¡°Hab¨ªa un protocolo para esconder las urnas en solo un minuto¡±
Los movimientos sociales se organizaron durante horas en algunos centros c¨ªvicos para lograr votar
Una enorme pancarta luce en lo alto de la plaza del centro c¨ªvico Cotxeres de Sants, entre las naves donde se guardaban los tranv¨ªas durante el siglo XX. ¡°El feixisme avan?a si no se'l combat! [El fascismo avanza si no se le combate]¡±, reza el cartel, que se erige como una de las pruebas de la fuerza que los activistas y movimientos sociales tienen en este antiguo barrio obrero de Barcelona. Aqu¨ª, el pasado domingo, cientos de personas se concentraron durante toda la madrugada, el d¨ªa y la noche con el ¨²nico objetivo de que la polic¨ªa no se llevara las urnas. Y, para ello, recurrieron a esa red de organizaciones tejida desde hace lustros. "Hoy [lunes], por ejemplo, mand¨¦ unos mensajes para que nos concentr¨¢ramos en la puerta por las cargas policiales. Y, pese a que solo hab¨ªa unas horas de margen, nos hemos congregado casi 200 y hemos cortado la calle", explica Joan Manuel Parisi, de 61 a?os, directivo de este centro y gerente durante casi dos d¨¦cadas.
Los impulsores del refer¨¦ndum ilegal se valieron de particulares de toda Catalu?a para esconder las urnas durante d¨ªas y burlar as¨ª los controles de la Polic¨ªa Nacional y de la Guardia Civil. No fue hasta la madrugada del domingo cuando las sacaron de sus escondites y empezaron a repartirlas por los colegios electorales. Entre ellos, varios centros c¨ªvicos de la capital ¡ªlocales municipales donde se imparten talleres, cursos y actividades culturales para fomentar la participaci¨®n de los vecinos y la cohesi¨®n social¡ª.
Pero la tarea de los activistas no acababa ah¨ª. Despu¨¦s, deb¨ªan proteger las urnas. "Estaban muy organizados. Hab¨ªa un protocolo de actuaci¨®n para esconderlas si ven¨ªa la polic¨ªa. En un solo minuto pod¨ªamos evacuarlas, junto a los ordenadores. Por eso se le dec¨ªa a la gente, agolpada delante del edificio, que solo ten¨ªan que aguantar dos minutos si ven¨ªan a llev¨¢rselas", detalla Parisi, que cree que los antidisturbios no vinieron a las Cotxeres "porque aqu¨ª hay mucho m¨²sculo asociativo". Los congregados se hab¨ªan preparado para hacer cadenas humanas e impedir as¨ª el acceso de los agentes.
"Aqu¨ª no hubo ning¨²n tipo de incidente, m¨¢s all¨¢ de que se cay¨® la web de votaci¨®n en alg¨²n momento. Por la noche s¨ª que vimos coches de la polic¨ªa, pero pasaban de largo", relata Esther Panadero, de 38 a?os, que regenta un quiosco colocado en la misma acera del centro c¨ªvico, a solo tres metros de la puerta. "Pero no hab¨ªa miedo. Ayer era un d¨ªa de resistencia pac¨ªfica", remacha Parisi.
La emoci¨®n desborda el relato de los presentes aqu¨ª el domingo. ¡°Pas¨¦ la noche all¨ª para defenderlo¡±, cuenta un joven sobre un punto donde se sucedieron las largas colas, los c¨¢nticos (con Els segadors como melod¨ªa estrella), los gritos ("Hemos votado") y los lemas ("Els carrers seran sempre nostres [las calles ser¨¢n siempre nuestras]"). Toda una bater¨ªa de escenas que tambi¨¦n se reprodujeron en el centro c¨ªvico El Sortidor, en el barrio de Poble Sec. "El domingo no est¨¢bamos abierto como centro c¨ªvico, sino como colegio electoral", contesta uno de sus trabajadores a EL PA?S.
Esta respuesta se enmarca dentro de las sanciones a los que se pueden enfrentar los empleados municipales de estas instalaciones, despu¨¦s de que el Tribunal Constitucional suspendiera la ley del refer¨¦ndum y de que un informe del secretario del Ayuntamiento rechazase ceder los locales consistoriales. Pese a ello, el Gobierno de Carles Puigdemont incluy¨® varios de estos centros en la lista de puntos de votaci¨®n. Y, por su parte, Ada Colau afirm¨® que facilitar¨ªa la celebraci¨®n de la consulta, pero que no expondr¨ªa a los trabajadores p¨²blicos.
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