntamiento recibi¨® una queja por la que 15 de las 50 calles continuaban ¡°sin placas de rotulaci¨®n¡±, motivando ¡°quejas del vecindario toda vez que las personas desconocedoras de la barriada que han de dirigirse a alguna de estas calles encuentran dificultades¡±. Un problema menor comparado con la falta de equipamientos y zonas verdes, la escasez de autobuses o el hecho de que el metro no lleg¨® hasta 22 a?os. De todas formas, el mayor problema estaba presente en el proyecto inicial del pol¨ªgono: la dificultad de desag¨¹e por la falta de cota, al estar los terrenos junto al mar que lo convert¨ªa en f¨¢cilmente inundable. Lo comprobaron los vecinos en las dram¨¢ticas inundaciones de septiembre de 1962.
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