¡°No aceptamos efectivo¡±, el cartel que viene
En Euskadi convivir¨¢n el papel moneda y el dinero electr¨®nico pero el escenario final es la desaparici¨®n del primero
No aceptamos efectivo. Es el cartel de bienvenida en muchos restaurantes, gasolineras y tiendas de ropa danesas. El pa¨ªs n¨®rdico permite desde 2016 que este tipo de establecimientos se niegue a cobrar en met¨¢lico a sus clientes. La medida es un paso m¨¢s de los muchos que conforman el plan del gobierno para acabar con el cash en 2030. Quiere ser el primer pa¨ªs del mundo sin dinero en met¨¢lico, sin monedas ni billetes en circulaci¨®n.
Y es que en ¨¦l, a d¨ªa de hoy, solo una de cada cuatro transacciones se realiza con dinero f¨ªsico; el resto se hace mediante tarjetas o aplicaciones de tel¨¦fono. Es la vanguardia de un proceso que en Euskadi est¨¢ a¨²n muy lejos de poder plantearse, asegura Mikel Arriar¨¢n, Director de medios de pago de Laboral Kutxa: ¡°A corto, incluso a medio plazo, no va a desaparecer el dinero en efectivo. Igual que ha sucedido con la introducci¨®n de distintas alternativas o medios de pago como las tarjetas de cr¨¦dito en su momento o las criptomonedas actualmente, vamos hacia una situaci¨®n de convivencia. Habr¨¢ quien utilice una, otra o varias. Que yo vaya a utilizar un smartwatch para pagar no significa que vaya a abandonar el efectivo¡±.
Papel moneda, una v¨ªa muerta
Tras m¨¢s de mil a?os de vigencia del papel moneda, su sustituci¨®n progresiva por el dinero electr¨®nico genera un encendido debate entre economistas de todas las partes del mundo.
Quienes est¨¢n a favor exhiben argumentos como la lucha contra el fraude ya que toda transacci¨®n
Aqu¨ª el cambio se encuentra hoy en los medios de pago. ¡°La gente tiende cada vez m¨¢s al pago electr¨®nico, bien a trav¨¦s de tarjetas, del m¨®vil o de relojes¡±, apunta Arriar¨¢n. Una multitud de gadgets nos facilitan pagar sin soporte f¨ªsico, sin una tarjeta asociada a nuestra cuenta bancaria. Es una revoluci¨®n en la forma de comprar, de entender el dinero, que, como casi todo en el siglo XXI, baila al comp¨¢s de la tecnolog¨ªa. Pero ¡°detr¨¢s de todo ello hay algo que va m¨¢s all¨¢ de la tecnolog¨ªa: los h¨¢bitos de la gente. Y los cambios culturales requieren de tiempo¡±, dice.
Inmersos como estamos ya en ese per¨ªodo de convivencia, solo el ¨²ltimo escal¨®n podr¨ªa llevarnos a decir adi¨®s a las monedas. Democratizado su uso desde hace d¨¦cadas, el primer paso se dio con las tarjetas de cr¨¦dito. Aunque nacieron en Estados Unidos a comienzos del siglo XX, no fueron lo que son hoy hasta los a?os 50. En Espa?a las introdujo el entonces Banco Bilbao a finales de los 70 y su uso se generaliz¨® en la d¨¦cada posterior.
En la actualidad, seg¨²n datos del BBVA, m¨¢s del 70% de la poblaci¨®n las utiliza como medio de pago. Y lejos de estar condenadas a desaparecer, han sabido renovarse, poco a poco, frente a las monedas. Primero cambiaron la banda magn¨¦tica por los chips, mucho m¨¢s seguros. Lo ¨²ltimo es el pago contactless ¡ªcomprar con solo acercar la tarjeta al terminal¡ª, gracias a la tecnolog¨ªa RFID, un sistema inal¨¢mbrico de almacenamiento y lectura de datos que comunica dispositivos con solo colocarlos a unos cent¨ªmetros.
Las criptomonedas, el siguiente escal¨®n, son una realidad pero ni mucho menos mayoritaria. Ni tan siquiera es f¨¢cil explicar qu¨¦ son de una forma accesible, reconoce Arriar¨¢n: ¡°Es una moneda digital, virtual, descentralizada, que no depende de ning¨²n Banco Central y f¨¢cilmente accesible a trav¨¦s de Internet¡±. El Bitcoin no es la ¨²nica, pero s¨ª la m¨¢s conocida. Pero, ?para qu¨¦ se utiliza? ¡°Estas monedas se han creado como forma de pago. Sin embargo, se est¨¢n usando principalmente como dep¨®sito de valor en pa¨ªses donde la moneda nacional no es estable ¡ªlugares como Argentina, Malta o Chipre¡ª.
El miedo a que se deval¨²e su moneda ha hecho que mucha gente invierta en ellas. Especialmente el Bitcoin, que es la m¨¢s medi¨¢tica, est¨¢ siendo el sustituto del siglo XXI al oro, valor refugio durante siglos¡±, explica. Es una revoluci¨®n que golpea de lleno a la banca tradicional. Una partida hist¨®ricamente de unos pocos donde ahora compiten nuevos jugadores. Fin al monopolio de los bancos, pues gigantes como Amazon, Google o Facebook entran en el negocio. Tambi¨¦n operadoras de telefon¨ªa. ¡°Orange, por ejemplo, en Francia ya tiene licencia de entidad financiera.
Ha creado una marca que compite en el mundo de la banca. Vodafone tiene su propia billetera para pagar con el tel¨¦fono; las grandes superficies hacen lo propio: Eroski o Carrefour ya emiten sus tarjetas¡±, relata Arriar¨¢n. Como siempre en estos casos, el cambio puede ser visto como una amenaza o una oportunidad. El coto lo pone la regulaci¨®n pol¨ªtica que se haga de cada caso: ¡°Dentro de la banca, el sistema de los medios de pago es el ¨¢mbito en que primero est¨¢n entrando otras empresas, ya que est¨¢ menos regulado que los dep¨®sitos, donde solo pueden operar entidades financieras con licencia bancaria¡±, dice.
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