El bloqueo de la investidura agrieta el bloque independentista
Los independientes de Junts per Catalunya, la CUP y la ANC se enfrentan a la estrategia autonomista de ERC, el PDeCAT y ?mnium
El independentismo catal¨¢n vive estos d¨ªas sus horas m¨¢s bajas desde que Artur Mas pusiera en marcha el proceso secesionista en 2012. Despu¨¦s de tres meses de la victoria del bloque independentista en las elecciones del 21-D , Junts per Catalunya ¡ªla lista en la que est¨¢ fundido el PDeCAT¡ª, Esquerra Republicana y la CUP no logran formar gobierno. Nadie duda de que se puedan poner de acuerdo in extremis, como lo han hecho en otros momentos cruciales. Pero por el camino, seg¨²n las encuestas, se van dejando apoyo ciudadano.
Las tres formaciones son un bloque en tanto comparten un objetivo: la independencia de Catalu?a. Ninguna ha renunciado a consumar ese fin, si bien difieren en el m¨¦todo para alcanzarlo. Poco les une m¨¢s all¨¢ de este objetivo a largo plazo. Los problemas para conseguir la constituci¨®n de un gobierno han ido evidenciando dos subbloques dentro del independentismo.
Por una parte, est¨¢n los partidarios de seguir adelante con la v¨ªa unilateral pase lo que pase y sin atender a los problemas que acumulan tanto en los juzgados como en el terreno pol¨ªtico. Forman parte de este grupo el equipo de fieles al expresidente Carles Puigdemont dentro de la candidatura Junts per Catalunya y los antisistema de la CUP. Desde la calle, les apoya la Asamblea Nacional Catalana, que estos d¨ªas tambi¨¦n debate internamente si cambia o no de rumbo.
El otro grupo, partidario de frenar la v¨ªa unilateral y retirarse a los cuarteles de invierno para reponer fuerzas est¨¢ configurado por Esquerra Republicana y encuentra simpat¨ªas en el PDeCAT, el partido al que parad¨®jicamente sigue perteneciendo Carles Puigdemont. De la sociedad civil, el apoyo a este grupo llega desde ?mnium Cultural, la entidad que, junto con la ANC ha organizado las grandes movilizaciones independentistas. Este segundo bloque defiende aparcar la secesi¨®n y formar un gobierno autonomista, aunque sin dejar de lado la ret¨®rica independentista.
Desconfianza en el bloque
Sus diferencias quedaron patentes de nuevo esta semana. Junts per Catalunya decidi¨® insistir en Jordi S¨¤nchez, en prisi¨®n preventiva, para presidir la Generalitat pese a que el Tribunal Supremo no autoriza que asista al Parlament. Desde ERC ped¨ªan proponer un candidato viable, eso es, sin cargas judiciales, al igual que una parte de los diputados del PDeCAT. La CUP, fiel a su l¨ªnea, exige desobediencia e implementar la rep¨²blica proclamada en octubre.
El discurso oficial de Junts per Catalunya y Esquerra es que se trabaja incansablemente por cerrar un Govern. Representantes de ambas formaciones se han pasado d¨ªas insistiendo en que solo quedaban ¡°flecos¡±. Sin embargo, m¨¢s all¨¢ de las resoluciones judiciales que ya han impedido dos intentos de investidura, el desacuerdo y la desconfianza mutua son grandes. En varias ocasiones se han boicoteado unos a otros. El presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC), se ha negado a tirar adelante las peticiones de cambios legales propuestos por Junts per Catalunya, por ejemplo, la investidura telem¨¢tica. La lista del expresident Carles Puigdemont vende acuerdos que ERC desmiente, con la boca peque?a.
Los l¨ªderes de Esquerra, Oriol Junqueras y Marta Rovira, pidieron esta semana en una carta ¡°alejarse de declaraciones altisonantes y de los fuegos artificiales¡± que cosechan escasos resultados. Los republicanos no logran salir del shock de tener a Junqueras en prisi¨®n desde hace m¨¢s de cuatro meses. Desde el mundo neoconvergente les echan en cara que frustraran la intenci¨®n de adelantar elecciones en octubre pasado, justo antes de la declaraci¨®n de independencia y la puesta en marcha de la intervenci¨®n del Gobierno de la Generalitat amparada en el art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n.
