Teodora y ¡®las 17¡¯ de El Salvador: cuando abortar es el peor crimen
Una mujer liberada tras diez a?os en prisi¨®n lucha por despenalizar el aborto en pleno debate en el pa¨ªs centroamericano
Cuando despert¨®, despu¨¦s de pasar un d¨ªa entero en estado de semiinconsciencia, Teodora V¨¢squez se vio en un hospital, con el pie izquierdo esposado a la camilla y rodeada de periodistas. La polic¨ªa les hab¨ªa convocado para que pudieran fotografiar el Mal: una chica de 23 a?os y origen humilde acababa de matar a su hijo reci¨¦n nacido. Nadie quiso atender, ni entonces ni despu¨¦s, la versi¨®n de Teodora: que hab¨ªa sufrido un aborto involuntario por una emergencia no atendida. Despu¨¦s de pasar 10 a?os y siete meses en la c¨¢rcel, la mujer est¨¢ ahora en Barcelona, donde busca la atenci¨®n de los medios para denunciar que, en su pa¨ªs, abortar -aunque sea por accidente- tiene un precio exorbitado.
La presi¨®n internacional -la ONU, el Parlamento Europeo o Amnist¨ªa Internacional, que lanz¨® una campa?a con su imagen como bandera¨C torci¨® la voluntad de El Salvador, que en 2008 hab¨ªa condenado a Teodora a 30 a?os de c¨¢rcel por homicidio agravado y hace dos meses le conmut¨® la pena y la dej¨® en libertad. De la c¨¢rcel ha salido una activista. ¡°Yo antes era una persona de las que no opinaba. No me interesaba el tema del aborto. No pensaba que esto me pod¨ªa pasar a m¨ª. Tampoco pensaba en las mujeres que lo sufr¨ªan¡±, explica Teodora, firme defensora de la despenalizaci¨®n del aborto en su pa¨ªs, que aplica una de las legislaciones m¨¢s severas del mundo: proh¨ªbe el aborto en todos los supuestos y los castiga con entre 8 y 50 a?os de c¨¢rcel. En pleno debate sobre la materia en El Salvador, Teodora ha pasado por Bruselas y ahora est¨¢ en Barcelona, invitada por Cooperacci¨®, donde el mi¨¦rcoles se reuni¨® con la alcaldesa Ada Colau.
Aunque el recuerdo sigue vivo, Teodora ya est¨¢ ya lejos de Ilopango, el penal ¡°espantosamente horrible¡± para mujeres de la capital, San Salvador, donde pas¨® m¨¢s de una d¨¦cada hacinada en una celda, discriminada por las funcionarias y amenazada por reclusas que comparten con una amplia mayor¨ªa social la idea de que el aborto es el peor crimen. ¡°Mi pa¨ªs es religioso, machista y conservador. Muchos creen que lo que hemos hecho es un pecado, que vamos a ir al infierno y que deber¨ªamos haber muerto nosotras y no nuestros beb¨¦s¡±. Teodora no olvida a sus ¡°compa?eras¡±, las ¡°17 y m¨¢s¡±, nombre con el que se conoce a las mujeres salvadore?as encarceladas por abortar. Cuando empez¨® la campa?a para liberarlas eran 17, pero el n¨²mero fluct¨²a y ahora son 24. De ah¨ª el ¡°m¨¢s¡±.
Todas esas mujeres est¨¢n en su memoria. Recita sus nombres: Maira Figueroa, que abort¨® tras ser violada y fue condenada a 15 a?os de c¨¢rcel, pena que se le conmut¨® hace un mes; Mar¨ªa Teresa Rivera, en libertad desde hace un a?o pero con asilo en Suecia porque la fiscal¨ªa quer¨ªa reabrir el caso; Imelda Isabel Cort¨¦s, presa como ella en Ilopango y condenada a 30 a?os; Sandra Isabeth Alfaro, de 19 a?os, que perdi¨® al feto de forma espont¨¢nea en un instituto p¨²blico y fue denunciada por la directora; o la ¨²ltima, Imelda Isabel Cort¨¦s, que lleva un a?o en prisi¨®n preventiva, en el penal de San Miguel, tras abortar porque fue violada por su padrastro.
