Los gritos del silencio
Es muy extra?o que en un refer¨¦ndum que pretende ser la expresi¨®n m¨¢xima de la democracia sin l¨ªmites ni ataduras legales, solo se lea en los balcones una ¨²nica s¨ªlaba: 'S¨ª'
A pesar del ruido en la convocatoria unilateral del refer¨¦ndum del 1-O hay silencios que son toda una imagen: valen m¨¢s que mil palabras. El silencio del No. Es muy extra?o que en un refer¨¦ndum que pretende ser la expresi¨®n m¨¢xima de la democracia sin l¨ªmites ni ataduras legales, solo se lea en los balcones una ¨²nica s¨ªlaba: S¨ª. A los primeros que se atrevieron a decir no, a advertir que el primero de octubre no se contara con ellos, ejerciendo el democr¨¢tico derecho de abstenerse, les atizaron las izquierdas alternativas con un cartel con un no votes en boca de un Franco resucitado.
Pregunt¨¦monos qu¨¦ refer¨¦ndum europeo presenta un paisaje urbano donde solo es visible la posici¨®n del gobierno, el s¨ª. Pregunt¨¦monos por qu¨¦ en los balcones no asoma la cabeza del no. La concentraci¨®n en las plazas de los ayuntamientos contra los alcaldes ariscos en ning¨²n caso fue para defender el derecho a decidir de los ciudadanos. Todos sab¨ªan que, como en el 9N, las votaciones se har¨ªan en los institutos y otros locales, todos propiedad de la Generalitat. Gritaban para silenciar el no al 1-O y convertirlo en s¨ª, presionar a los ayuntamientos disidentes a dejar de serlo y sumarse a los setecientos que dan vivas al gobierno JXS¨ª, la CUP y a su presidente. Quer¨ªan que el mapa de Catalunya no fuese un mapa de debate, sino un mapa de adhesi¨®n.
Se vive la ley del silencio del no, ya sea para no votar, ya sea para votar No. El proc¨¦s ha despojado de prestigio social y pol¨ªtico a la disidencia. El diguem no, de Raimon, solo se admite en el cancionero, no en el discurso hegem¨®nico soberanista. Ni siquiera en una organizaci¨®n plural como los Comunes, con un 41% que vot¨® en contra de participar en el 1-O, ninguna de sus voces p¨²blicas se pronuncia por el No. Hacen m¨¢s que movilizarse, se movilizan por el S¨ª a la independencia puesto que sus s¨ªes van cayendo en sus declaraciones con las hojas del calendario. Quienes dicen qu¨¦ votar¨¢n, votar¨ªan s¨ª. Y quienes no, dan pistas. No votar¨¢n no.
Cuando el independentismo sensato se siente inc¨®modo siempre tiene un recurso f¨¢cil: el PP. Ha entrado con la ley en el cinto y la delicadeza de un elefante en una cacharrer¨ªa, convirtiendo la Constituci¨®n en un c¨®digo penal que igual vale para detener a un director general que para perseguir cubos de cola o arrancar carteles que dicen lo que lleva m¨¢s de un quinquenio diciendo TV3.
Sin embargo, los responsables del milagro de convertir un solo pueblo de Catalunya en dos, no est¨¢n en la Moncloa sino en el Palau de la Generalitat. ?Qu¨¦ hemos hecho para merecer esto, tanto mi vecino que desayuna con la estelada como yo, que me tomo caf¨¦ sin az¨²car? ?De qu¨¦ ha servido tanta movilizaci¨®n de millones de personas, tanta energ¨ªa social desperdiciada? Nunca tantos se hab¨ªan movido tanto y nunca hab¨ªan conseguido tan poco. El gobierno del tripartito en tres a?os convulsos aprob¨® un Estatut votado por la gente de Catalunya, sin ERC ni la CUP, pero siete a?os de atronador Gobierno independentista no han servido ni para saber qui¨¦n pagar¨¢ las n¨®minas a los funcionarios el mes que viene.
El proc¨¦s que ha subyugado a media Catalunya, se parece m¨¢s en la hora de la verdad a la pesadilla que empez¨® con las 48 horas negras del Parlament, con una presidenta que no sabe presidir y con un presidente que no sabe qu¨¦ decir cuando no le pregunta la Terribas, que a aquel pa¨ªs que promet¨ªa ponernos helado de postre cada d¨ªa. A horas del desenlace parece que nuestro Gobierno sea de adolescentes airados de Rebelde sin causa que no piensan saltar del coche en marcha, sino salvarse conduciendo el coche al abismo con nosotros dentro.
Despu¨¦s de practicar tantos a?os la valent¨ªa de la imprudencia, no se atreven a practicar la valent¨ªa del sentido com¨²n. El 1 de Octubre ir¨¢ como ir¨¢, pero si alguien no lo remedia, perderemos todos. El dia 2 amanecer¨¢, que no ser¨¢ poco, pero la pol¨ªtica no volver¨¢ a ser igual. A los gritos de la calle se sumar¨¢n los gritos del silencio, el sue?o estelado se despertar¨¢ con cara de espejismo, la nueva pol¨ªtica habr¨¢ perdido la inocencia, y la vieja pol¨ªtica habr¨¢ perdido la oportunidad de servir para hacer pol¨ªtica. Y el acuerdo de la Constituci¨®n del 78, con sus luces y sus sombras, seguir¨¢ siendo el momento m¨¢s alto de la democracia espa?ola. Sobre todo, compar¨¢ndolo con este septiembre negro.
Jos¨¦ Luis Atienza es coordinador del grupo federal de ICV y del promotor de un manifiesto a favor de no votar en el refer¨¦ndum
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