¡°Si cae la presidenta no aguantamos m¨¢s¡±

Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid y del partido en la regi¨®n, cerr¨® el pasado martes con el amargo trago de declarar en el Congreso como primer cargo en activo del PP que comparec¨ªa en la comisi¨®n de la Asamblea que investiga la financiaci¨®n del partido. Al d¨ªa siguiente, se despert¨® con la denuncia de un cambio supuestamente fraudulento y a su favor de las notas de dos asignaturas de un m¨¢ster que curs¨® en 2011- 2012 en la Universidad Rey Juan Carlos. Present¨® toda la documentaci¨®n que, seg¨²n ella, demostraba su inocencia, pero quedaron dudas.

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El caso continu¨® su rodaje alentado por la negativa de la presidenta a hacer p¨²blico el trabajo de fin de m¨¢ster por ¡°no hacerle el juego a la oposici¨®n¡±. La presidenta madrile?a no levanta cabeza y ella misma reconoce que ¡°todos los d¨ªas¡± sufre ¡°ataques¡±, en su opini¨®n, sin fundamento. Tampoco aclara de d¨®nde proceden. Su mano derecha y portavoz del Gobierno, ?ngel Garrido, neg¨® ayer la posibilidad de que surjan de fuego amigo. ¡°No, desde luego no creo que sea as¨ª en absoluto¡±, zanj¨®.

El constante estado de sobresalto comienza a hacer mella en el partido, que convive con una l¨ªder con una credibilidad a la baja y con preguntas cada vez m¨¢s insistentes en la calle. Cifuentes insiste en que saca fuerzas por ser ¡°hija de militar¡±. Pero el ¨²ltimo envite del m¨¢ster amenaza con provocar una herida m¨¢s profunda de lo habitual. Hay voces dentro del PP madrile?o que dudan de esa pronta recuperaci¨®n e, incluso, de que le sea posible resurgir como la l¨ªder s¨®lida que se perfilaba al inicio de legislatura.

Los recelos de los populares no impiden, sin embargo, que el PP de Madrid cierre filas en torno a ella. ¡°Es por pura supervivencia, si cae no aguantamos m¨¢s con tantos esc¨¢ndalos que nos atenazan¡±, explican fuentes del partido.

Tampoco se olvida que se present¨® como ¡°la salvadora¡± del PP madrile?o, salpicado por casos de corrupci¨®n que han conducido a algunos de sus m¨¢s altos dirigentes a prisi¨®n. ¡°Se los quit¨® de en medio. La culpa era de los dem¨¢s, y eso hay gente que no se lo perdona¡±, reflexiona un diputado regional, que descarta un ataque interno organizado.

La inusual decisi¨®n de Cifuentes de denunciar ante la fiscal¨ªa los negocios del Canal de Isabel?II en Latinoam¨¦rica propiciados por cargos de su propio partido como Ignacio Gonz¨¢lez, investigados en la Operaci¨®n Lezo, contribuy¨® a enervar los ¨¢nimos de un sector del PP, que lo consider¨® una traici¨®n.

La oposici¨®n (PSOE, Podemos y Ciudadanos) utiliza en los enfrentamientos parlamentarios con Cifuentes muchos de los argumentos esgrimidos por los cr¨ªticos de su propio partido, entre ellos, que no se puede presentar como el adalid de la lucha contra la corrupci¨®n con 30 a?os de afiliaci¨®n y despu¨¦s de ocupar cargos de relevancia.

La situaci¨®n est¨¢ afectando a sus relaciones con Ciudadanos, ya muy deterioradas, partido gracias al que fue investida presidenta de la Comunidad de Madrid al no lograr la mayor¨ªa absoluta en las urnas. Las explicaciones de la presidenta no han convencido a su socio, que ha solicitado su comparecencia en el pleno ¡°dada la gravedad de las acusaciones¡±.