Las j¨®venes toman el relevo
Tras a?os de traves¨ªa del desierto y de campa?a de descr¨¦dito, el feminismo resurge ahora como un movimiento global, transversal y abierto
Si en una escuela o un instituto el director de repente anunciara que a partir de ahora los ni?os recibir¨¢n un punto por cada respuesta acertada en un examen y las ni?as 0,75 ?qu¨¦ ocurrir¨ªa? Semejante atropello ser¨ªa considerado no solo una flagrante injusticia por las ni?as, sino una intolerable humillaci¨®n. Combativas y seguras de s¨ª mismas como son, no tardar¨ªan en protagonizar una rebeli¨®n. Por fortuna, eso no ocurre. Ni?os y ni?as son tratados igual mientras est¨¢n en el aula, que ahora se prolonga bastante m¨¢s all¨¢ de los veinte a?os. Las generaciones de mujeres de menos de cuarenta a?os se han educado en la igualdad. Y en alg¨²n momento han podido pensar que, puesto que las leyes ya consagran el derecho a no ser discriminadas por raz¨®n de sexo, el feminismo ya no era necesario. Que con su formaci¨®n y su esfuerzo, pod¨ªan llegar a d¨®nde quisieran.
Muchas de las mujeres que lucharon por cambiar esas leyes, las feministas que dedicaron lo mejor de sus vidas a las luchas de los a?os setenta y ochenta, debieron sentirse muy solas estos ¨²ltimos a?os en los que la manifestaci¨®n del 8 de marzo era cada vez menos concurrida y ten¨ªa m¨¢s canas que ombligos al aire. Sus hijas, sus alumnas, ya no sent¨ªan la necesidad de luchar, y menos de definirse como feministas. No era necesario.
Hasta que se han topado con la realidad del mundo laboral y profesional. Para cuando se han dado cuenta de que no eran tan libres ni tan iguales, han pasado ya diez o quince a?os de lucha individual, de esfuerzo denodado por demostrar cu¨¢nto valen y cu¨¢nto est¨¢n dispuestas a esforzarse. Pero un d¨ªa se han puesto a repasar qu¨¦ ha pasado con los compa?eros y compa?eras de promoci¨®n, con los colegas con los que compartieron su primer trabajo, y no les ha costado mucho comprobar que, en general, ellos han promocionado antes que ellas, est¨¢n menos en el paro y sufren en mucha menor proporci¨®n la temporalidad involuntaria.
La gran manifestaci¨®n del jueves fue un gran ¨¦xito por muchas razones ya muy repetidas. Pero lo que no ha aparecido en las muchas cr¨®nicas que se han hecho de la hist¨®rica jornada es la expresi¨®n de ¨ªntima satisfacci¨®n que se apreciaba en los rostros de las mujeres m¨¢s mayores, dej¨¢ndose arrastrar, Paseo de Gr¨¤cia abajo, por la corriente vital y desafiante de una marea juvenil que avanzaba desenfadada con sus improvisadas pancartas y su exultante radicalidad. Ya ten¨ªan relevo. Las j¨®venes tomaban la antorcha.
Han sido a?os de traves¨ªa del desierto. Una vez conseguidos los cambios legales, parec¨ªa que la lucha perd¨ªa sentido. Las ¨¦lites pol¨ªticas, en unos casos de forma sincera y en otros claramente oportunista, asumieron como propio el discurso feminista. Si la igualdad estaba asegurada en las leyes, era cuesti¨®n de tiempo alcanzar la paridad laboral, pol¨ªtica y social. Si la equiparaci¨®n no llegaba todav¨ªa era porque no hab¨ªa suficientes mujeres preparadas. Esa fue, durante varias d¨¦cadas, la gran excusa mientras de forma sutil se articulaba la reacci¨®n. Consist¨ªa en desacreditar al feminismo como un movimiento viejo, antimoderno, protagonizado por unas locas radicales que odian a los hombres, residuo del ¡°viejo comunismo¡±. Hace solo unos d¨ªas, algunos notables carcamales lo expresaban a¨²n de esta forma mientras algunas ministras y lideresas del PP descalificaban la huelga diciendo que era elitista, insolidaria y retr¨®grada.
Pero la realidad acaba imponi¨¦ndose y los datos, como se ha visto, son contundentes: no solo no se avanza suficiente sino que hay indicadores de retroceso. Las mujeres han salido de la crisis peor de lo que entraron y el ¨²ltimo informe sobre igualdad de la C¨¢mara de Comercio de Barcelona indica que el porcentaje de mujeres directivas en las empresas catalanas ha ca¨ªdo desde 2015 del 36% al 31%. Ahora hay menos mujeres en las juntas de entidades y colegios profesionales, y tambi¨¦n menos catedr¨¢ticas.
Datos negativos como el que aport¨® Cheryl Miller Van Dyck, directora del Digital Leadership Institute de Bruselas en el Forum Femtalent 2018 organizado el viernes por Barcelona Activa: pese a que el sector de las nuevas tecnolog¨ªas no para de crecer en Europa, la participaci¨®n de las mujeres en empleos tecnol¨®gicos est¨¢ estancada desde 2005. Una l¨ªnea plana, mientras la de los hombres es claramente ascendente. Las mujeres han hecho un gran esfuerzo colectivo para formarse, de hecho ya son el 57% de los nuevos titulados universitarios. Pero eso no ha impedido que se mantenga tanto el techo de cristal como la brecha salarial.
La jornada del 8 de marzo fue, como han titulado algunos medios, una explosi¨®n de poder femenino. Pero el poder de la calle no es el poder de los despachos ni el poder de los esca?os. Saben que tienen que seguir luchando, pero muchas mujeres se sienten ahora reconocidas en un movimiento que es global, trasversal y abierto. Un feminismo para el 99%.
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