El d¨ªa despu¨¦s
El 8 de Marzo es importante, pero tambi¨¦n lo es combatir un reflejo subyacente, muy extendido, que viene a decir: ¡°Ha estado bien, y ahora, hasta el a?o que viene¡±
Es un d¨ªa tan bueno como cualquier otro para la reflexi¨®n, los problemas vinculados a la celebraci¨®n del 8 de marzo dan para los restantes 365 d¨ªas del a?o. Parecer¨ªa que est¨¢ todo o casi todo dicho, pero merece la pena dar la vuelta a algunos argumentos. Por ejemplo: ?Por qu¨¦ no empezamos el debate por el otro extremo de la evidencia? Se trata de la siguiente obviedad: solo hay dos cosas que literalmente las mujeres pueden hacer y los hombres no, parir y dar el pecho. Y no son funciones menores, son condici¨®n sine qua non de la supervivencia de nuestra especie.
De ah¨ª se desprende que todo lo dem¨¢s, es decir, todas las diferencias de roles, de funci¨®n, de brecha salarial, de maltrato, no son biol¨®gicas (al menos como lo son las dos funciones arriba citadas). Son por tanto situaciones que se derivan de cuestiones culturales, sociales y pol¨ªticas. Son culturales en el sentido de que mediante un "relato" de siglos han llegado a convertirse en situaciones y pautas supuestamente naturales. Son sociales adem¨¢s de culturales, y de los gr¨¢ficos estad¨ªsticos que se han publicado estos d¨ªas en los medios, el que m¨¢s llama la atenci¨®n es que en nuestra sociedad la ca¨ªda de la brecha salarial y de progreso profesional se precipita en el momento preciso de la maternidad.
Se ha progresado algo con la inclusi¨®n de pol¨ªticas de permiso de paternidad para los padres, cierto, pero estamos en los primeros esbozos de soluci¨®n. Y por cierto, estamos en el terreno de las pol¨ªticas p¨²blicas, es decir, acciones a promover por las autoridades competentes, con la consiguiente adjudicaci¨®n de medio legales y materiales, para hacer materialmente posible un principio tan elemental como es el de la equidad social. La parte m¨¢s dif¨ªcil de corregir es la parte cultural que est¨¢ en las mentes de las personas. Mujeres y hombres. Cuando algunas dirigentes pol¨ªticas (en general escoradas a la derecha, pero no solo) sueltan cosas como eso de la huelga a la japonesa, por ganarse el aplauso c¨®mplice de sus simpatizantes, no explican c¨®mo pueden hacerla, esa huelga, las kellis, s¨ª, las mujeres que limpian habitaciones de hoteles a raz¨®n de dos euros y pico por habitaci¨®n.
Animan el debate personajes como el Obispo de San Sebasti¨¢n, que mezcla el feminismo como cosa del demonio y el "marcarse goles en la propia puerta" por parte de las mujeres. La buena noticia es que al menos tres obispos salieron de inmediato a decir que comprend¨ªan esa convocatoria, y uno hasta se aventur¨® a afirmar que la propia Virgen Mar¨ªa har¨ªa huelga. O bien, la Concejala del PP que afirma que la huelga del d¨ªa 8 la fomentan grupos pol¨ªticos "con nexos con pa¨ªses donde se lleva Burka". Una treta supuestamente muy maquiav¨¦lica consiste en desautorizar acciones como las de ayer con el argumento de que, en comparaci¨®n con la condici¨®n de la mujer en pa¨ªses como ¡. ¡ªy ponga aqu¨ª el lector Banglad¨¦s, Afganist¨¢n, Sudan del Sur...¡ª, aqu¨ª las mujeres est¨¢n bien o muy bien. Esto es trampa, hay que comparar con lo que aqu¨ª es exigible.
Ante esto, por supuesto, hay patinazos en sentido contrario, como lo de las ¡°portavozas¡±, siendo as¨ª que voz se declama en femenino. A su vez, el caso Weinstein y el movimiento MeToo, es una cosa de doble filo. La posibilidad de que Catherine Deneuve sea acosada no es la misma que la de las mujeres en situaci¨®n de total desastre en Hait¨ª, destapado con el esc¨¢ndalo de Oxfam, o del tr¨¢fico de mujeres explotadas que nutren los prost¨ªbulos de nuestra geograf¨ªa. De nuevo, es una cuesti¨®n, si se nos permite, de lucha de clases a escala de eso que damos en llamar la cuesti¨®n de g¨¦nero, y lo es a nivel mundial.
La cuesti¨®n esencial es c¨®mo centrar el tema de la condici¨®n de la mujer en el centro de la cuesti¨®n social, es decir, como una de las componentes m¨¢s graves e inaceptables del c¨²mulo de injusticias que convergen en dicha cuesti¨®n social, y c¨®mo articular pol¨ªticas y discursos (el famoso ¡°relato¡±) de manera sostenida en el tiempo, m¨¢s all¨¢ de tal o cual convocatoria, huelga o manifestaci¨®n. No nos enga?emos, el d¨ªa del 8 de marzo es importante, pero tambi¨¦n lo es combatir un reflejo subyacente, muy extendido, que viene a decir "Ha estado bien, y ahora, hasta el a?o que viene"
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.