La voz de una imagen
El autor destaca el trabajo de Berta Vias Mahou, la traductora que acerca al espa?ol a la vida interior de la ni?era Vivian Maier
Berta Vias Mahou es una maravilla. Su prosa ha dado voz al vac¨ªo e incluso al hombre que se parec¨ªa tanto a un torero que termin¨® si¨¦ndolo ¨¦l mismo, cornadas al vuelo y gracias a las traducciones de Berta he podido conversar con Stefan Zweig en vagones an¨®nimos de trenes inexistentes o seguirle la sombra a la leyenda de Joseph Roth en diminutas habitaciones de hoteles rancios. He visto en persona una sola vez y parecer¨ªa que lo mejor de su biograf¨ªa se convierte en un banquete callado al filo de un rostro de ni?a en blanco y negro, con postre de fresas, que se ha quedado mirando al mundo para aprender a leerlo y por ende, escribir.
Vias Mahou ha cuajado una novela que parec¨ªa imposible: rescatar la voz invisible de Vivian Maier y narrar su andar entre las sombras del mundo en Una vida prestada, que es la que Berta tom¨® empe?ada para poner en palabras el enigm¨¢tico laberinto de puros misterios porque Vivan Maier fue una ni?era que ser¨ªa an¨®nima si no hubiesen aparecido en una subasta de cachivaches olvidados los ba¨²les y maletas, cajas y relicarios donde hab¨ªa ido guardando su vida entera sin que el mundo se diera cuenta. Vivian viv¨ªa a¨²n cuando el lote con sus pertenencias entr¨® a subasta en Chicago aunque quiso el azar que no se vendieran a un solo postor y que se dividiera el tesoro de un excelent¨ªsimo testigo del siglo XX: los miles de negativos, cientos de miles de im¨¢genes sin revelar y algunas pel¨ªculas en colores de la vida misma que fotografi¨® la ni?era cuando sacaba a pasear a los ni?os de la familia que la contrat¨®.
Hace pocos a?os, al convertirse en un fen¨®meno sideral, la ni?era Vivian Maier ya no estaba en este mundo para narrar su vida en fotos o contarse a s¨ª misma la vida que no ha sido del todo revelada en documentales y exhibiciones en museos. De aqu¨ª que Berta Vias Mahou ha logrado transcribir la partitura callada de una vida que murmura en la oscuridad con el arte de la novela, la voz que no habla de la mujer alta y de p¨®mulos salientes que se fotografi¨® a s¨ª misma en los escaparates y en la topograf¨ªa interminable de las caras de los dem¨¢s en medio de un mar de rostros sin nombre, calles curtidas en blanco y negro y viejos autom¨®viles que se fueron fundiendo poro a poro en ¨®xido marr¨®n como quien disuelve un negativo en el l¨ªquido revelador o la ni?era que acumula toneladas de pel¨ªcula sin revelar porque se sabe de memoria lo que capt¨® su mirada y tambi¨¦n los recibos del tinte, de la compra y de los ni?os de un naufragio tan cercano a la amnesia que hoy habla en tinta.
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