La lluvia de las ¨²ltimas semanas multiplica el riesgo de desprendimientos

El violento desprendimiento de rocas que ha afectado 200 metros de una carretera comarcal del Pallars Juss¨¤ ha dejado al descubierto el riesgo potencial de derrumbe que hay en varias laderas de la red viaria. La acumulaci¨®n de lluvias del ¨²ltimo trimestre ha multiplicado el peligro. El Colegio de Ge¨®logos de Catalu?a ha impulsado un Observatorio del Georiesgo para estudiar la problem¨¢tica y ha detectado tres puntos negros: la C-14, la C-16 y la C-17, o lo que es lo mismo: el Eje del Segre, el del Llobregat y el del Ter.

El alud del Pallars despe?¨® 50.000 toneladas de piedra y arena. El punto donde se produjo la avalancha consta delimitado como una ¨¢rea de riesgo de deslizamiento de tierras, seg¨²n el Instituto Cartogr¨¢fico y Geol¨®gico de Catalu?a (ICGC). Desde hace m¨¢s de diez a?os el ICGC trabaja en un plan para cartografiar Catalu?a a trav¨¦s de una serie de mapas geol¨®gicos a escala 1:25.000. Apenas se ha llegado a estudiar un tercio de toda la superficie catalana pero se da la circunstancia de que la zona del Pirineo de Lleida, al ser especialmente susceptible a los derrumbes, s¨ª consta en los mapas. ¡°Un desprendimiento de esa entidad no es evitable, la magnitud del fen¨®meno supera las defensas que se puedan instalar¡±, se?ala Joan M. Vilaplana, profesor del departamento de Geodin¨¢mica y Geof¨ªsica de la Universitat de Barcelona (UB). Considera que, ante una avalancha semejante, no hay mallas ni redes de seguridad que sirvan.

Vilaplana, reconocido como Ge¨®logo del A?o en 2015, impulsa el Observatorio del Georiesgo, un grupo de trabajo para conocer y aislar los puntos de la red viaria, y ferroviaria, catalana donde hay m¨¢s riesgo de desprendimientos. En la mesa para tratar el problema se ha sentado la Direcci¨®n general de Carreteras de la Generalitat, el RACC y Protecci¨®n Civil. El Observatorio ha detectado que en zonas monta?osas de Lleida, como el entorno de Tremp o los cerros de la Ribagor?a y el Montsec, el riesgo es alto: ¡°La ca¨ªda de piedras a la carretera es habitual, y ahora con la lluvia y la nieve han ca¨ªdo much¨ªsimas¡±, se?ala el profesor Vilaplana. ¡°Hay una relaci¨®n directa entre lluvia acumulada y el movimiento de las rocas¡±, a?ade.

Pese a ser una zona sensible a los derrumbes, la poca densidad de tr¨¢fico que registra la carretera afectada, la LV-9124, hac¨ªa dificilmente predecible un suceso de consecuencias tan graves. Muy distinto es el caso de tres rutas que el Colegio de Ge¨®logos se?ala como puntos de riesgo: la C-14, la C-16 y la C-17. ¡°La probabilidad de accidente por ca¨ªda de piedras es elevada porque hay que sumarle que el volumen de tr¨¢fico es muy alto¡±, dice Joan M. Vilaplana.

En la C-14, que sube de T¨¤rrega a la Seu d'Urgell por Organy¨¤, la Generalitat gasta 40 millones de euros para construir un t¨²nel de poco m¨¢s de un kil¨®metro a trav¨¦s de un desfiladero donde la ca¨ªda de rocas era habitual.

El Departamento de Territorio tambi¨¦n ha hecho varias actuaciones en la C-17 despu¨¦s que, en 2016, el desprendimiento de una gran piedra mat¨® a una conductora de 28 a?os en Tagamanent.

En la C-16 el riesgo se concentra ¡°desde Berga hacia el norte¡±, apunta Vilaplana. Ah¨ª tambi¨¦n es problem¨¢tica la C-26, que enlaza el Bergued¨¤ con el Solson¨¨s. El Observatorio del Georiesgo reclama ¡°m¨¢s inversi¨®n en investigaci¨®n¡± para mejorar las metodolog¨ªas de predicci¨®n.