A los alquileres sociales tambi¨¦n se les acaba el contrato
La PAH alerta que las familias afectadas son las mismas que sufrieron desahucios y daciones en pago tras la explosi¨®n de la burbuja inmobiliaria
Hace cinco a?os, en plena crisis hipotecaria, con miles de familias golpeadas por el paro e incapaces de pagar las cuotas, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) comenz¨® a conseguir daciones en pago y alquileres sociales. La daci¨®n en pago supon¨ªa librarse de la deuda y entregar el piso al banco. Y el alquiler social, el alivio de poderse quedar en la vivienda pagando una peque?a renta. Tres a?os despu¨¦s, aquellos contratos de alquiler han finalizado y las mismas entidades que intentaron echar a las familias, ahora no les renuevan los contratos. O s¨ª, pero a precios de mercado que no pueden asumir. Ahora vuelven a la PAH.
¡°Nos llegan familias de todas partes: de Barcelona, pero tambi¨¦n de Badalona, L¡¯Hospitalet, Cornell¨¤¡¡±, explica la portavoz de la PAH, Luc¨ªa Delgado. Y son, sobre todo, familias que en su d¨ªa se hipotecaron con entidades que acabaron absorbidas por Catalunya Caixa. Delgado evoca todo el recorrido hecho: ¡°Con la crisis hipotecaria nos organizamos, empoderamos a la gente a quien se criminalizaba con aquello de ¡®nadie te oblig¨® a comprarte un piso¡¯, paramos desahucios, se?alamos a los bancos como culpables, conseguimos daciones, alquileres sociales¡ y tres a?os despu¨¦s, vuelven a utilizar a los mismos afectados para especular con la vivienda porque despu¨¦s de la estafa hipotecaria se apuntan a la burbuja del alquiler¡±.
Son familias que ya se enfrentaron a la amenaza de la p¨¦rdida de la vivienda, levantaron cabeza y ahora reviven la pesadilla, vuelven a darles largas, a recibir la demanda de desahucio¡ y vuelven a ponerse la camiseta verde de la PAH. ¡°Hemos conseguido alguna renovaci¨®n, pero mucha gente se ha marchado sin acudir a nadie, los desahucios invisibles, y otros han vuelto a la PAH¡±, lamenta.
En aquel momento, la hecatombe era tan grande que nadie se planteaba la periodicidad de los contratos de alquiler. Tres a?os o cinco de tranquilidad a las familias les parec¨ªa fant¨¢stico. Familias como la de Wilson Rivera, ecuatoriano que vive con su mujer y sus tres hijas en unos bajos del barrio de Sant Ildefons, en Cornell¨¤. Lleg¨® a Espa?a en 2002 para trabajar en la construcci¨®n y en 2004 compr¨® los bajos. 212.000 euros. Hipoteca con Caixa Tarragona, que luego absorbi¨® Catalunya Caixa, con quien firm¨® la daci¨®n y el alquiler social cuando se qued¨® sin empleo, sin subsidio y sin poder pagar. 210 euros al mes ha pagado durante tres a?os hasta que en abril del a?o pasado se le termin¨® el contrato.
Pero ahora el interlocutor es otro. Es Anticipa, la gestora inmobiliaria del fondo Blackstone que se qued¨® la cartera del BBVA tras absorber todo el ladrillo de Catalunya Caixa. De hecho, no es ni Anticipa, es Budmac, una filial.
Fondos buitres
¡°Los nuestros son los pisos de los fondos buitres, que se los quedaron tras pagar el rescate de los bancos con dinero p¨²blico en un pa¨ªs donde hay dinero para todo menos para hacer vivienda social¡±, lamenta. Desde que se le acab¨® el contrato, ha dejado de pagar. Asegura que no recibi¨® el burofax inform¨¢ndole un mes antes de que se le acababa el contrato: ¡°Me daban dos opciones: o salir del piso o pagar 600 euros de alquiler, y no podemos¡±. Su mujer trabaja 30 horas y ¨¦l cobra el subsidio de los 430 euros. La demanda de desahucio le lleg¨® en verano y el abogado de oficio detect¨® un defecto de forma que le ha dado algo de aire.
¡°He vuelto a la PAH pero tarde, cuando ya ten¨ªa el problema encima¡±, dice Rivera haciendo autocr¨ªtica. Asegura que le han ofrecido dinero. 3.000 euros si se marcha: ¡°Ni hablar, ya no soy un muchacho, yo lo que quiero es vivir aqu¨ª con un alquiler que pueda pagar; y los fondos lo que quieren es que desaparezcamos los inquilinos para reformar la vivienda y alquilarla a precio de mercado¡±.
¡°Siempre pillamos los pobres, hubo amnist¨ªa fiscal para las fortunas¡ ?por qu¨¦ no para los aut¨®nomos?¡±, lamenta Rivera. ¡°Y mientras, hemos retrocedido 15 a?os, con alquileres altos que invitan a comprar, como si no hubi¨¦ramos aprendido nada, y con la diferencia de que ahora el empleo es precario¡±, a?ade. Ante casos como el de esta familia, fuentes de Anticipa responden que ¡°en casos de vulnerabilidad est¨¢n intentando que los Ayuntamientos tambi¨¦n contribuyan y aporten un complemento de renta, a medio camino entre el alquiler social y el precio de mercado, porque la empresa tambi¨¦n renuncia a la renta de mercado¡±.?
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