Hacer historia
El aparato coercitivo del Estado de derecho no puede ampararel nivel de violencia ejercido contra una poblaci¨®n cuya actitud expresaba cualquier cosa menos agresividad
Alguna vez le¨ª en un art¨ªculo de S¨¢nchez Ferlosio (o de Pradera, ya no recuerdo) sobre la contraposici¨®n entre hacer pol¨ªtica y hacer historia. Lo primero es gobernar el presente, lo segundo es entregarse al futuro y cumplir un destino.
Ayer, el independentismo, a pesar de todas las dificultades, hizo historia. Lo cual no es una novedad. Hace ya unos a?os que el independentismo hace historia: grandes movilizaciones ciudadanas y situaciones ¨¦picas como la de ayer orientadas a un destino inapelable. Pero esa impresionante capacidad para construir jornadas hist¨®ricas es inversamente proporcional a su nula capacidad pol¨ªtica: desde que se inici¨® el proceso, el independentismo ha sido incapaz de conseguir no ya la independencia (algo que probablemente no est¨¢ al alcance de su mano en el contexto actual), sino aliados institucionales relevantes a nivel internacional y nuevos aliados pol¨ªticos a nivel catal¨¢n. Apoyo moral, solidaridad humana, s¨ª, los ha conseguido; pero logros pol¨ªticos significativos, ninguno. A reserva de lo que ocurra a partir de hoy, que, honestamente, no creo que sea demasiado desde el punto de vista estrictamente pol¨ªtico, el Govern es un fracaso pol¨ªtico rotundo. Eso s¨ª, sabe hacer historia.
Pero uno tiene la impresi¨®n de que no solo los independentistas quer¨ªan hacer historia ayer. Tambi¨¦n el PP, o por lo menos Mariano Rajoy, lleva semanas intentando hacer historia. Por varias razones.
Una: porque su mediocridad absoluta le ha impedido hacer pol¨ªtica en este asunto (y en muchos otros). Dos: porque, contrariamente a lo que dicen los miembros del Gobierno, no est¨¢ aplicando el derecho, sino que, en parte, lo est¨¢ violando. Solo bajo una interpretaci¨®n torticera y antiliberal del derecho constitucional a la libertad de expresi¨®n puede pensarse que prohibir charlas a favor del refer¨¦ndum, cerrar p¨¢ginas webs de asociaciones independentistas e incautar carteles prorefer¨¦ndum es constitucional. Tres: porque es pr¨¢cticamente imposible deshacerse de la sospecha de que la motivaci¨®n ¨²ltima para la defensa de la unidad de Espa?a no es estrictamente jur¨ªdica, sino identitaria, o, m¨¢s bien, hist¨®rica. Aqu¨ª de lo que se trata, en el fondo, y a pesar del barniz legal, es de defender ¡°una de las naciones m¨¢s antiguas de Europa¡±, como se nos recuerda, para tortura de nuestros o¨ªdos, sistem¨¢ticamente.
As¨ª que el PP no pod¨ªa soportar que el Govern fuera el ¨²nico que hiciera historia y se ha unido a la fiesta contra la pol¨ªtica como solo la derecha nacionalista espa?ola sabe hacerlo con brutal entusiasmo, con desproporci¨®n. El aparato coercitivo del Estado de derecho no puede amparar el nivel de violencia ejercido ayer contra una poblaci¨®n cuya actitud expresaba cualquier cosa menos agresividad. Pero no solo porque la actitud de la gente era pac¨ªfica sino porque lo de ayer no fue un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, y no solo no lo fue con arreglo a los est¨¢ndares internacionales, sino que tampoco lo fue seg¨²n los propios modelos del Govern que, con la disoluci¨®n de la Sindicatura Electoral, de hecho hab¨ªa convertido la jornada de ayer en un acto de protesta masivo por todo el territorio catal¨¢n. As¨ª que no hab¨ªa ninguna necesidad de reprimir con esa brutalidad un acto que, en cualquier caso, no iba a tener efectos jur¨ªdicos vinculantes. De nuevo el PP quiso hacer historia, y nada m¨¢s.
Quiz¨¢s no es el d¨ªa m¨¢s indicado, porque el trauma generado por la violencia de ayer no ha sido procesado, pero en alg¨²n momento convendr¨ªa que las bases independentistas se preguntaran si la estrategia del Govern, consistente en poner deliberadamente en peligro a su propia poblaci¨®n para ganar cr¨¦dito moral en la arena internacional, debe ser revisada. Adem¨¢s, tambi¨¦n ser¨ªa oportuno que la izquierda independentista y la izquierda soberanista (los Comuns) tomara nota del hecho de que cuando se trata de reprimir la cuesti¨®n social ¡ªcomo ocurri¨® en el 15-M¡ª los Mossos no tienen problemas en comportarse como se comport¨® ayer la Polic¨ªa Nacional, pero cuando se trata de la cuesti¨®n nacional, los Mossos b¨¢sicamente se abstienen, como ayer, apoyando impl¨ªcitamente el marco independentista propuesto por el Govern. Que tomen nota de esto aquellos que sostienen que la independencia es para cambiarlo todo; aquella parte del Govern que controla a los Mossos, solo parece estar dispuesta a cambiar la cosa nacional, no la cosa social.
Nada de bueno, para nadie, saldr¨¢ de insistir en hacer historia. Todos perdemos. La ¨²nica manera en que todos ganemos algo es haciendo pol¨ªtica. Si los actuales pol¨ªticos son incapaces, que den un paso a un lado.
Pau Luque es profesor de Filosof¨ªa del Derecho en la UNAM.
El desaf¨ªo independentista catal¨¢n
Noticias, reportajes, opini¨®n, an¨¢lisis, fotograf¨ªas, cobertura en directo... toda la informaci¨®n sobre la consulta soberanista del 1-O y la respuesta del Gobierno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.