Naomi Klein: ¡°El futuro es radical: en lo ambiental y en lo pol¨ªtico¡±
¡°La respuesta de Rajoy a Catalu?a es incendiaria, un ataque a la democracia¡±, afirma la periodista y activista en la presentaci¨®n de su libro 'Decir no no basta' en Barcelona
Como en una apocal¨ªptica versi¨®n de Cenicienta, el reloj del colapso medioambiental se acerca a medianoche. Y como ¡°reconocer que el cambio clim¨¢tico va en serio es tanto como reconocer el fin del proyecto neoliberal¡± es algo que las ¨¦lites no se pueden permitir, el resto de la sociedad ha de actuar ya. Eso por no a?adir la llegada de Trump a la presidencia de EE UU. Decir no no basta es como ha formulado la situaci¨®n, en formato libro (Paid¨®s; Emp¨²ries, en catal¨¢n), la periodista y activista Naomi Klein (Montreal, 1970), que ha abandonado sus prestigiosos vol¨²menes muy anal¨ªticos y de profusas notas (No logo; La doctrina del shock¡) por un manifiesto urgente que llama a la movilizaci¨®n y a la batalla: desde la jur¨ªdica a las de las calles y las f¨¢bricas.
Pregunta. Desde 2008 vivimos una brutal deconstrucci¨®n de la esfera p¨²blica, la p¨¦rdida de seguridad laboral y ambiental, paro (especialmente juvenil) alt¨ªsimo, pero parece haberse truncado la trayectoria contestataria que hab¨ªa en 2011. ?La gente se ha convencido de que el sistema est¨¢ tan corrompido que no hay nada que hacer y que el desastre clim¨¢tico es inevitable?
Respuesta. Sin duda, una de las grandes batallas hoy es luchar contra ese sentimiento de que el colapso es irreversible; no ayuda nada ese boom de la ficci¨®n dist¨®pica, con colapso econ¨®mico y oligarqu¨ªas de ricos que tienen seguridad, esp¨ªas, leyes y pa¨ªses casi propios.Trump es la distop¨ªa hecha realidad, por ello en EE UU puede haber cierto sentimiento de complacencia de esas ¨¦lites y de resignaci¨®n en el resto; pero mucha gente lucha contra ello.
P. Una idea transversal del libro es que se est¨¢ dando un secesionismo psicol¨®gico de la gente: una parte de la sociedad m¨¢s pudiente se desentiende de la otra, hasta el extremo de crearse zonas verdes, con gente que puede pagarse hasta seguridad o bomberos privados, y zonas rojas, con gente con cada vez menos protecci¨®n p¨²blica. ?La sociedad es hoy menos democr¨¢tica y solidaria?
R. S¨ª, me temo que es menos democr¨¢tica, pero es fruto de la desigualdad que la gente ve en su entorno. Los ricos creen que se podr¨¢n proteger ellos solos del impacto medioambiental que genera el neocapitalismo salvaje. Hay una guerra contra la democracia porque el sistema cada vez m¨¢s est¨¢ construido para servir a las ¨¦lites y eso choca con la democracia real porque es mucha m¨¢s la gente que tiene menos protecci¨®n¡ Todo esto desanima a la gente para que no vote: fueron 90 millones de estadounidenses los que no lo hicieron en las ¨²ltimas elecciones.
Una de las grandes batallas hoy es luchar contra ese sentimiento de que el colapso es irreversible; no ayuda nada ese 'boom' de la ficci¨®n dist¨®pica. Trump es la distop¨ªa hecha realidad
P. ?Y esa abstenci¨®n?
R. Buena parte fueron simpatizantes dem¨®cratas, que no vieron en su partido una alternativa real, ten¨ªan poco que proponer a los que sufren; fueron los dem¨®cratas los que perdieron esas elecciones con sus falsas soluciones.
P. Del libro se deduce tambi¨¦n la debilidad del liderazgo de izquierdas: Hillary Clinton no acept¨® el salario m¨ªnimo de 15 d¨®lares por hora; dice que Obama perdi¨® en 2008 una gran oportunidad con la crisis bancaria¡ ?Est¨¢ pidiendo m¨¢s radicalidad a los dirigentes de izquierdas?
