Protocolo vecinal para combatir los ¡®narcopisos¡¯
Los vecinos del Raval dise?an informes y fichas para recabar informaci¨®n y d¨¢rsela a la polic¨ªa y a las administraciones
Los vecinos del barrio del Raval de Barcelona llevan meses suplicando la atenci¨®n de las administraciones. Viven en el coraz¨®n de la ciudad, a escasos metros de la Rambla. Pero desde el pasado verano se ha transformado su paisaje humano y por las calles deambulan personas drogodependientes buscando mezclas de hero¨ªna y coca¨ªna cortada con matarratas a entre tres y seis euros la dosis. El fen¨®meno de los llamados narcopisos ¡ªapartamentos ocupados donde se trafica con drogas¡ª ha hecho mella en el barrio, convirtiendo algunas calles en inh¨®spitas y peligrosas. Tras meses de protestas, un grupo de vecinos ¡ªconstituidos en las plataformas Acci¨®n Raval y Acci¨®n Reina Am¨¤lia¡ª ha confeccionado un protocolo para hacer frente a la situaci¨®n del barrio. ¡°Hemos dise?ado toda una forma de actuar para dar masticado a la polic¨ªa y a las administraciones d¨®nde est¨¢n los narcopisos¡±, asegura ?ngel, de Acci¨®n Raval.
El protocolo lo han repartido entre entidades y particulares y gracias a ¨¦l pretenden que las administraciones ¡°no tengan excusas y act¨²en¡±. ¡°Hemos utilizado el protocolo hasta en cinco narcopisos y funciona¡±, asegura ?ngel. El documento contiene ocho puntos con los que pretenden acabar con los puntos de venta de droga. El primer punto es claro: ¡°Lo m¨¢s importante es no enfrentarse a los traficantes bajo ninguna circunstancia¡±. El documento remarca que los que tienen que actuar son la Guardia Urbana y los Mossos, pero los vecinos pueden incitar y ayudar a la actuaci¨®n policial. ¡°Hay que reunir al mayor n¨²mero de vecinos del mismo bloque o zona afectada para crear un escrito detallado de la situaci¨®n. [Con el documento], dirigirse a la comisar¨ªa de Mossos y preguntar por el departamento de relaci¨®n con la comunidad para interponer una denuncia¡±, remarca el protocolo, que acompa?a varios n¨²meros de tel¨¦fonos. Adem¨¢s de en comisar¨ªa, se pide a los vecinos que lleven una copia de ese informe al departamento de servicio a las personas del distrito de Ciutat Vella.
Como el propio protocolo tambi¨¦n deja entrever cierta desconfianza con la efectividad de las administraciones, tambi¨¦n se pide a los vecinos que localicen al due?o del piso ocupado, que se le ¡°ponga al corriente¡± de las pr¨¢cticas que se est¨¢n llevando a cabo en el mismo y que se le ¡°exija que denuncie la actividad de tr¨¢fico de drogas¡± que se hace en su propiedad.
El protocolo de Acci¨®n Raval tambi¨¦n informa del tel¨¦fono que debe utilizarse, de inmediato, en el caso de localizar jeringuillas en la v¨ªa p¨²blica. Las personas adictas a sustancias como la hero¨ªna suelen tardar entre cuatro y siete minutos entre que compran la droga y la consumen. Los servicios de limpieza del Ayuntamiento recogieron el pasado a?o en Barcelona 31.012 jeringuillas de las que 20.000 estaban en el distrito de Ciutat Vella.
Un problema complejo para la polic¨ªa
El fen¨®meno de los narcopisos en el Raval comenz¨® en 2016 cuando varias operaciones de los Mossos d'Esquadra, en el barrio de la Mina en Sant Adri¨¤ del Besos, desplaz¨® a los vendedores al centro de Barcelona. El problema, en muchas ocasiones, es que para que los agentes desmantelen los narcopisos se precisa una autorizaci¨®n judicial que tarda semanas. Una vez detenido al camello el Consistorio intenta localizar al propietario del inmueble para tapiar e inutilizar el piso. No siempre es f¨¢cil y, en varias ocasiones, lo vuelven a ocupar y comienzan a traficar de nuevo. Es entonces cuando los polic¨ªas vuelven a la casilla de salida y vuelven a solicitar una nueva orden de entrada y registro.
Si los vecinos localizan alg¨²n piso o local vac¨ªo que todav¨ªa no ha sido ocupado, tambi¨¦n se les anima a rellenar una serie de fichas que deben entregarse en la sede del distrito. ?ngel asegura que el protocolo funciona pero es insuficiente. ¡°Necesitamos ayuda, sobre todo de la Generalitat, que es qui¨¦n menos est¨¢ actuando para acabar con el problema¡±. Aunque los vecinos aseguran que no todo deriva de las mafias. ¡°Al tr¨¢fico de drogas se le suman la especulaci¨®n, turistificaci¨®n, los abusos del ocio nocturno, desahucios y, en definitiva, la expulsi¨®n de los vecinos. Las administraciones deben invertir en pol¨ªticas sociales de vivienda y de atenci¨®n a toxic¨®manos¡±, destaca.
Desde Acci¨® Raval aseguran que en la actualidad en el barrio hay cerca de 30 narcopisos, aunque en otras ¨¦pocas casi se multiplicaba por tres esta cifra. Seg¨²n el ¨²ltimo informe municipal de la comisi¨®n de seguimiento sobre la problem¨¢tica de las drogas, hasta abril se hab¨ªan detectado en el Raval 360 pisos vac¨ªos u ocupados con finalidades de venta de drogas. El 28% de estos pisos se encontraban en la zona de influencia de la calle Riereta, seguidos por En Roig (14%) y Sant Gil (12%). La mayor¨ªa de estas viviendas, un 31%, pertenecen a entidades financieras y un 26% pertenecen a sociedades. Una decena de narcopisos son de propiedad municipal y el Consistorio ya ha denunciado las ocupaciones y actividades que se realizan all¨ª.
Desde el punto de vista policial, entre 2017 y 2018 se han realizado 74 entradas en el distrito de Ciutat Vella, la mayor¨ªa de ellas en el Raval, con 99 detenidos.
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