El secreto mejor guardado de Catalu?a
Miles de personas se coordinaron en pueblos y barrios para hacer llegar las urnas a los puntos de votaci¨®n
Durante muchos d¨ªas ha sido el secreto mejor guardado en cada pueblo y en cada barrio de Catalu?a. Mientras la tensi¨®n crec¨ªa a su alrededor durante los d¨ªas previos al refer¨¦ndum ilegal del 1-O, grupos reducidos de personas trabajan en secreto para hacer llegar a primera hora del domingo 10.000 urnas y millones de papeletas a los 2.315 puntos de votaci¨®n elegidos por la Generalitat. Una compleja operaci¨®n de log¨ªstica que, pese al esfuerzo de miles de polic¨ªas para abortarla, fue completada con gran precisi¨®n.
¡°Ha sido un trabajo colosal, solo posible gracias a miles de personas an¨®nimas [Catalu?a tiene 943 municipios]¡°, afirma sin ocultar su orgullo una persona que particip¨® en los preparativos en la zona de Tarragona. ¡°Cada uno sab¨ªa lo que ten¨ªa que hacer y prefer¨ªa ignorar todo el resto. Al principio era algo casi divertido, pero a medida que se acercaba el d¨ªa y se crispaba todo, te com¨ªan los nervios. No pod¨ªas compartirlo con nadie, ni con tu pareja¡±, a?ade.
La compra de las urnas era quiz¨¢ el punto m¨¢s delicado de todo el operativo. ¡°Con las papeletas hab¨ªa m¨¢s margen. Se pod¨ªan imprimir en varios sitios y en varias fechas. Pero encargar 10.000 urnas, recibirlas, guardarlas y distribuirlas era una jugada casi a cara o cruz. Si nos pillaban, no hab¨ªa plan b posible¡±, a?ade un alcalde de una localidad de la costa de Girona. ¡°Yo mismo no tengo ni idea ni quise saber qui¨¦n se encarg¨® de ello. Pero no han sido m¨¢s de cinco seis personas¡±.
Las urnas fue fueron compradas a la empresa China Smart Dragon Ballot Expert, que las envi¨® a la localidad de Elna, en la Catalu?a francesa, seg¨²n avanz¨® ayer el diario Ara. De all¨ª, en viajes en furgoneta, las que han acabado siendo uno de los principales s¨ªmbolos de la consulta fueron introducidas a Espa?a. El secretismo y el reducido n¨²mero de personas que participaron en esta fase del operativo impide conocer muchos m¨¢s detalles de c¨®mo se organiz¨® su custodia y reparto.
¡°Yo no supe ni quise saber nada de las urnas¡±, asegura un alcalde de la comarca del Moian¨¨s (en la Catalu?a central). ¡°Todos sab¨ªamos que hab¨ªa un coordinador y le dejamos trabajar. Lo ¨²nico que me llegaba era que estuviera tranquilo, que llegar¨ªan a tiempo", admite. La discreci¨®n fue total: ¡°Muchos debemos tener el tel¨¦fono pinchado, as¨ª que nadie ha hablado de esto por tel¨¦fono ni mandado mensajes. Todo se ha hecho en persona¡±, a?ade.
Otro regidor de la vecina comarca del Bages explica que no supo c¨®mo llegar¨ªan las urnas ¡°hasta una reuni¨®n a las nueve de la noche del s¨¢bado¡±. ¡°Luego me lo ha contado. En el pueblo ten¨ªamos tres centros de votaci¨®n y 10 urnas. Cada centro ten¨ªa su responsable y una cuarta persona les coordinaba¡±, explica. Fue este ¨²ltimo quien recibi¨® la llamada para ¡°ir a un pol¨ªgono entre las 12 y la una de la madrugada¡±. ¡°Le pidieron que no fuera con su coche, sino con el de alg¨²n amigo. All¨ª se las dieron y las dej¨® en el maletero toda la noche. Luego qued¨® entre las cinco y las siete de la madrugada con los responsables de los centros de votaci¨®n. Uno a uno y por separado, tambi¨¦n en lugares discretos y con sus coches. Aqu¨ª las urnas fueron saltando de maletero en maletero hasta llegar al colegio¡±, a?ade.
En muchos otros casos, las urnas llegaron a los municipios d¨ªas antes de la votaci¨®n y fueron guardadas en todo tipo de lugares: talleres, viviendas, coches, iglesias... ¡°Yo recib¨ª las urnas el mi¨¦rcoles pasado. Me llam¨® una persona del partido y me pregunt¨® si esa tarde estar¨ªa en casa. Era la se?al¡±, explica un alcalde del Empord¨¤ que asumi¨® personalmente la custodia. ¡°Llev¨¦ dos al desv¨¢n y otra la guard¨¦ en una habitaci¨®n. El peor momento fue cuando me despist¨¦ y las vio mi hija, que tiene ocho a?os. Le tuve que decir muy serio a la pobre: 'T¨² no has visto nada¡¯¡±.
Tambi¨¦n en el Empord¨¤, otro alcalde pas¨® un mal rato cuando viajaba con la furgoneta cargada con material del refer¨¦ndum y dos agentes de la Guardia Civil se acercaron al veh¨ªculo: ¡°Pas¨® el peor momento de su vida¡±, recuerda un compa?ero de partido. ¡°Al final solo le preguntaron c¨®mo llegar a un pueblo y ni miraron qu¨¦ llevaba. Se hab¨ªan perdido. La verdad es que iban muy perdidos y no conoc¨ªan ni el territorio¡±.
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