Adem¨¢s de mujeres y salvadore?as, a todas ellas las une otra circunstancia: son pobres. Las mujeres ricas de El Salvador tambi¨¦n abortan, pero no ingresan en prisi¨®n. ¡°Se van a Cuba o a M¨¦xico, o lo hacen en cl¨ªnicas privadas que no reportan¡±, explica su abogada, que la acompa?a en la visita. Un informe de la Agrupaci¨®n Ciudadana por la Despenalizaci¨®n del Aborto incide en ese perfil: se trata de mujeres solteras o con las parejas lejos, de zonas rurales o barrios deprimidos y, en general, con escasa formaci¨®n. Teodora cree que hay un efecto colateral en la presencia de mujeres pobres -tambi¨¦n por otros delitos- en las c¨¢rceles de El Salvador. "Solo en Ilopango hay 3.000 mujeres, la mayor¨ªa con hijos peque?os, que crecen sin protecci¨®n de la madre y se apuntan a las pandillas".
La misma cadena de circunstancias que sac¨® a Teodora de Ilopango la condujo hasta all¨ª. En 2007, la mujer trabajaba en la cafeter¨ªa de un colegio p¨²blico. Estaba embarazada de 39 semanas cuando sinti¨® ¡°fuertes dolores¡± y llam¨® a emergencias. Nadie acudi¨® a atenderla. Entr¨® al ba?o y se desmay¨® por la p¨¦rdida de sangre. El beb¨¦ naci¨® muerto. El ordenanza la vio, vio el feto y la denunci¨®. Cuando la Polic¨ªa lleg¨® no lo hizo para atenderla, sino para incriminarla. ¡°?Por qu¨¦ lo hiciste?, me preguntaron¡±. La mujer, que ahora tiene 34 a?os, cuenta que la llevaron a un calabozo ¡°con ratas y gusanos¡± y le esposaron las manos a un punto alto de la pared, lo que le oblig¨® a estirar el cuerpo y a tocar el suelo "solo de puntillas". As¨ª permaneci¨® una noche. ¡°Hasta que un polic¨ªa dijo que iba a morir all¨ª y que mejor me muriera en el hospital".
Luego llegaron la zozobra, la camilla, los periodistas. Y el proceso penal: su familia solo pudo reunir 700 d¨®lares para pagar la asistencia del abogado a una vista previa; el d¨ªa del juicio acudi¨® un letrado de oficio que la conoci¨® ese mismo d¨ªa y no sab¨ªa nada de la causa. Una pura formalidad. Fue condenada porque, seg¨²n las pruebas cient¨ªficas (luego cuestionadas) asfixi¨® al beb¨¦. ¡°Tuve que cargar a la vez con varias cosas. Alejarme del hijo que ya ten¨ªa [ahora tiene 14 a?os] y de mi familia. La p¨¦rdida de mi beb¨¦. Y la de mi libertad¡±. Los primeros a?os en prisi¨®n fueron dur¨ªsimos hasta que, el 11 de junio de 2012 ¨Crecuerda la fecha con precisi¨®n- vio una luz: las activistas de la Agrupaci¨®n Ciudadana se le acercaron y empezaron a organizar a las mujeres en su misma situaci¨®n.
El Salvador debate estos d¨ªas la despenalizaci¨®n del aborto en algunos supuestos: cuando la mujer ha sido v¨ªctima de violaci¨®n o trata de seres, cuando hay riesgo para la vida o cuando el feto es inviable. Los activistas quieren que se apruebe con celeridad, antes del 30 de abril en todo caso, cuando se constituye una nueva c¨¢mara m¨¢s conservadora. Teodora quiere ir m¨¢s all¨¢ y propugna el aborto libre: ¡°Las mujeres tenemos derecho a decidir por nosotras mismas, no necesitamos que alguien venga a gobernarnos¡±. Mientras eso se consigue, intenta que ninguna mujer m¨¢s vaya a la c¨¢rcel por abortar. Y que las que ya est¨¢n all¨ª, ¡°queden en libertad¡±. ¡°No podemos permitir que el Estado salvadore?o, por orgulloso y machista, permita que esas mujeres se consuman en la c¨¢rcel¡±.
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