El domador de piedras que lleg¨® de Jap¨®n
La galer¨ªa Marlborough exhibe hasta el 10 de febrero la obra del escultor Tadanori Yamaguchi, afincado en Asturias
Una lib¨¦lula entr¨® volando un d¨ªa en el taller de Tadanori Yamaguchi, cerca de los r¨ªos y los bosques asturianos, y cay¨® muerta, y su cad¨¢ver fue devorado por las hormigas, que dejaron solo las alas. El escultor le dio una nueva vida al hallazgo, tallando el dibujo de la superficie corrugada del anis¨®ptero en una esfera de m¨¢rmol blanco.
Esa es la idea de la exposici¨®n Watashi no kanky? (Dentro y fuera), que el artista trae a la galer¨ªa Marlborough (Orfila, 5) hasta el 10 de febrero, dentro de los actos culturales que conmemoran el 150 aniversario de las relaciones diplom¨¢ticas entre Espa?a y Jap¨®n. ¡°La esfera es una figura geom¨¦trica perfecta, yo introduzco el desorden en su superficie, el desorden dentro del orden¡±, dice Yamaguchi.
Aunque ese desorden viene inspirado por todo lo que le rodea, ya sea la estructura del ala de la lib¨¦lula o sus electrocardiogramas, el ramaje de los ¨¢rboles, las ondas que resultan de la grabaci¨®n de su voz mientras canta o el curso del asturiano r¨ªo Arangu¨ªn, que pasa cerca de su localidad, cruz¨¢ndose con las carreteras. La profesora Pilar Caba?as describe esto, en el cat¨¢logo de la exposici¨®n, como ¡°autorretrato expandido¡±.
Los aires orientales que culturalmente le impregnan tambi¨¦n se perciben en la sencillez, la sobriedad, el silencio de las esculturas, en la atenta observaci¨®n de la naturaleza. Adem¨¢s de las figuras (casi) esf¨¦ricas, la exposici¨®n se completa, hasta 23 piezas, con unos cuadros generados superponiendo diversas capas de resinas de colores en las que Yamaguchi hace hendiduras que recrean las formas fractales del ramaje de los casta?os. ¡°Como soy escultor, act¨²o sobre la pintura de forma escult¨®rica¡±, dice. Una de las salas de la exposici¨®n se dedica al proceso de creaci¨®n y ah¨ª se ven sus mapas, sus ondas cardiacas y sus maquetas.
Yamaguchi naci¨® en Nagoya, Jap¨®n, en 1970, se licenci¨® en arte en la Universidad de Kyoto, y se afinc¨® en Asturias en 1997, tras obtener algunas becas; ahora trabaja y ha formado una familia en la localidad asturiana de Pravia. ¡°Antes trabajaba m¨¢s con formas c¨²bicas, pero fue precisamente tras ser padre cuando me interes¨¦ por las formas esf¨¦ricas y lo biol¨®gico¡±, cuenta. De hecho, algunas de sus obras, tanto en m¨¢rmol blanco como en granito negro, est¨¢n inspiradas en la morfolog¨ªa de la c¨¦lula.
Poco despu¨¦s de llegar a Espa?a, en 1999, intervino un bosque en el parque de San Francisco de Cand¨¢s, Asturias, con unos bloques llamados Monta?a, Viento, Lluvia, Mar y ?rbol, que a¨²n se mezclan con los eucaliptos y seguir¨¢n haci¨¦ndolo, el Proyecto Cand¨¢s. ¡°Una de las cosas por las que eleg¨ª la escultura es por la duraci¨®n de los materiales¡±, dice Yamaguchi, ¡°moriremos y ah¨ª seguir¨¢n las esculturas por muchos a?os: es una forma de trascendencia¡±.
Para domar estas masas utiliza sus propias manos, martillo, radial, cincel, el fino pulido que las hace suaves, en un proceso con tintes rituales que llama hatsuru. No est¨¢ en contra de otras tecnolog¨ªas, pero prefiere trabajar as¨ª: ¡°Creo que, de alguna manera, me comunico con la piedra¡±, dice, ¡°ella me dice por d¨®nde ir, por d¨®nde no ir, cu¨¢nto profundizar. A veces ella trata de dominar, y tengo que pelear. Pero me gusta ese di¨¢logo¡±.
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