La semana de todos los peligros
Si queda algo de sensatez y responsabilidad no hay que esperar al 2 de octubre para empezar a dialogar
Queda una semana y los augurios no pueden ser m¨¢s nefastos. Lo peor est¨¢ por llegar. El enroque es formidable, de un lado y del otro. Ni un paso atr¨¢s. La m¨¢quina judicial est¨¢ en marcha y no hay duda alguna de que arrollar¨¢ todo lo que encuentre a su paso. La movilizaci¨®n en la calle, de dudoso control, no ha hecho m¨¢s que empezar, y puede desembocar en un intento de huelga general. Ambas din¨¢micas convergen en un concepto nefasto de nuestra historia, una grave figura penal que muchos ven¨ªan pronunciando en sus grados de tentativa desde que Puigdemont iba enunciando sus prop¨®sitos pero que ahora toma cuerpo con las masas en la calle: la sedici¨®n.
El gobierno de Puigdemont sabe perfectamente que el refer¨¦ndum no se celebrar¨¢. Ha sido disuelta la Sindicatura Electoral, el organismo ¡°responsable de garantizar la transparencia y la objetividad del proceso electoral y el ejercicio efectivo de los derechos electorales¡±, con el objetivo de evitar la efectividad de las multas de 12.000 euros diarios acordada por el Tribunal Constitucional para sus miembros. Aunque es una forma reticente de obedecer al tribunal, el vicepresidente Junqueras asegur¨® que ¡°este organismo ha hecho ya su trabajo¡± y que su disoluci¨®n no afecta a la convocatoria a las urnas.
Las garant¨ªas que ofrec¨ªa la Sindicatura ya eran muy limitadas. Su creaci¨®n y los nombramientos salen de las turbulentas sesiones parlamentarias de los d¨ªas 6 y 7 de setiembre, en las que se aprobaron de forma antirreglamentaria y fraudulenta las dos leyes rupturistas con las que se pretend¨ªa organizar el plebiscito secesionista y proclamar al final los resultados, con el efecto ¡®legal¡¯ de activar el segundo de los textos ¡®legales¡¯, el que organiza la transici¨®n y la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Catalana.
Ahora el organismo que deb¨ªa garantizar todos estos pasos, la votaci¨®n, el recuento y la proclamaci¨®n de resultados, ha dejado de existir y en su lugar el gobierno de Puigdemont pretende que los s¨ªndicos destituidos trasladen la responsabilidad de su labor a una imprecisa agrupaci¨®n de entes p¨²blicos, acad¨¦micos y observadores internacionales, que sugieren el encargo de la tarea a una comisi¨®n sin cobertura legal alguna y el incumplimiento incluso de la ley del refer¨¦ndum.
La ¨²ltima y discutida garant¨ªa acaba de fundirse, pero el gobierno secesionista sigue empe?ado en proclamar que se celebrar¨¢ y en seguir sustentando la ficci¨®n de que tiene instrumentos para que as¨ª sea. Puigdemont ha hecho todo lo que estaba en su mano, y mucho m¨¢s, desoyendo cualquier criterio de prudencia y de legalidad. Ha desobedecido hasta l¨ªmites que nadie hubiera podido pensar en un presidente salido de las filas de la antigua Converg¨¨ncia, pero dotado de una obstinaci¨®n digna del militante m¨¢s radical de la CUP. Ahora se ha visto perfectamente porque cay¨® Mas y fue ¨¦l el elegido. El ¨²ltimo paso del calvario convergente era que su presidente trabajara para Esquerra y para la CUP.
En esta semana de todos los peligros la obstinaci¨®n de Puigdemont puede llevar a tirar dos piezas fundamentales del autogobierno a la hoguera de la movilizaci¨®n: el entero orden p¨²blico y los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos. El da?o que puede infligirse a s¨ª mismo el gobierno catal¨¢n es enorme, pero es muy intensa la tentaci¨®n de procurar un da?o mayor al gobierno de Rajoy demostrando que la democracia espa?ola se cae a trozos en sus manos. Como Sans¨®n que prefiere morir aplastado por el templo con todos los filisteos dentro, as¨ª est¨¢n actuando los dirigentes del Proc¨¦s. Saben que sin la recuperaci¨®n de la competencia de orden p¨²blico no hay autonom¨ªa y sin libertad de expresi¨®n no hay democracia. Si hasta ahora era m¨¢s que discutible que la prohibici¨®n de contratar publicidad institucional de un refer¨¦ndum ilegal por un tribunal fuera una aut¨¦ntica limitaci¨®n a la libertad de expresi¨®n, el control sobre los medios p¨²blicos catalanes desde el gobierno central no ofrecer¨ªa ya ning¨²n tipo de dudas a nadie.
Mossos y TV3 son los dos emblemas de ¨¦xito de la Catalu?a autogobernada hasta hoy mismo, algo que no debieran olvidar ni unos, los que est¨¢n dispuestos a tirarlos a la hoguera, ni los otros, que pueden tener la tentaci¨®n de aprovechar la circunstancia para tirarlos a la hoguera. El optimismo indeclinable del soberanismo puede crear espejismos venenosos. De llegar hasta tal punto, ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil recuperar el autogobierno con sus competencias actuales que restaurar el prestigio de la democracia espa?ola dentro de Europa.
Dice el ex presidente de la Generalitat, Jos¨¦ Montilla, que ¡°despu¨¦s del 1 de octubre har¨¢ falta dialogar, negociar y pactar¡±. ?No se puede hacer nada antes? ¡°Pedir prudencia, proporcionalidad y tratar de evitar las provocaciones¡±. O algo todav¨ªa mejor: decirles basta a Puigdemont y a Rajoy. Ambos ya han demostrado hasta donde pod¨ªan llegar. Cada uno tiene lo que quer¨ªa, Puigdemont la desobediencia, Rajoy la autoridad del Estado. Si queda algo de sensatez y responsabilidad no hay que esperar al 2 de octubre para empezar a ¡°dialogar, negociar y pactar¡±. Hay que hacerlo desde hoy mismo como pide Montilla.
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