2.500 archivos confidenciales cayeron en manos de narcos gallegos
Dos guardias civiles ser¨¢n juzgados en Pontevedra por ¡°soplar¡± operaciones y datos encriptados de confidentes
Llevaban seis meses actuando como ¡°agentes dobles¡± y ya hab¨ªan desbaratado cuatro redadas policiales que ten¨ªan en el punto de mira a grupos de narcotraficantes que importaban coca¨ªna a Galicia. Tras ser detectadas las primeras fugas de informaci¨®n en febrero de 2013, una investigaci¨®n interna en la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra descubri¨® a los supuestos topos: dos j¨®venes guardias, uno de ellos miembro del Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) y el otro, de la Secci¨®n de Patrimonio de la Unidad Org¨¢nica de Polic¨ªa Judicial.
Javier L¨®pez Su¨¢rez, de 33 a?os, y Diego Font¨¢n Cuesta, de 34, recopilaron presuntamente material sensible, tanto inform¨¢tico como fotogr¨¢fico que hac¨ªan llegar a los grupos de narcos investigados. Operativos, seguimientos de la unidad, oficios para solicitar pinchazos telef¨®nicos, listado de agentes y sus confidentes o cualquier documento tramitado ante los juzgados llegaban a manos de los objetivos policiales, seg¨²n la investigaci¨®n.
En total, los dos guardias recopilaron 2.500 archivos en los que se filtraban actividades y estrategias operativas de los servicios antidroga que Javier L¨®pez pasaba a su compa?ero Diego Font¨¢n. La informaci¨®n llegaba a un presunto narco de Vilanova de Arousa, Juan Carlos Santorum Navazas, que hac¨ªa de mensajero y enlace entre los agentes y los traficantes. En su ordenador personal se encontraron hasta 500 de los archivos confidenciales que hab¨ªan salido de la Comandancia de Pontevedra.
Font¨¢n, hijo de otro guardia que hab¨ªa pertenecido tambi¨¦n a la misma unidad de informaci¨®n, era el encargado de citarse con el intermediario y darle los soplos. Seg¨²n el escrito de acusaci¨®n del fiscal, ¡°los dos imputados y el presunto traficante, formaban parte de un grupo criminal que ten¨ªa por finalidad la obtenci¨®n de informaciones secretas y su posterior revelaci¨®n a los presuntos narcotraficantes implicados en ellas.¡±
Los tres ser¨¢n juzgados a partir de este martes en la Audiencia de Pontevedra. La fiscal¨ªa pide para los agentes 13 a?os de prisi¨®n por revelaci¨®n de secretos, encubrimiento y delito contra la intimidad al haber desvelado la identidad de confidentes. ¡°Fueron en todo momento conscientes de la ilegalidad de sus comportamientos, al conocer el perjuicio que para la administraci¨®n p¨²blica y para los particulares afectados se generaba con su conducta, as¨ª como de las graves consecuencias que ello ten¨ªa para las investigaciones, actuando de manera concertada y coordinada¡±, se?ala la acusaci¨®n p¨²blica.
La primera pista
Una fotograf¨ªa en la que aparec¨ªan varios traficantes que organizaron env¨ªos de coca¨ªna y que desapareci¨® del juzgado donde se instru¨ªan unas diligencias secretas contra el grupo puso en alerta a los investigadores. La prueba documental fue entregada por Javier L¨®pez a Diego Font¨¢n y este al intermediario que a su vez se la facilit¨® a los traficantes, ¡°quienes a partir de ese momento extremaron las medidas de seguridad¡±, afirma el fiscal.
Dos meses despu¨¦s, el mismo agente de la unidad antidroga copi¨® de un ordenador informaci¨®n referente a una investigaci¨®n cuyo objetivo era otro presunto narcotraficante, Ricardo Torrado Alonso, alias Chechu, en un juzgado de Vilagarc¨ªa de Arousa. La informaci¨®n lleg¨® hasta el imputado y por este motivo se frustr¨® la operaci¨®n y las diligencias que todav¨ªa estaban secretas se archivaron.
La filtraci¨®n de datos continu¨® hasta un mes antes de ser detenidos ambos guardias, cuando estos se re¨²nen con el confidente para alertarle de las detenciones que hab¨ªa ordenado un juez para que los traficantes involucrados fueran advertidos. A partir de entonces, los narcos dejaron de utilizar los tel¨¦fonos m¨®viles que estaban pinchados y modificaron sus movimientos hasta el punto que la redada contra ellos tuvo que ser desactivada.
Entre la relaci¨®n de datos robados tambi¨¦n apareci¨® un archivo inform¨¢tico que conten¨ªa el listado de las llamadas de la polic¨ªa a ¡°fuentes vivas¡± o confidentes que colaboraban con el equipo antidroga. A esta informaci¨®n solo ten¨ªan acceso el teniente jefe y el sargento del grupo y estaba protegida mediante contrase?a y encriptaci¨®n, al contener datos reservados de las fuentes cuya filtraci¨®n supon¨ªa un grave riesgo para la integridad f¨ªsica de estos colaboradores.
Los agentes llegaron incluso a pasar informaci¨®n personal reservada de los propios miembros de la unidad ECO Galicia que tambi¨¦n se encontraba en un archivo inform¨¢tico que conten¨ªa un listado con las credenciales de cada uno y sus cometidos en este grupo de ¨¦lite de la Guardia Civil.
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