La participaci¨®n como motor del cambio
Los empresarios son cada vez m¨¢s conscientes de la relaci¨®n directa entre el bienestar de las personas trabajadoras, su compromiso con el proyecto, y el ¨¦xito de la compa?¨ªa
Empoderar al empleado, fomentar su identificaci¨®n con la empresa y hacerlo protagonista del devenir de la organizaci¨®n empieza a ser algo m¨¢s que una tendencia. Los antiguos departamentos de Recursos Humanos empiezan a considerar en serio que los procesos de decisi¨®n participativos, los dise?os empresariales m¨¢s democr¨¢ticos, abiertos, y el modo de trabajo colaborativo son m¨¢s productivos que el tradicional sistema jer¨¢rquico y piramidal. Se est¨¢n enfrentando d¨ªa a d¨ªa a una realidad que se extiende como una gota de aceite sobre un papel de peri¨®dico y que demuestra con hechos que el propio modelo organizativo se convierte en un factor de competitividad cuando fomenta la plenitud de las personas con di¨¢logo, en entornos de confianza y transparencia, y con unos salarios que permitan planificar una vida digna.
Es decir, cada vez m¨¢s organizaciones, sus propietarios y ejecutivos, empiezan a interiorizar que buscar el beneficio a costa de reducir gastos en n¨®minas es contraproducente. Empiezan a comprender que existe una relaci¨®n directa entre el bienestar de las personas trabajadoras, su compromiso con el proyecto, y el ¨¦xito de la compa?¨ªa. Y que este ¨¦xito es m¨¢s s¨®lido cuanto m¨¢s sincera es la b¨²squeda de la plenitud de los empleados.
Mejor que el resto de Espa?a peor que la media europea
En Euskadi el gasto en Investigaci¨®n, Desarrollo e Innovaci¨®n ha crecido cerca de un 20% en la ¨²ltima d¨¦cada, mientras que en Espa?a se ha reducido en tres d¨¦cimas.
En cuanto al origen de las inversiones, la de las empresas ha crecido un 16,7% mientras que la de las Administraciones P¨²blicas lo ha hecho un 7,6%. Con todo, el gran salto lo han protagonizado las aportaciones del extranjero, que han aumentado un 190%, pasando de 35 millones en 2007 a m¨¢s de 100 en 2016.
En n¨²meros absolutos, el Pa¨ªs Vasco invirti¨® el a?o pasado 1.306 millones de euros en I+D+i, seg¨²n el ¨²ltimo informe de Bantec Estudios sobre la evoluci¨®n de la innovaci¨®n vasca.
Sin embargo, los n¨²meros revelan que la mayor parte del crecimiento se produjo antes de 2013, en parte debido a que los efectos de la crisis invirtieron el signo de las inversiones en ese concepto, no solo las privadas, sino tambi¨¦n las p¨²blicas. Desde entonces, la tendencia ha sido a la baja hasta el presente ejercicio, donde los datos, a¨²n provisionales, hablan de un ligero repunte.
Adem¨¢s, pese a que Euskadi ocupa una posici¨®n destacada en comparaci¨®n con el conjunto de Espa?a, y est¨¢ en el camino de lograrlo, sigue sin cumplir con los est¨¢ndares europeos. El gasto medio en I+D+i sobre el PIB se sit¨²a en la UE por encima del 2% mientras que en Euskadi es del 1,83%.
Tambi¨¦n en el esfuerzo innovador de las empresas hay diferencias: la media de la UE se encuentra en el 64%; la francesa, en el 65; la alemana, en el 68. La vasca apenas supera el 55.
Tras la batalla por disponer de la mejor tecnolog¨ªa para competir en un mercado cada vez m¨¢s global, tras la digitalizaci¨®n de las empresas para predecir sus evoluciones, errores y mejorar su eficiencia (Industria 4.0) y en pleno proceso de an¨¢lisis y desarrollo para sacar conclusiones de los millones y millones de datos que proporcionan (Big Data), la asignatura pendiente es la de repensar las empresas, p¨²blicas y privadas, en busca de mejores entornos laborales.
El best seller de gesti¨®n escrito por Frederic Laloux, Reinventar las organizaciones, es un anticipo de que las cosas est¨¢n cambiando en esa direcci¨®n en todo el mundo, aunque las pr¨¢cticas que describe sigan a a?os luz de generalizarse. Que ese libro de casi 600 p¨¢ginas sobrevuele de mano en mano por el tejido industrial y que genere curiosidad en el sector p¨²blico es un s¨ªntoma de que se empiezan a dar los cambios para colocar a las personas en el centro de las organizaciones. Que los gobiernos de los diferentes ¨¢mbitos administrativos pongan el foco en las personas, y exijan, aunque sea poco a poco, cambios para avanzar en ese sentido, denota adem¨¢s que en Euskadi existe una sensibilidad especial para trabajar en esa direcci¨®n.
El ecosistema social que hace m¨¢s permeables esos principios y valores es el cooperativismo. En Euskadi emplea a 56.380 personas repartidas en 2.926 compa?¨ªas, lo que representa el 6,5% del tejido productivo de la comunidad aut¨®noma. Un mundo laboral m¨¢s social en el que Mondrag¨®n Corporaci¨®n tiene un gran peso espec¨ªfico. Pero adem¨¢s hay experiencias de ¨¦xito que van m¨¢s all¨¢ en ese proceso de recolocaci¨®n de las personas en el control de las organizaciones. Ner Group, con m¨¢s de 2.700 empleados en 60 pa¨ªses es un claro ejemplo estudiado en las universidades m¨¢s punteras del mundo.
Si a la voluntad de cambiar se suman las experiencias aut¨®ctonas de las que aprender, y la capacidad de intervenci¨®n tributaria ¡ªla fiscalidad de las empresas de trabajo asociado es m¨¢s favorable¡ª adem¨¢s de una red educativa con la que ense?ar a ser adaptables y creativos desde la guarder¨ªa, la conclusi¨®n es que la capacidad transformadora es real. En el resto del mundo la causa de las personas moviliza ya a miles de organizaciones que han perdido el miedo a conceptos como la autogesti¨®n y la vida laboral sin jefes.
Unas formas de proceder que cobran, si cabe m¨¢s sentido, despu¨¦s de una larga crisis que ha destrozado el mercado laboral generalizando los contratos de menos de siete d¨ªas, ofreciendo salarios m¨¢s bajos que hace una d¨¦cada, y alumbrando una nueva clase de trabajadores pobres, con salarios por debajo del SMI o de la renta m¨ªnima en Euskadi. Frente a ese ecosistema laboral lleno de posibilidades la realidad es que el 64% de los trabajadores espa?oles dicen estar insatisfechos en sus puestos de trabajo.
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