R. Hillary no es de izquierdas: ella es paradigma del colapso del centro pol¨ªtico; Bill fue el adalid de la desregulaci¨®n financiera y apoy¨® el NAFTA: los Clinton son el s¨ªmbolo de la cada vez mayor separaci¨®n de los dem¨®cratas de sus bases¡ Alexis Tsipras, en Grecia, demostr¨® que sus propuestas eran insuficientes, no era lo que la gente esperaba¡ Necesitamos soluciones a la altura de la crisis actual, no se puede seguir con la l¨®gica de los a?os 90; ya hay l¨ªderes que empiezan a darse cuenta.
P. Por ejemplo¡
R. Jeremy Corbyn: desde el propio Partido Laborista se filtr¨® su manifiesto porque, por radical, creyeron que le destruir¨ªa, que ser¨ªa la nota de suicidio m¨¢s larga de la Historia, y resulto que casi le hizo ganar¡ Es un ejemplo m¨¢s de la desconexi¨®n entre partidos y el sentimiento popular: a la gente le encant¨® porque vieron ah¨ª un s¨ª, adem¨¢s de un no.
P. ?Mejor proponer esos contenidos para que se incorporen al programa de los partidos o mejor crear de nuevos, tipo Podemos, o la CUP o En Com¨² en Catalu?a?
El neoliberalismo, como construcci¨®n intelectual, ha quedado superado desde 2008: se vend¨ªa como una utop¨ªa mundial, la famosa aldea global, ?recuerda? Todos estos ide¨®logos se han ido hoy ya a los para¨ªsos fiscales
R. La g¨¦nesis de Podemos era atractiva porque parec¨ªa una estructura pol¨ªtica m¨¢s porosa para que la direcci¨®n fuera asumiendo iniciativas provenientes de las bases¡ El problema es que no hay hoy partidos pol¨ªticos que est¨¦n en sinton¨ªa con lo que ocurre y ya no podemos esperar m¨¢s para cartografiar la situaci¨®n y tomar medidas; o los partidos se democratizan o la democracia pasar¨¢ y se dar¨¢ fuera del proceso pol¨ªtico. Insisto: Corbin est¨¢ democratizando uno de los partidos m¨¢s antiguos del mundo¡ Por otro lado, en sistemas sin representaci¨®n proporcional, con dos o tres partidos predominantes, es dif¨ªcil que surjan nuevos partidos porque tampoco se trata de dividir m¨¢s el voto progresista y perpetuar a la derecha: se trata de crear insurgencias internas que hagan que los partidos sigan m¨¢s a las bases y sean m¨¢s democr¨¢ticos.
P. Al menos dos veces en el libro llama a huelgas, manifestaciones y batallas judiciales. ?No teme una radicalizaci¨®n de la sociedad con esas estrategias?
R. Es cierto que puede haber esa radicalizaci¨®n, y en EE UU a¨²n es m¨¢s debatible porque es una sociedad muy armada, normalmente m¨¢s en la derecha, pero destaco la importancia de las manifestaciones porque cuanto m¨¢s grande y amplia sea la resistencia menos vulnerable ser¨¢ a la fuerza extrema del Estado. Y cuanto m¨¢s diversas y plurales sean esas manifestaciones, mejor: si s¨®lo los m¨¢s marginados se manifiestan se ejercer¨¢ una fuerza concentrada sobre ellos; si es una muestra muy transversal de la sociedad --con la clase media, los blancos-- habr¨¢ menos represi¨®n¡ No se trata de radicalizar a la sociedad, pero tampoco tengo miedo a eso: la gente tiene que sentir el poder de que haya m¨¢s y m¨¢s gente a su lado. Pero nunca puede considerarse ni confundirse una manifestaci¨®n con una estrategia pol¨ªtica.
P. Hoy mantiene una charla p¨²blica con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que est¨¢ intentado remunicipalizar servicios como el del agua y la luz, los funerarios¡ pero no lo consigue.
R. Colau es una l¨ªder excelente en estos tiempos dif¨ªciles, una br¨²jula moral, forma parte de este movimiento de democracia local profunda y que se est¨¢ convirtiendo en una amenaza real para seg¨²n que neoliberalismo; esa labor local es lenta, pero vital porque as¨ª la gente puede ver cambios tangibles; y ella est¨¢ haciendo lo que exactamente debemos hacer: recuperar peso democr¨¢tico en la energ¨ªa, la vivienda, la educaci¨®n¡
P. ¡°Cualquier crisis tumultuaria puede servir para imponer una situaci¨®n de shock a la poblaci¨®n¡±, escribe. ?El proceso secesionista de Catalu?a puede leerse en un contexto as¨ª?