Esquerra quiere ahora desacelerar. Del ¡°tenemos prisa¡± de Junqueras en 2012 se ha pasado a la idea de trabajar m¨¢s para ampliar la base independentista, que de acuerdo con las ¨²ltimas elecciones representa el 47,5%. Seg¨²n el ¨²ltimo Bar¨®metro del Centro de Estudios de Opini¨®n de a Generalitat, el apoyo a la independencia se ha desplomado ocho puntos en cuatro meses. En octubre, el pen¨²ltimo sondeo, era del 48,7%. En el de febrero, del 40,8%.
Ese Gobierno del ¡°mientras tanto¡± desde ERC lo denominan ¡°republicano¡± por tener una agenda social y de desarrollo de Catalu?a. Pero a pesar de ese discurso, y de cara a hacer que la CUP apoye desencallar la investidura, los republicanos y Junts per Catalunya ofrecen a los anticapitalistas sacar a delante un proceso constituyente con una nueva consulta y seguir el proceso de elaboraci¨®n de una Constituci¨®n desde Bruselas, pilotado por el expresidente Carles Puigdemont.
Junts per Catalunya vive su propia dicotom¨ªa. El exjefe de Gobierno tuvo carta blanca para armar su candidatura, que reivindicaba la restituci¨®n del Govern cesado. Su partido, el PDeCAT, facilit¨® toda su infraestructura. De su 34 diputados, solo 13 son del partido. Y de estos al menos cinco son m¨¢s puigdemonistas que neoconvegentes, como es el caso del alcalde de Valls, Albert Batet. Los puntos de vista son muy diferentes, y mientras que los independientes del grupo parlamentario quieren marcar un perfil radicalmente secesionista y de confrontaci¨®n con el Estado, algunos del PDeCAT abogan por ¡°un Govern estable dentro de la legalidad¡±, en palabras de la coordinadora neoconvergente Marta Pascal.
El entorno de Puigdemont gana al PDeCAT
El anuncio de los independientes de Junts per Catalunya de querer formalizarse como movimiento pol¨ªtico, una confluencia al estilo de la que llev¨® a Ada Colau a la alcald¨ªa de Barcelona, ha hecho levantar las alarmas dentro del PDeCAT. ¡°Nadie puede pensar que podamos renunciar a este activo pol¨ªtico que hemos construido durante mucho tiempo¡±, afirm¨® la coordinadora general del partido neoconvergente, Marta Pascal. Los independientes ha ya han logrado imponer sus tesis, como la de insistir en la candidatura de Jordi S¨¤nchez para, dicen, no caer en el ¡°marco mental¡± del Gobierno, en detrimento de investir al exportavoz del gobierno de Carles Puigdemont, Jordi Turull.
Ese alma m¨¢s radical de Junts per Catalunya tambi¨¦n se ve m¨¢s cerca de negociar con la CUP y ve margen para proponer uno de los suyos ¡ªtal vez el diputado Quim Torra, exdirector del Born Centro Cultural¡ª como un candidato que guste m¨¢s a los anticapitalistas y permita facilitar su apoyo. La CUP ha visto desde la barrera las negociaciones entre Junts per Catalunya y ERC, cuyos contenidos se han limitado a las filtraciones, de lado y lado, sobre consejer¨ªas y cargos, algunos tan suculentos como la direcci¨®n de los medios p¨²blicos catalanes.
Los anticapitalistas quiren una fecha para el multirefer¨¦ndum y esta semana, por primera vez, su l¨ªder, Carles Riera advirti¨® de que, si bien el nombre del pr¨®ximo presidente no es un problema, ¡°un candidato muy vinculado al PDECat no pone las cosas f¨¢ciles¡±.
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