La reapertura de una mina de cobre pone en pie de guerra a agricultores y mariscadores gallegos

La reactivaci¨®n de una megamina de extracci¨®n de cobre situada en los Ayuntamientos de Touro y O Pino, en plena ¨¢rea metropolitana de Santiago (A Coru?a), ha puesto en pie de guerra a cuarenta colectivos de agricultores y mariscadores, dos de los sectores primarios m¨¢s representativos de la econom¨ªa gallega. La denuncia de estas plataformas sobre los graves efectos contaminantes que generar¨ªa la explotaci¨®n minera, ha sido avalada por investigadores sobre econom¨ªa aplicada y expertos en biolog¨ªa marina: ¡°la nube de polvo de metales pesados se extender¨ªa 15 kil¨®metros y llegar¨ªa a la capital compostelana, mientras los vertidos contaminantes a la cuenca del r¨ªo Ulla ser¨ªan unos 3.000 millones de litros, los cuales tardar¨ªan medio d¨ªa en llegar a los bancos marisqueros de la r¨ªa de Arousa que mueven anualmente 91 millones de euros¡±.

El proyecto de reactivar la vieja mina est¨¢ pendiente de los informes medioambientales de la Xunta aunque sus promotores ya han dado por hecho que ser¨¢n aprobados. Mientras anuncian la creaci¨®n de m¨¢s de 400 empleos directos, la empresa ha negado las acusaciones de las plataformas vecinales que ha tachado de ser ¡°una contestaci¨®n social puramente ideol¨®gica¡±. Atalaya Mining, con sede en Chipre, que cotiza en bolsa en Londres y cuyos socios de referencia son un grupo chino y otro con sede en Suiza, y Explotaciones Gallegas, la propietaria del terreno, que actualmente extrae ¨¢ridos y a la que la Xunta abri¨® varios expedientes, son las compa?¨ªas promotoras de Cobre San Rafael, que se encuentra en tr¨¢mites con la Administraci¨®n auton¨®mica para explotar, en principio, unas 700 hect¨¢reas de superficie.

La Plataforma vecinal Mina No y la Plataforma en defensa de la R¨ªa de Arousa (PDRA) ya ha anunciado una gran movilizaci¨®n en Santiago para el 10 de junio contra el proyecto minero cuya puesta en marcha prev¨¦ voladuras diarias a cielo abierto en las que se emplear¨¢n entre 9 y 16 toneladas de explosivos cada una. Adem¨¢s, denuncian que el proceso de separaci¨®n del cobre contempla la utilizaci¨®n de unas 15.000 toneladas de productos qu¨ªmicos altamente peligrosos y sospechosos de provocar c¨¢ncer. Otro de los cap¨ªtulos negros del proyecto para los cr¨ªticos es gasto estimativo anual de agua que prev¨¦ el proyecto (2,25 hm3, seis veces m¨¢s que los dos Ayuntamientos afectados juntos), la eliminaci¨®n en el entorno minero de 341 hect¨¢reas de masa forestal y 150 de cultivos y vegetaci¨®n natural, pero, sobre todo, la creaci¨®n de dos grandes balsas de lodos con un dique de 3,2 kil¨®metros y 80 metros de altura (como la catedral de Santiago). ¡°Balsas que podr¨ªan romper, advierten, como ya ocurri¨® en Aznalc¨®llar, en 1998, con graves riesgos para la Aldea de Arinteiro, a 200 metros del dique¡±.

El consejero delegado de Atalaya Mining, el ourensano Alberto Lavandeira, ha sido el encargado de presentar el proyecto a los medios en marzo pasado. ¡°Lo que m¨¢s me duele es que la gente dude de los t¨¦cnicos, de la administraci¨®n y de los sistemas de control", ha comentado en medio de reproches los colectivos cr¨ªticos con la mina: ¡°Deben pensar que los metales nacen en los ¨¢rboles", brome¨® el ingeniero, con experiencia en las minas del Congo y actual responsable de la reactivaci¨®n de la mina de Riotinto, en Huelva.

Seg¨²n ¨¦l, ha mantenido contactos con colectivos ecologistas, lo que le hace pensar que las cr¨ªticas no vienen de ah¨ª, sino de grupos "ideol¨®gicos". Una apreciaci¨®n que contrasta con la de las m¨¢s importantes asociaciones de defensa medioambiental en Galicia que no han parado de advertir sobre los riesgos que entra?a este proyecto minero.

Las cifras que ha dado la compa?¨ªa contemplan una inversi¨®n de 200 millones de euros en 15 a?os de vida de la mina que podr¨ªan ampliarse, y ha prometido que estos empleos, una vez conseguidos todos los permisos de la Xunta, ser¨¢n ocupados por vecinos de la zona e indefinidos en un 90%. "No va a haber suficiente gente" en los pueblos de los alrededores, ha llegado a comentar el directivo. Durante los ¨²ltimos dos a?os y medio, seg¨²n los n¨²meros ofrecidos por Lavandeira, Cobre San Rafael ha destinado cinco millones a investigaci¨®n y lleva casi 600 sondeos realizados, 240 de ellos en fincas de particulares. La empresa dispone ya de 400 hect¨¢reas, pero opta a comprar, alquilar o cambiar otras 300, la mayor parte de eucaliptales, asegura, pero tambi¨¦n prado y cultivos, un 6% seg¨²n la minera.