Orwell, un ¡°partisano arrogante¡± por la Guerra Civil espa?ola
El historiador Paul Preston critica la mirada ideologizada que hizo el escritor ingl¨¦s de la ca¨ªda de la Rep¨²blica a los 80 a?os de su ¡®Homenaje a Catalu?a¡¯
Homenaje a Catalu?a, de George Orwell, quiz¨¢ sea, a los 80 a?os de su publicaci¨®n, uno de los libros m¨¢s le¨ªdos (o quiz¨¢ el ¨²nico, para muchos, y especialmente en el mundo anglosaj¨®n) sobre la Guerra Civil. Y junto a la pel¨ªcula Tierra y libertad, de Ken Loach, que se bas¨® en ese testimonio, de los que m¨¢s claramente fij¨® la idea de que la represi¨®n del proceso revolucionario que lideraban anarquistas y trotskistas por parte de las autoridades fue lo que llev¨® a la derrota final de la Rep¨²blica ante el fascismo franquista. Es un relato ¡°intenso, bien escrito, un testimonio agudo¡±, admite el historiador Paul Preston, pero predomina en ¨¦l la mirada de ¡°un partisano arrogante que dice al lector lo que ha de pensar¡± y est¨¢ cargado de comentarios ¡°ingenuos y enga?osos¡±, por lo que se puede acusar al autor de ¡°deshonestidad y de culpable ignorancia¡±. As¨ª lo afirma el prestigioso especialista de la Guerra Civil y bi¨®grafo de Franco en un extenso art¨ªculo, Llums i ombres a ¡®Homenatge a Catalunya¡¯, en el d¨¦cimo n¨²mero de la publicaci¨®n digital Segle XX. Revista catalana d¡¯Hist¨°ria, editada por la Universitat de Barcelona en colaboraci¨®n con la Fundaci¨®n Cipriano Garc¨ªa, de CCOO.
¡°El libro hizo m¨¢s para desacreditar la causa legitimista que cualquier otro libro escrito por enemigos de la Segunda Rep¨²blica¡±, sentenci¨® sobre Homenaje a Catalu?a al poco de aparecer, en 1938, el gran corresponsal de The New York Times en el conflicto, Herbert Mathews, seg¨²n recoge Preston en su documentado trabajo de 30 p¨¢ginas. Los errores de Orwell tendr¨ªan su pilar central en el hecho de que todo su an¨¢lisis pol¨ªtico y sus predicciones ¡°est¨¢n profundamente viciadas por su aceptaci¨®n de las visiones partidistas de los camaradas anarquistas y del POUM, as¨ª como por un desconocimiento del contexto¡± sociopol¨ªtico de la guerra, seg¨²n Preston. El futuro autor de Rebeli¨®n en la granja, militante del socialista Partido Laborista Independiente ingl¨¦s, lleg¨® a Barcelona en diciembre de 1936 y se alist¨® como miliciano del Partit Obrer d¡¯Unificaci¨® Marxista (POUM), de tendencia trotskista, acabando en el Frente de Arag¨®n.
Am¨¦n de documentar que Orwell no dominaba en exceso ni el catal¨¢n ni el castellano (que el propio escritor calific¨® de ¡°criminal¡±), lo que siembra ¡°algunas dudas sobre su honestidad¡± cuando reproduce supuestamente con mucho detalle conversaciones y encuentros, o de asegurar que el gobierno de la Rep¨²blica estaba ¡°virtualmente bajo control de los comunistas¡± como indicaba la persecuci¨®n que sufr¨ªa el POUM, Preston le recrimina con cierta contundencia que mantuviera la tesis de que fue la represi¨®n estalinista aplicada por el Gobierno, especialmente en la etapa de Juan Negr¨ªn, la que comportara indirectamente la victoria de Franco. ¡°Es una explicaci¨®n perversa de la causa de la derrota republicana¡±, sostiene. El historiador le acusa de exagerar la atm¨®sfera revolucionaria que describe en la Barcelona de enero de 1937 ni de ser tampoco consciente de ¡°la violencia gratuita que hab¨ªa acompa?ado la revoluci¨®n social¡±.
