La obra radical de Jordi Benito ya luce en Granollers

El Parc de Ponent de Granollers ya acoge la ¨²ltima gran obra de uno de los artistas m¨¢s radicales que han dado las artes catalanas, Jordi Benito (Granollers, 1951 ¡ª Barcelona, 2008). Se trata de un conjunto de instalaciones y esculturas que materializan, como no pod¨ªa ser de otro modo en un creador de sus caracter¨ªsticas, de un espacio de arte total en la naturaleza. Han pasado diez a?os desde que Benito falleci¨® prematuramente y su ciudad ha querido brindarle de este modo un homenaje p¨®stumo inaugurando, durante la pasada diada de San Jordi, el proyecto que concibi¨® hace m¨¢s de 15 a?os, en 2003. Tres a?os m¨¢s tarde lo entreg¨® a Josep Mayoral por aquel entonces concejal de Urbanismo, que ahora, ya como alcalde de la ciudad, ha podido finalmente realizarlo.

¡°Este parque le fascinaba por sus reminiscencias noucentistes y por el racionalismo de sus autores, el despacho de Josep Martorell, Oriol Bohigas y David Mackay, los arquitectos que en pleno franquismo recuperaron esta corriente. Se dise?¨® en la feliz ¨¦poca preol¨ªmpica y se inaugur¨® en 1989¡±, recuerda el estudioso Vicen? Altai¨®, comisario del proyecto, adem¨¢s de amigo ¨ªntimo de Benito y profundo conocedor de su obra.

El conjunto escult¨®rico del Parc de Ponent ha sido bautizado De Vinar¨°s a Berl¨ªn i de Granollers a l¡¯univers, en homenaje a la exposici¨®n De Vinar¨°s a Berl¨ªn, celebrada en 1994 en la galer¨ªa Carles Tach¨¦ de Barcelona, en la que se estrenaron dos de las cuatro obras que lo componen. En la entrada se encuentra una torre de alta tensi¨®n sin electricidad con los cables por fuera, coronada por el signo del infinito; en un muro ha sido grabada una f¨®rmula cient¨ªfica y al fondo se ha instalado un gran c¨ªrculo de 15 piedras de granito, que evoca el vac¨ªo del m¨²sico John Cage, el anillo de los Nibelungos de Wagner y el C¨ªrculo Catal¨¢n, que Richard Long cre¨® en 1986. El maestro brit¨¢nico del land art cre¨® esta obra para la Colecci¨®n La Caixa, con piedras de Besal¨² que hab¨ªa recogido con el propio Benito.

El broche de oro, sin embargo, se encuentra en medio del lago: son las nuevas rocas pintadas de negro con las partituras en bajorrelieve del a?orado compositor Carles Santos, amigo y c¨®mplice de Benito. ¡°Se tuvo que vaciar el lago, instalarlas y volver a llenarlo. Benito dej¨® el proyecto planificado en todos sus detalles. El resultado es una obra de arte total, que pone en movimiento el lenguaje, la m¨²sica, la ciencia, la t¨¦cnica y la historia, con la fuerza de la pasi¨®n por el arte¡±, indica con exhaustividad Altai¨®, destacando la importancia del proyecto ¡°en un momento en el que los programas de escultura p¨²blica han desaparecido de la agenda institucional¡±.

Crucificarse en un piano

¡°En el parque la m¨²sica se escucha sin que nadie la toque, pero si no hubiera fallecido el pasado diciembre, Santos habr¨ªa interpretado la partitura para la inauguraci¨®n. M¨²sica para todos, esta es la utop¨ªa revolucionaria de un arte minoritario, libre y radical para una cultura de masas¡±, afirma Altai¨®. Sin embargo, hubo una peque?a performance el d¨ªa de la inauguraci¨®n.

Artista radical, capaz de combinar el arte conceptual con las performances m¨¢s viscerales, y todo ello con el dise?o de interiorismo y de mobiliario, seguramente una inquietud herencia de su padre, cuyo oficio era el de ebanista, Benito fue el artista que inaugur¨® en 1984 el Palau March como primera sede de la Consejer¨ªa de Cultura, tras la restauraci¨®n de la Generalitat, con la acci¨®n Epifan¨ªa apote¨®tica del megalom¨¢rtir Sant Jordi.

Fascinando por los pianos y la simbolog¨ªa taurina, Benito impact¨® con acciones cruentas, como crucificarse sobre un piano, recubrirse con los huesos de una fosa com¨²n o acurrucarse en las tripas a¨²n calientes de un toro descuartizado, lo que le llev¨® al hospital con una grave infecci¨®n. Hasta este punto llevaba Benito la uni¨®n entre vida y arte.