Noche de c¨®lera en Lavapi¨¦s

El esqueleto de una motocicleta continuaba oliendo a neum¨¢tico quemado cuando al borde de esta madrugada un grupo de manifestantes se dirig¨ªa a la plaza de Nelson Mandela por la calle de Mes¨®n de Paredes, en el barrio de Lavapi¨¦s, en el centro castizo de Madrid. A su paso gritaban insultos a la polic¨ªa, a la que culpaban de haber matado a uno de sus compa?eros manteros. ¡°?Justicia!¡±, ¡°?asesinos!¡±, ?hijos de puta!", clamaban. Esa tarde, Mame Mbaye, un hombre senegal¨¦s de 35 a?os, mor¨ªa de una parada cardiorrespiratoria en la calle del Oso, seg¨²n han indicado fuentes policiales. Adem¨¢s,?el Ayuntamiento de Madrid ha afirmado este viernes que los agentes no persiguieron al fallecido antes de morir, como aseguran varios testigos y un compa?ero del vendedor.

A su paso, una veintena de contenedores ard¨ªan ante la estupefacci¨®n de algunos vecinos que pasaban por all¨ª. ¡°No hag¨¢is fotos, llamad a los bomberos¡±, le comentaba una mujer a un joven. ¡°Queremos que el barrio arda y se entere todo el mundo por lo que ha pasado esta ma?ana¡±, respondi¨® un joven de nacionalidad espa?ola [Mbaye falleci¨® sobre las 17.00].

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Seis detenidos en las protestas en Lavapi¨¦s por la muerte de un mantero

En la plaza de Nelson Mandela, m¨¢s de medio centenar de magreb¨ªes destrozaban el arbolado, reventaban una cabina y quemaban las bicicletas p¨²blicas. Algunos del mismo grupo les gritaban en su idioma natal que no fueran tan violentos, que dejasen de lanzar adoquines a las ventanas de la plazoleta. En Lavapi¨¦s, el 50% de la poblaci¨®n es de origen extranjero y est¨¢ considerado el barrio m¨¢s multicultural de Madrid y el que mayor cantidad de asociaciones y movimientos vecinales concentra de la capital.

¡°Por favor, los ¨¢rboles no. Son para los ni?os¡±, le reclamaba llorando una mujer a unos j¨®venes que saltaban sobre unos ¨¢rboles. ¡°?Los ni?os? ?Acaba de morir una persona y te preocupan las plantas?¡±, le recriminaba uno de ellos con el rostro tapado. Algunos asistentes, que se negaban a ser grabados, se armaron con piedras y caminaron en direcci¨®n hasta la plaza de Lavapi¨¦s. ¡°?Te crees que no me gustar¨ªa vivir como t¨²? He tenido que huir de mi pa¨ªs. No hago da?o a nadie, solo vendo ropa y si la polic¨ªa me ve, me agrede. ?Por qu¨¦? Si vienes a mi pa¨ªs te recibimos con los brazos abiertos, no con golpes¡±, explicaba un mantero a una chica.

?¡°Vaya mierda de pa¨ªs¡±. ¡°Mierda de pa¨ªs, no. Mierda de pol¨ªticos. ?Mira!, hay m¨¢s blancos que negros manifest¨¢ndose. Mucha gente est¨¢ con nosotros¡±, discut¨ªan dos manifestantes. Varias personas encapuchadas rompieron los cristales de una sucursal del banco La Caixa y robaron varios objetos, como una televisi¨®n y algunos extintores. ¡°No grab¨¦is. Luego cont¨¢is los que os da la gana¡±, grit¨® un joven mientras disparaba un poco de espuma a una c¨¢mara de televisi¨®n. ¡°Siempre son los mismos los que la l¨ªan en las manifestaciones. Luego nos echan la culpa a los del barrio y a los inmigrantes que estamos aqu¨ª pac¨ªficamente¡±, gritaba un hombre frente a la puerta de la sucursal bancaria.?

¡°Basta ya del maltrato. Estamos cansados. Estamos reclamando nuestros derechos. Lo que ha hecho la polic¨ªa es totalmente injusto en pleno siglo XXI. Es ilegal y racista. Las autoridades espa?olas son c¨®mplices¡±, declar¨® un hombre magreb¨ª a los medios. A las doce de la noche, los agentes comenzaron a entrar en la plaza y la gente se dispers¨®. Algunos manifestantes continuaron lanzando piedras desde el otro extremo de la calle del Sombrerete que hace esquina con la calle del Amparo, al tiempo que los agentes antidisturbios lanzaban algunas descargas de pelotas de goma hasta que, finalmente, la manifestaci¨®n se disolvi¨®.