En opini¨®n de Preston, ¡°era cuesti¨®n de sentido com¨²n que era necesario reducir las actividades revolucionarias de anarquistas y de los antiestalinistas del POUM¡± y defiende que los famosos Fets de Maig de 1937 que enfrentaron al gobierno de la Generalitat con anarquistas y POUM en las calles de Barcelona y que ¨¦picamente describi¨® el escritor a favor de los ¨²ltimos ¡°fueron provocados por la necesidad de eliminar obst¨¢culos a toda conducci¨®n eficiente de la guerra (¡) Orwell no supo ver que la Rep¨²blica espa?ola no s¨®lo luchaba contra Franco y sus ej¨¦rcitos, sino tambi¨¦n contra el poder militar y econ¨®mico de Mussolini y Hitler, en un contexto de hostilidad anglofrancesa¡±.
Pero Preston, quiz¨¢ en la aportaci¨®n m¨¢s pol¨¦mica, va un paso m¨¢s all¨¢ y sostiene que Orwell sab¨ªa que defend¨ªa una tesis err¨®nea cuando se public¨® el libro y que incluso ya hab¨ªa cambiado significativamente de opini¨®n respecto a lo que hab¨ªa escrito, reconociendo la necesidad de un esfuerzo b¨¦lico unificado en el bando republicano, cambio al que no habr¨ªa sido ajeno un encuentro con el propio Negr¨ªn en 1940, quien ?le habr¨ªa explicado las razones de la actitud del gobierno republicano. Todo ello lo reflejar¨ªa en su ensayo de 1942 Recordando la guerra de Espa?a: ¡°La tesis trotskista de que la guerra se habr¨ªa ganado si no se hubiera saboteado la revoluci¨®n es probablemente falsa. Nacionalizar f¨¢bricas, demoler iglesias y publicar manifiestos revolucionarios no habr¨ªa aumentado la eficacia de los ej¨¦rcitos¡±, le cita el historiador. Tambi¨¦n expone un fragmento de una carta de 1938 a un amigo: ¡°No dudo que he hecho muchos errores y declaraciones enga?osas (¡) Di una versi¨®n m¨¢s comprensiva de la l¨ªnea POUM de lo que realmente sent¨ªa, porque siempre les dije que estaban equivocados (¡) Pero es que no ten¨ªan audiencia alguna en la prensa capitalista y solo fueron objeto de libelos en la prensa de izquierdas¡±, se excusa.
Orwell, al parecer, tambi¨¦n habr¨ªa dejado poco antes de morir, en 1950, anotaciones fechadas ya entre el verano de 1937 y 1942 con miras a unos cambios para una segunda edici¨®n, pero, en un episodio no demasiado claro, ¨¦stos nunca salieron y no ver¨ªan la luz hasta 1986, tras menguar ya la Guerra Fr¨ªa cultural que alimentaron tanto los antiestalinistas de izquierdas como los de derechas, adem¨¢s de que tampoco son demasiado aclaratorios de su nueva postura. Ello lleva a Preston a afirmar que ¡°da la impresi¨®n de que el ferozmente anticomunista Orwell de la Guerra Fr¨ªa estaba bien satisfecho de dejar Homenaje a Catalu?a tal y como estaba, aun sabiendo que su interpretaci¨®n de la Rep¨²blica presentada en el libro era equivocada¡±.
Aun con todo, Preston salva a la figura de Orwell parcialmente a partir de su ¡°ignorancia de episodios del momento¡±, como en los casos que no menciona del terror colectivo que anarquistas y miembros del POUM generaron en Lleida en los primeros meses de guerra, la arbitraria y sanguinaria labor en la retaguardia de los 700 miembros de las llamadas patrullas de control que el tradujo como ¡°¨¦xito revolucionario¡± o el equivocado enfoque de la labor del anarquista conocido como El cojo de M¨¢laga en la frontera francocatalana de la Cerdanya, donde facilitaba el contrabando de bienes robados o la compra de armamentos bajo ning¨²n control.
Tambi¨¦n salva de la acusaci¨®n que se hizo al autor de 1984 de haber trabajado en Espa?a como esp¨ªa de los servicios secretos brit¨¢nicos, aunque s¨ª recuerda su labor en 1949 para el Foreign Office, compilando nombres de intelectuales que consideraba simpatizantes de la URSS, ¡°lista con algunos comentarios antisemitas y hom¨®fobos¡±. Preston concluye que si no acab¨® retocando Homenaje a Catalu?a fue porque ¡°quiz¨¢ pod¨ªa dejarlo como otro clavo en el ata¨²d del comunismo, a pesar de la distorsi¨®n de la realidad espa?ola¡±.
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