R. Soy de Quebec y defiendo la autodeterminaci¨®n; me parece que la actuaci¨®n del presidente Rajoy es el paradigma de la doctrina del shock: la del gobierno espa?ol me parece una respuesta incendiaria, un ataque a la democracia; no es aceptable su respuesta ni la de la Uni¨®n Europea; la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 deber¨ªa retirarse; no se puede contrarrestar un movimiento no violento con la violencia que se dio el 1-O o arrestando a un gobierno, me parecer¨ªa inimaginable que se hiciera eso en el Quebec¡ La de Rajoy es una estrategia de shock deliberada, como la de Trump: lo proh¨ªben todo para agravar el ambiente de crisis y as¨ª evitar que se fijen en sus recortes sanitarios o en las reformas fiscales; lo de facilitar los cambios de sede de empresas catalanes forma parte de la guerra econ¨®mica, es una trampa antigua¡
Necesitamos soluciones a la altura de la crisis actual, no se puede seguir con la l¨®gica de los a?os 90; ya hay l¨ªderes que empiezan a darse cuenta, como el laborista Jeremy Corbyn: a la gente le encant¨® porque vieron ah¨ª un s¨ª, adem¨¢s de un no
P. Pide combatir contra el militarismo y las corporaciones empresariales, pero tambi¨¦n contra los ¡°nacionalismos rampantes¡±. En cambio, elogia las naciones indias que han defendido siempre la naturaleza o defiende la autodeterminaci¨®n de los pueblos¡
R. Estoy contra el nacionalismo chovinista, cuyas fuerzas, adem¨¢s, se suelen sobreponer a las ya creadas por las oligarqu¨ªas¡ El auge independentista en todo el mundo no deja de ser una respuesta a la p¨¦rdida de control de la gente sobre temas fundamentales de la vida; seg¨²n c¨®mo se aplique, puede hasta ser una contestaci¨®n del poder local a la profunda crisis de la democracia actual.
P. ?Una declaraci¨®n de guerra contra Corea del Norte por parte de Trump podr¨ªa ser la excusa perfecta para implementar un estado de shock de emergencia en EE UU?
R. Ah¨ª Trump sabe que puede hacer un grav¨ªsimo da?o porque concentra el poder de una decisi¨®n as¨ª ¨¦l solo: no requiere ni del Congreso ni de su propio gobierno¡ No creo que lo acabe decidiendo, pero el solo hecho de esa posibilidad ya es inaceptable. Me preocupa que cada vez que sale al extranjero se comporte como un viajante de armas y no como diplom¨¢tico; f¨ªjese: lo ha hecho en Arabia Saud¨ª, en la OTAN misma, en Jap¨®n¡
P. Escribe que el ¡°hechizo del neoliberalismo se ha roto¡±. ?Est¨¢ segura de eso?
R. Como proyecto ideol¨®gico, como construcci¨®n intelectual, ha quedado superado desde 2008: se vend¨ªa como una utop¨ªa mundial, la famosa aldea global, ?recuerda? Todos estos ide¨®logos se han ido hoy ya a los para¨ªsos fiscales. Y en este vac¨ªo, el peligro es la creaci¨®n de fuerzas peligrosas, casi fascistas, en la derecha, mientras, en la parte progresista, las fuerzas no crecen lo suficientemente r¨¢pido.
P. De nuevo, la polarizaci¨®n potencial de la sociedad¡
R. S¨ª, existe ese peligro de polarizaci¨®n, por eso llam¨¦ a mi ¨²ltimo libro Esto lo cambia todo. El futuro es radical, de una forma o de otra: radical en lo f¨ªsico, en el medio ambiente, y deber¨¢ serlo en lo pol¨ªtico porque para salir de esta situaci¨®n la continuidad no es una opci¨®n. Se han dado demasiadas crisis de forma simult¨¢nea.
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Autor: Naomi Klein.
Editorial: Paid¨®s (2017).
Formato: versi¨®n Kindle y tapa blanda (320 p¨¢ginas).
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