Travesuras sinf¨®nicas de John Adams
El director estadounidense conquista el Palau de la M¨²sica con oleadas sonoras de gran impacto
En su estreno como director en Barcelona, John Adams dej¨® bien claro que en su m¨²sica la filiaci¨®n minimalista no deja de ser una simple y enga?osa etiqueta. El famoso compositor y director estadounidense filtra, mezcla y agita en sus obras un arsenal de t¨¦cnicas, est¨¦ticas y efectos tan poderosos que, m¨¢s que hipnotizar al p¨²blico, lo deja aturdido por la contundencia de su relato sonoro. Y esa poderosa energ¨ªa conquist¨® el Palau de la M¨²sica Catalana de Barcelona en un viaje musical al frente de la Orquestra Simf¨°nica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC), al que se sumaron en la segunda parte los coros del Orfe¨® Catal¨¤, el Cor de Cambra del Palau y el Cor Jove.
Adams abri¨® el programa con Short ride in a fast machine, fanfarria para orquesta estrenada en 1986 que no da respiro ni a los m¨²sicos ni al p¨²blico. Usando las t¨¦cnicas minimalistas, describe sonoramente un breve y vertiginoso viaje en un coche deportivo del que se sale noqueado por sus contrastes abrumadores. La OBC mantuvo la obsesiva energ¨ªa con firmeza, pero la dureza en el sonido fue constante en toda la velada; su m¨²sica, y en especial esta pieza, pide agresividad sonora, pero tambi¨¦n mayor flexibilidad y claridad de planos.
John Adams
Compositor y director
Attacca Quartet. OBC. Orfe¨® Catal¨¤, Cor de Cambra del Palau y Cor Jove. Palau de la M¨²sica Catalana.
Barcelona, 26 de mayo.
La ac¨²stica del Palau jug¨® en contra de la expansi¨®n natural de las oleadas sonoras que agitan Absolute Jest, curioso concierto para cuarteto de cuerda y orquesta concebido como homenaje a los cuartetos m¨¢s visionarios de Beethoven. Adam present¨® en castellano, con sencillez y simpat¨ªa, algunos de los fragmentos que cita en la obra, y que fueron tocados por el Attacca Quartet como did¨¢ctica presentaci¨®n antes de lanzarse con la OBC al torbellino sonoro que genera esta pieza estrenada en 2012.
Siguiendo el ejemplo de Stravinsky en Pulcinella ¡ªsuite en la que reescribe piezas de Pergolesi¡ª, Adams da rienda suelta a su fantas¨ªa sonora jugando con vigorosas citas beethovenianas ¡ªen especial el Scherzo del opus 131, la Gran Fuga y el opus 135¡ª, a los que suma fragmentos sinf¨®nicos y de sonatas para piano. Tambi¨¦n incorpora autoreferencias en un obsesivo juego de citas que conforma una epatante travesura sinf¨®nica, hilvanada con buen humor y contundentes contrastes.
El programa se cerr¨® con Harmonium, especie de sinfon¨ªa coral inspirada en versos de John Donne y Emily Dickinson que en 1980 marc¨® un cambio en su est¨¦tica minimalista; el patr¨®n repetitivo se mantiene, pero deja m¨¢s espacio a una expresi¨®n m¨¢s humana y profunda. Eso s¨ª, los numerosos efectivos corales y orquestales, apretujados en el escenario, se emplearon a fondo en los poderosos cl¨ªmax que hicieron retumbar los cimientos del templo modernista. El triunfo de Adams fue, nunca mejor dicho, sonado.
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