Unos pierden clientes, otros llenan la caja

El pasado 20 de septiembre, el gigante japon¨¦s del sector textil, la cadena de moda Uniqlo, aterrizaba en Barcelona con una gran tienda en la esquina entre el Paseo de Gr¨¤cia y la Gran V¨ªa. No fue ni por asomo la noticia del d¨ªa. Poco antes de abrir, agentes de la Guardia Civil entraron en el Departamento de Econom¨ªa de la Generalitat, a pocos metros de distancia, en busca de pruebas sobre la preparaci¨®n del refer¨¦ndum independentista del 1 de octubre. La presencia policial provoc¨® una concentraci¨®n espont¨¢nea que acab¨® de madrugada, y dio inicio a unas semanas en las que el centro de Barcelona se ha visto agitado por m¨¢s de una docena de manifestaciones. Con la actualidad pol¨ªtica instalada en la calle, comerciantes y responsables de restaurantes y bares aseguran que las movilizaciones han tenido consecuencias palpables. Mientras algunos lamentan p¨¦rdidas econ¨®micas, otros aseguran que la afluencia de gente ha sido positiva para sus negocios.

El centro de la ciudad ha sido el escenario, en el ¨²ltimo mes, de protestas de todo tipo y magnitud: desde las independentistas hasta las unionistas, pasando por la propia celebraci¨®n del refer¨¦ndum, la manifestaci¨®n que reclamaba di¨¢logo entre las instituciones, o hasta concentraciones ultraderechistas. ¡°Todas estas convocatorias frenan absolutamente la actividad comercial: se nota m¨¢s en la demanda interna, ya que son los vecinos los que o bien tienen miedo, o bien est¨¢n en las protestas, y por lo tanto no van a comprar¡±, afirma Gabriel Jen¨¦, presidente de la asociaci¨®n de ejes comerciales Barcelona Oberta.

Jen¨¦ ya ha pedido a las entidades convocantes que valoren lugares alternativos, como el F¨°rum o la Avenida Meridiana. ¡°Lamentablemente, habr¨¢ muchas m¨¢s manifestaciones, tendremos que ser imaginativos con los espacios¡±, sugiere.

El comercio es el sector que m¨¢s est¨¢ sufriendo. Seg¨²n Barcelona Oberta, los locales del centro de la ciudad han disminuido su actividad entre un 20 y un 30%. Durante la huelga general y el llamado ¡°paro de pa¨ªs¡± del 3 de octubre para protestar contra la actuaci¨®n de la polic¨ªa por el refer¨¦ndum, tanto El Corte Ingl¨¦s como Fnac, Apple o el mismo Uniqlo cerraron antes de tiempo por las movilizaciones. Tambi¨¦n lo hicieron durante el refer¨¦ndum, a pesar de que era un domingo de libre apertura en Barcelona. Fuentes de Uniqlo afirman, a pesar de todo, que se han cumplido las expectativas de negocio.

Los restaurantes y los bares del centro de la ciudad se muestran m¨¢s divididos sobre el impacto de la movilizaci¨®n constante. Donde tuvo una imagen m¨¢s negativa fue en la terraza del bar Zurich de la plaza de Catalu?a. Era 12 de octubre, y dos grupos de ultras, que celebraban el D¨ªa de la Hispanidad, se enzarzaron en una pelea con las sillas del bar como arma arrojadiza. ¡°Tuvimos que cerrar m¨¢s pronto de lo normal, y a estas p¨¦rdidas hay que sumarles los desperfectos¡±, se queja Estevao, un camarero brasile?o de este hist¨®rico local, quien recuerda que, durante las dem¨¢s movilizaciones, no hubo ¡°ning¨²n problema¡±. Tampoco est¨¢ contenta Bibiana Gonz¨¢lez, quien trabaja en un quiosco del Paseo de Gr¨¤cia: ¡°Con tanta mani no se vende nada, solo botellas de agua, chicles y banderas que tengo escondidas dentro¡±.

La gran afluencia de gente, en cambio, ha sido en el ¨²ltimo mes una buena noticia para algunos establecimientos. Mientras la terraza del bar Ciudad Condal en la Rambla de Catalu?a estaba ocupada por manifestantes durante la concentraci¨®n delante del departamento de Econom¨ªa, el bar Obama, a pocos metros, llen¨® la caja. Tambi¨¦n el Viena de Ronda Sant Pere estaba hasta los topes despu¨¦s de la manifestaci¨®n silenciosa de la semana pasada, que ped¨ªa la libertad de Jordi S¨¢nchez y Jordi Cuixart, presidentes de ANC y ?mnium. Y otra gran marcha, esta vez unionista, convocada por Societat Civil Catalana el pasado 8 de octubre, todav¨ªa despierta sonrisas entre los camareros del bar de la Estaci¨®n de Francia, delante del escenario donde se hicieron los parlamentos. Lo recuerda una camarera: ¡°Hab¨ªa much¨ªsima gente consumiendo, nos fue requetebi¨¦n, si hubiese una manifestaci¨®n cada d¨ªa, el jefe estar¨ªa saltando de alegr¨ªa¡±.