Alberto San Juan trae a Catalu?a su ¡®Espa?a ingobernable¡¯
El actor y autor, acompa?ado a la guitarra por Fernando Egozcue, presenta en el Romea un intenso relato de las luchas populares
La que est¨¢ cayendo en Catalu?a y Alberto San Juan se planta en el Romea, a dos minutos de las Ramblas, con dos espect¨¢culos, dos, sobre Espa?a. ¡°Es arriesgado, s¨ª. Traigo dos obras y cada una lleva la palabra ¡®Espa?a¡¯ o ¡®espa?ol¡¯, en el t¨ªtulo¡±, dice, en tono de broma, el actor y autor de Espa?a ingobernable , un recital de ¡°canciones indignadas y prosas indignantes¡± que est¨¢n en cartel hasta el domingo. El fin de semana, San Juan har¨¢ doblete y representar¨¢ tambi¨¦n su ya conocido Autorretrato de un joven capitalista espa?ol.
San Juan siempre ha sido bien recibido en Barcelona, donde tiene ya un p¨²blico fiel, que sabe lo que le viene a contar: ¡°Es un relato fragmentado de las principales luchas populares que ha habido por la liberaci¨®n en una Espa?a que es ingobernable porque no se deja gobernar, una Espa?a que tiene la osad¨ªa de quererse gobernar¡±, explica. Sobre el escenario, ¨¦l, de pie, paseando, recitando (cantando, incluso) textos suyos, pasajes de discursos del mism¨ªsimo Franco o del general Mola, o versos de Lorca, de Cernuda, de Miguel Hern¨¢ndez o de Pem¨¢n, o de Albert Pla (¡°no le he pedido permiso¡±, advierte; habr¨¢ confianza¡). Sentado, guitarra en mano, Fernando Egozcue, que ha compuesto la m¨²sica, ¡°sensible, visceral, intensa¡±, sobre la que discurre la narraci¨®n.
¡°Este relato, que empieza en la Segunda Rep¨²blica y llega hasta hoy, ahora mismo tiene su epicentro clar¨ªsimamente en Catalu?a¡±, asume el autor, que se declara profundamente soberanista (¡°que no es necesariamente ser independentista¡±, aclara): ¡°Estoy a favor del derecho a decidir¡±, dice. ¡°Yo tambi¨¦n quiero decidir, y decidir tambi¨¦n si quiero que me gobierne un rey, o si quiero que se privaticen los recursos naturales¡±. De esta libertad luchada y sufrida en las plazas habla la obra. ¡°De esa Espa?a que sale a la calle en Murcia, o que sali¨® en Gamonal, en Burgos, o la del 15M, que reclama su derecho a decidir c¨®mo quiere vivir¡±. Habla de la historia no oficial: ¡°Todos los cambios profundos siempre se han producido al margen de las estructuras de poder¡±, argumenta. ¡°El fin del franquismo se cuenta como un logro institucional, ocult¨¢ndose la historia m¨¢s rica de ese cambio social, que se forj¨® en las asambleas y en las f¨¢bricas mucho m¨¢s que en los despachos¡±.
El hilo argumental es el pueblo: ¡°El vulgo, los de abajo, la chusma. La ciudadan¨ªa¡±, dice, categ¨®rico, San Juan. ¡°Los que peri¨®dicamente se organizan para decir basta, para mejorar la condici¨®n humana¡ y para que el poder los aplaste en nombre de su sistema, el que funciona, seg¨²n ¨¦l¡±. De hecho, el espect¨¢culo no tiene un final: ¡°En todo caso, un cl¨¢sico ¡®continuar¨¢¡¡¯ porque seguimos, unos y otros, cada uno por la senda que entienda, reclamando o reprimiendo¡±. Relacionando, de nuevo, el tema con la ocupaci¨®n de las calles y con la situaci¨®n catalana, San Juan no se muerde la lengua: ¡°No nos enga?emos, ha habido una campa?a medi¨¢tica que ha sabido centrar muy bien en Puigdemont, en Artur Mas y en su partido corrupto lo que est¨¢ ocurriendo aqu¨ª. Pero no. Esto va mucho m¨¢s all¨¢, esto lo mueve la gente en la calle¡±, declara.
Pese a la trascendencia de los temas que aborda, el p¨²blico se lo va a pasar bien. ¡°El elemento humor¨ªstico de tantos a?os en Animalario, con Andr¨¦s Lima, siempre est¨¢ ah¨ª¡±, subraya, con orgullo, el autor. ¡°Lo primero que busco al subir al escenario es que la gente se lo pase apasionadamente bien, que se r¨ªa, que disfrute y que se le remuevan las emociones¡±. Adem¨¢s, Alberto San Juan huye de cualquier tipo de adoctrinamiento: ¡°Nunca caer¨ªa en la soberbia de creer que yo puedo ense?ar nada a nadie¡ Cada uno piensa lo que quiere¡±.
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