Donostia se rinde a Richard Oribe

La ciudad de San Sebasti¨¢n celebra hoy, entre incesantes sones de tambores y barriles, su fiesta grande, en la que ha rendido un sentido homenaje a uno de sus m¨¢s queridos h¨¦roes locales, el nadador paral¨ªmpico Richard Oribe, flamante y feliz Tambor de Oro 2018. Oribe ha sido el protagonista indiscutible de una jornada que arranc¨® a medianoche con la tradicional izada de la bandera a cargo de la tamborrada de Gaztelubide, con el propio nadador en el tablado, ataviado de cocinero, sonriente y emocionado, para tener el honor de dirigir alguna de las marchas compuestas por el maestro Sarriegi que suenan ininterrumpidamente por los barrios de la ciudad durante toda la jornada.

Tras el nocturno pistoletazo de salida, los ni?os han acaparado el protagonismo a partir del mediod¨ªa, cuando ha partido desde los jardines de Alderdi Eder la Tamborrada Infantil, que ha reunido a 4.995 escolares de 42 centros educativos y asociaciones, encuadrados en 49 compa?¨ªas. Tras muchas horas mirando al cielo, con la esperanza de que los meteor¨®logos se equivocaran esta vez, el colorista desfile infantil ha discurrido sin problemas, bajo un cielo plomizo que, sin embargo, ha sabido contenerse -apenas unas gotas inofensivas- para no aguar la fiesta a los m¨¢s peque?os.

La Tamborrada infantil ha incorporado este a?o la novedad de la Alcaldesa, una nueva figura femenina que se ha sumado a los personajes representativos de la sociedad civil de principios del siglo XIX que toman parte del desfile del d¨ªa de San Sebasti¨¢n. Mientras en las calles los ni?os disfrutaban con sus barriles y tambores, la Sala de Plenos del Consistorio se vest¨ªa de gala para entregar el galard¨®n m¨¢s preciado de la ciudad, el Tambor de Oro, al nadador Richard Oribe, propuesto en numerosas ocasiones y elegido al fin este a?o, el primero en el que los ciudadanos donostiarras, mediante votaci¨®n, han tenido la ¨²ltima palabra.

Esta solemne ceremonia no se celebr¨® el pasado a?o, ya que el Tambor de Oro qued¨® desierto tras la contestaci¨®n ciudadana que tuvo la elecci¨®n de la periodista Angels Barcel¨®, cuyos m¨¦ritos profesionales nadie discuti¨®, pero s¨ª su vinculaci¨®n y trabajo en favor de la promoci¨®n de la ciudad. Oribe, un atleta con par¨¢lisis cerebral que atesora un impresionante palmar¨¦s, ha entrado en la sala trajeado, muy elegante y sonriente, sin su silla de ruedas y apoy¨¢ndose Javier de Aymerich, su entrenador durante 20 a?os y "segundo padre". Una largu¨ªsima ovaci¨®n ha recibido al galardonado, una persona muy querida en San Sebasti¨¢n. El periodista deportivo Tito Irazusta se ha hecho cargo de la "laudatio" que ha glosado las haza?as deportivas de Oribe y tambi¨¦n su car¨¢cter "luchador" desde el primer d¨ªa de su vida, que le ha convertido en "ejemplo de superaci¨®n, inclusi¨®n e ilusi¨®n".

Tras el periodista, el alcalde, Eneko Goia, sin disimular la emoci¨®n que ha impregnado toda la ceremonia, ha calificado a Oribe de "tit¨¢n donostiarra", protagonista de una "aventura gigantesca, formidable", al "no quedarse cruzado de brazos" ante su discapacidad, "ponerse como meta personal superarse d¨ªa a d¨ªa", competir y llegar a la "excelencia". Dicha excelencia se traduce en la participaci¨®n en seis juegos paral¨ªmpicos, desde Barcelona 1992 hasta Londres 2012, en los que ha sumado 9 medallas de oro, 5 de plata y 2 de bronce, adem¨¢s de las 22 perseas ganadas en cinco campeonatos del mundo.

El hombre "m¨¢s feliz del mundo", como lo han definido hoy varios de sus allegados -aseguran que Oribe le hace m¨¢s ilusi¨®n este reconocimiento que sus oros ol¨ªmpicos-, ha subido al estrado apoyado de nuevo en De Aymerich y ha recibido el Tambor del manos del primer edil, tras lo que se ha dirigido brevemente a los asistentes para agradecer el galard¨®n y declarar su felicidad. La fiesta continuar¨¢ toda la jornada, durante la que 143 tamborradas de adultos, que suman 17.822 donostiarras, tocar¨¢n las marchas de Raimundo Sarriegi por todos los barrios de la ciudad, hasta el colof¨®n protagonizado a medianoche por la Uni¨®n Artesana, en el tradicional acto de arriada de la bandera.