El fiscal mantiene la petici¨®n de c¨¢rcel para Sina¨ª Gim¨¦nez por amenazas en los mercadillos
El l¨ªder de los Morones echa la culpa a los antidisturbios en el primer juicio por el acoso a vendedores del clan de los Zamoranos
El primer proceso judicial que aborda el grave conflicto entre vendedores de mercadillos en el sur de Pontevedra ha sentado en el banquillo esta semana al pr¨ªncipe de los Morones, Sina¨ª Gim¨¦nez. Gim¨¦nez est¨¢ acusado de amenazar a vendedores del grupo de los Zamoranos para que abandonasen el mercadillo de Redondela en noviembre de 2015 y el juicio ha quedado visto para sentencia.
Aunque tanto el acusado (que tiene abiertos otros dos procesos por hechos similares) como dos de sus hermanas y una sobrina, tambi¨¦n procesadas, negaron los incidentes con los Zamoranos as¨ª como el tiroteo previo que se produjo en una carretera con la intenci¨®n de intimidarlos, el fiscal mantiene su petici¨®n de condena para todos ellos.
Sina¨ª Gim¨¦nez, que afronta tres a?os y medio de prisi¨®n y cinco de alejamiento del portavoz de los vendedores afectados, Felipe Salazar, denunciante en este juicio, ha negado rotundamente que intentase hacerse con el control de la distribuci¨®n de los puestos, tensando a¨²n m¨¢s un conflicto que ha derivado en graves episodios de extorsi¨®n.
El autodenominado pr¨ªncipe de los Morones culp¨® del incidente a la polic¨ªa y neg¨® que hubiese obligado a los feriantes castellanos a abandonar el mercadillo, pese a que tuvieron que hacerlo escoltados por los agentes. ¡°Ellos [por los antidisturbios] aparecieron con cascos y porras, creando un tumulto que oblig¨® a separar a los dos grupos¡±, declar¨® el acusado, cuyo testimonio fue corroborado por las tres mujeres acusadas que afrontan una posible condena de dos a?os y medio de c¨¢rcel.
El l¨ªder de los Morones insisti¨® que ¡°no hubo ni amenazas de muerte ni insultos a Felipe Salazar ni a su familia, sino juramentos gitanos como 'me cago en los panteones que ten¨¦is en Zamora". Tambi¨¦n neg¨® que tratase de intimidarlos con una barra de hierro y una pistola, alegando que la que encontr¨® la polic¨ªa en el suelo no era suya. Gim¨¦nez asegur¨® que tampoco vio a su sobrina empu?ando un cuchillo. Solo sus dos hermanas admitieron que les hab¨ªan llamado "robani?os" y "violadores".
Sin embargo el fiscal record¨® la primera reyerta ocurrida entre ambos clanes dos d¨ªas antes en Cangas y el tiroteo en el que se vieron envueltos los Zamoranos cuando fueron obligados a abandonar el mercadillo de Coia, en Vigo. La escalada de violencia provoc¨® que 13 supuestas v¨ªctimas sean testigos protegidos de la fiscal¨ªa en el proceso abierto en Cangas tras una redada policial de abril de 2016 en la que est¨¢ imputada la saga familiar de los Morones al completo.
Seg¨²n Felipe Salazar, que declar¨® en el juicio como testigo por videoconferencia, las amenazas de muerte comenzaron cuando los feriantes zamoranos dejaron de pertenecer a la cooperativa de los Morones, por lo que a partir de entonces ya no pudieron trabajar en varios mercadillos de la provincia de Pontevedra.
Tambi¨¦n los agentes de la polic¨ªa que intervinieron en el altercado declararon que, cuando estaban vigilando el mercado de Redondela para prevenir posibles enfrentamientos, vieron a vendedores de los Morones insultando y amenazando a Salazar y a los Zamoranos. "Te vamos a matar, esta tarde voy a ir a tu casa para matarte a ti y toda tu familia", fueron algunos de las frases que escucharon los agentes.
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