Memoria y olvido
La Fundaci¨®n Sorigu¨¦ exhibe los dibujos del artista colombiano Oscar Mu?oz
En la proyecci¨®n se ve una mano armada de pincel, que traza con r¨¢pida pericia los rasgos de un rostro. Lo ins¨®lito es que el artista est¨¢ pintando con agua sobre cemento, luchando contra los rayos del sol que con su calor van borrando el dibujo. El pincel empapado y el calor que borra sus trazos incesantes crean una extra?a coreograf¨ªa de la que surgen fisionom¨ªas iguales, aunque siempre distintas. La obra, un autorretrato de Oscar Mu?oz (Popay¨¢n, 1951), forma parte de Des/materializaciones, la exposici¨®n que le dedica la Fundaci¨®n Sorigu¨¦ de Lleida hasta el 17 de junio. Se trata de la primera monogr¨¢fica en Catalu?a del artista colombiano, que vuelve a Espa?a seis a?os despu¨¦s de presentar su obra en La F¨¢brica de Madrid. ¡°Hemos seleccionado 14 obras clave, representativas de toda su trayectoria, que conforman una especie de recorrido biogr¨¢fico de su carrera¡±, indica Ana Vall¨¦s, presidenta de la Fundaci¨®n Sorigu¨¦, que ha comisariado la muestra junto con el propio Mu?oz.
Conocido por rebasar los l¨ªmites bidimensionales del dibujo, Mu?oz involucra el espectador en piezas que utilizan soportes ef¨ªmeros e inestables en una experimentaci¨®n formal y conceptual sobre el paso del tiempo, la memoria y el olvido. ¡°Con mi trabajo intento acercarme a ese instante cr¨ªtico y decisivo de salvaci¨®n o destrucci¨®n de la imagen¡±, afirma el artista que materializa este concepto en varias obras. Es el caso de Narcisos, un rostro dibujado con polvo de carb¨®n que se fija s¨®lo cuando el agua que lo recubre se evapora o L¨ªnea del destino, un v¨ªdeo donde la imagen del artista, reflejada en el agua que sostiene en la palma de su mano, va desapareciendo a medida que ¨¦sta se escapa entre sus dedos.
El recorrido expositivo arranca con Cortinas de ba?o de 1986, su primer trabajo en un soporte no convencional, en este caso una cortina de pl¨¢stico, en la que el artista transfiere una fotograf¨ªa roci¨¢ndola con agua para impedir la fijaci¨®n completa del pigmento. A partir de entonces la elecci¨®n del soporte m¨¢s id¨®neo se convierte en una de las preocupaciones centrales de Mu?oz. Lo demuestran piezas como Intervalo (mientras respiro), una serie de autorretratos sobre papel quemado o P¨ªxeles, un conjunto de retratos realizados con caf¨¦ sobre cubos de az¨²car, que de cerca parecen obras abstractas, mientras que de lejos recuperan el sentido figurativo.
En esta como en otras ocasiones, Mu?oz utiliza rostros an¨®nimos tomados de los obituarios. Es el caso de Aliento, una hilera de retratos impresos en foto-serigraf¨ªa sobre espejos met¨¢licos, de modo que a primera vista permanecen ocultos a la mirada y s¨®lo aparecen cuando el espectador se acerca y los materializa con su respiraci¨®n. ¡°En este ef¨ªmero instante, el rostro reflejado del visitante es reemplazado por la imagen impresa de alguien ya desaparecido, que retorna fugazmente a la vida gracias al soplo del observador¡±, explica el artista, que plasma el paso del tiempo en varias obras.
Quiz¨¢s una de las m¨¢s emblem¨¢ticas sea Juego de las probabilidades, en la que Mu?oz explora las posibilidades de la imagen para representar una misma persona a trav¨¦s de su autorretrato y m¨¢s concretamente combinando fotos de carnet, tomadas a lo largo de 50 a?os, para crear una ¨²nica efigie, ajena a la realidad temporal.
La selecci¨®n se completa con El Coleccionista, una instalaci¨®n audiovisual con cinco proyecciones sincronizadas, que se exhibe ¨ªntegramente por primera vez. Es un autorretrato en construcci¨®n, que surge de la necesidad de fijar la memoria en im¨¢genes para no morir una segunda vez al caer en el olvido¡±, indica el artista que con esta pieza pasa a formar parte de la prestigiosa colecci¨®n de la Fundaci¨®n Sorigu¨¦.
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