La culpa la tiene Bob Dylan
La madrile?a Nat Simons presenta hoy su tercer trabajo, ¡®Lights¡¯, un tratado de folk-rock, en la sala The Secret Social Club
Unas 550 palabras. Su primera canci¨®n fue para Bob Dylan. Sab¨ªa que posiblemente el de Minnesota nunca llegar¨ªa a escucharla, pero el mero hecho de imaginarlo le dio el empuje que necesitaba para lanzarse a la composici¨®n. Desde aquel momento, la carrera de Natalia Garc¨ªa Poza (Madrid, 1985), alias Nat Simons, ha sido fulminante. Tal vez demasiado r¨¢pida, como ella misma reconoc¨ªa un par de d¨ªas atr¨¢s.
¡°Hace no mucho apenas sab¨ªa tocar la guitarra. Este verano toco en el Primavera Sound con mi banda. Me ha costado cre¨¦rmelo, quitarme muchas inseguridades de encima¡±, confiesa la artista mientras posa para el fot¨®grafo entre la Fender de Josele Santiago y la Rickenbacker de Ariel Rot en la tienda de guitarras vintage Headbangers. Hoy presenta su ¨²ltimo disco, Lights, en la sala The Secret Social Club de Madrid.
La m¨²sica de Nat Simons parece venir de mucho m¨¢s lejos: Nashville, Memphis o Chicago son los lugares a los que remiten los temas de Lights, su tercer disco, que bebe, como los anteriores, de la m¨²sica americana de ra¨ªz, aunque gana en arreglos y desenvoltura. En sus canciones suenan blues y rock, con un poso countryque recuerda a las piezas m¨¢s en¨¦rgicas de Patty Loveless. Dicho de otro modo: Nat Simons es casi una reci¨¦n llegada, pero parece que llevara toda la vida en esto.
¡°Estoy en una fase en la que me siento muy fuerte¡±, explica. ¡°Ven¨ªa de justo lo contrario con mi anterior disco: una etapa m¨¢s depresiva, desubicada: era m¨¢s joven y ten¨ªa m¨¢s incertidumbres sobre hacia d¨®nde dirigir mi vida, si estaba haciendo las cosas bien. Mis circunstancias personales tampoco ayudaban. Necesitaba quitarme de encima todas las relaciones t¨®xicas que ten¨ªa y volver a mi sitio. En lo musical, de tocar tanto en directo he evolucionado mucho. Yo era una persona muy t¨ªmida, cuando me sub¨ªa a un escenario lo pasaba realmente mal. Pero ahora le he cogido el gusto y por fin disfruto realmente tocando en directo¡±.
Su padre, fan irredento de Neil Young y la Creedence, le ense?¨® a tocar la guitarra cuando ella ten¨ªa ocho a?os. Pero no fue hasta la veintena cuando Simons decidi¨® dejar su trabajo en publicidad y dedicar su vida a las seis cuerdas. ¡°Fue despu¨¦s de ver un documental de Bob Dylan. Me cambi¨® algo por dentro. De repente ten¨ªa una necesidad imperiosa de sacar todos sus temas. Me compr¨¦ una ac¨²stica y una arm¨®nica a la vez y me encerr¨¦ hasta que los tuve todos¡±.
Tiempos de MySpace
Despu¨¦s llegaron sus propias canciones. ¡°Sub¨ª algunas a MySpace, cuando esa plataforma ya estaba anticuada. Las grab¨¦ en casa, en plan cutre, con un port¨¢til. Y pas¨® todo muy r¨¢pido: me contact¨® Manifesta Records [no confundir con Manifesto, el sello de Tom Waits o Dead Kennedys, aunque tampoco hubiera desentonado all¨ª], una discogr¨¢fica independiente de Nueva York. Me grab¨® un primer disco, me nominaron a los Premios Pop Eye como mejor artista de folk... Pasaron muchas cosas, y yo a¨²n no hab¨ªa tocado ni un acorde en directo¡±.
Esto suced¨ªa hace nueve a?os. Nat Simons ya tiene mucha carretera a sus espaldas, y hoy se planta en el escenario con siete m¨²sicos. ¡°Lights est¨¢ muy instrumentado y quiero que suene como el disco en la medida de lo posible¡±, explica, y zanja: ¡°Vivo de la m¨²sica. Disfruto con lo que hago. Qui¨¦n me lo hubiera dicho cuando so?aba con Bob Dylan¡±.
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