Jacobo Serra y la flor de la vida
El autor de ¡®Fuego artificial¡¯ certifica en Los Matinales de EL PA?S su estir¨®n definitivo
Jacobo Serra fue durante una temporada el candidato perfecto a ¡°secreto mejor guardado¡±, pero con ¨¦l pasa como con la titulaci¨®n acad¨¦mica de los pol¨ªticos: que todo se acaba sabiendo. De ah¨ª la cola que este s¨¢bado daba la vuelta a la esquina de la Sala Clamores, con centenares de sus seguidores. Escaleras abajo les esperaba una nueva entrega de Los Matinales de EL PA?S en la que Serra repas¨® su primer trabajo en castellano, Fuego artificial, y lo mejor de su producci¨®n anterior en ingl¨¦s.
Entre las cuestiones idiom¨¢ticas y el estilo, nuestro protagonista vive inmerso en una sugerente reformulaci¨®n. El hombre al que siempre emparentaban con Rufus Wainwright o The Beatles tira ahora m¨¢s de guitarras el¨¦ctricas e influencias contempor¨¢neas, lo que ha dado pie a un bonito juego de disyuntivas. ?En ingl¨¦s o en castellano? ?En modo introspectivo o en el expansivo?
El ser humano, siempre tentado a tomar partido. ?Eran mejores los Beatles de la antolog¨ªa roja o los de la azul? ?The Jayhawks, con o sin Mark Olson? ?Los Genesis de Peter Gabriel o de Phil Collins? ?Y Ol¨¦ Ol¨¦: en la ¨¦poca de Vicky Larraz o con Marta S¨¢nchez? Salvo el ¨²ltimo ejemplo, que carece de respuesta coherente, todos los dem¨¢s demuestran que navegamos siempre en un mar de dudas. Y Jacobo ofreci¨® esta vez la soluci¨®n: buena gana de escoger cuando podemos quedarnos con todo.
Las dos caras ya se intuyeron en la inaugural Deshielo, que ahora crece tanto en seda como en garra. Gana en pegada El activista y experimenta un vertiginoso aceler¨®n Fuego artificial, ese tema singular¨ªsimo con un mismo estribillo para muchas estrofas distintas. Las canciones eran a¨²n adolescentes en noviembre, cuando se presentaron por vez primera en Madrid, pero ahora est¨¢n en la mism¨ªsima flor de la vida. Y los escuderos, los vers¨¢tiles y exquisitos Gonzalo Maestre y Adri¨¢n Seijas, no cejaron de ponerlas cada vez m¨¢s guapas. Juanma Latorre, guitarrista de Vetusta Morla y productor de Fuego artificial, se incorpor¨® con Mientras est¨¦s ah¨ª para trazar paisajes alucin¨®genos con su el¨¦ctrica. Y a¨²n faltaba por incorporarse Coque Malla, que se hizo con las riendas de la preciosa Vacaciones en el mar, relato ¡°tragic¨®mico¡± de un amor que hace aguas en pleno crucero por las islas griegas.
Para el interludio ac¨²stico, con The word I never say y Long ago, los tres m¨²sicos se apostaron a pie de escenario y tocaron sin ninguna amplificaci¨®n: guitarra, banjo, ukelele y armon¨ªas vocales. Jara, una jovenc¨ªsima oyente de tres a?os que les escuchaba entre el p¨²blico a un palmo de ellos, se qued¨® tan absorta que durante varios minutos se le olvid¨® pesta?ear y seguir mordisqueando su galleta. Luego Latorre regresar¨ªa para On and on, El imperio y La brecha, que deber¨ªa ser un ¨¦xito por tierra, mar y streaming.
A¨²n quedaba la sorpresa de Jacobo como crooner, junto al pianista cubano Archi Alp¨ªzar, homenajeando (I fall in love too easily) a uno de los artistas que m¨¢s suena en su piso de Chamber¨ª: Chet Baker. Y aunque Serra presumi¨® de su hermano Jos¨¦ Mar¨ªa (¡°es como yo, pero m¨¢s alto y guapo¡±), acapar¨® todas las miradas. Justo en la semana en que se supo que ejercer¨¢ como telonero en varias fechas de Vetusta Morla, entre ellas Madrid, el albacete?o peg¨® el estir¨®n definitivo. Ahora sus canciones est¨¢n en plena eclosi¨®n.
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