El gancho de Josep Carreras y Ainhoa Arteta llena Pedralbes en una fr¨ªa velada l¨ªrica
Arranca el festival de Barcelona con una gala amenazada por los nubarrones
Al caer la noche, y con la amenaza de tormenta flotando en el ambiente- el numeroso p¨²blico que acudi¨® a la cita inaugural de la sexta edici¨®n de Festival Jardins de Pedralbes miraba cielo con el alma en vilo y el paraguas bien a mano. El mal tiempo, desapacible e incierto, a?adi¨® frialdad a un concierto l¨ªrico salvado por el gancho popular de Josep Carreras y Ainhoa Arteta, acompa?ados con discreto brillo por el Arts Symphony Ensemble y el director David Gim¨¦nez. El programa, a base de napolitanas, zarzuela, est¨¢ndares y muy poca ¨®pera, levant¨® aplausos pero, quiz¨¢ por lo trillado y previsible de la f¨®rmula, gener¨® menos pasi¨®n de la que cab¨ªa esperar.
La cita que suele dar el pistoletazo de salida al verano musical catal¨¢n qued¨® lastrada este mi¨¦rcoles por el mal tiempo. Tras pisar la alfombra roja que da acceso a los jardines de Pedralbes, el olor a tierra mojada acompa?aba al p¨²blico en un paseo hacia el gran escenario, las terrazas y los puntos gastron¨®micos que tuvo al barro como poco glamuroso compa?ero de viaje. Quienes optaron por un atuendo elegante vieron con horror los estragos en el calzado; el resto tambi¨¦n sorte¨® los charcos, pero sufri¨® menos.
Tras una cel¨¦rica versi¨®n de la Far¨¢ndula de la suite de La Arlesiana, de Bizet, el famoso tenor catal¨¢n templ¨® la voz con L¡¯ultima canzone, de Tosti, contando desde el inicio con el acompa?amiento c¨®mplice de su sobrino, David Gim¨¦nez. La cant¨® con gesto serio -apenas esboz¨® unas sonrisas y permaneci¨® r¨ªgido en escena a lo largo del concierto- y voz tremolante, auxiliado por una amplificaci¨®n excesiva y un sonido orquestal descarnado; de hecho, el Arts Symphony Ensemble, con instrumentistas de la OBC y la orquesta del Liceu, es una formaci¨®n de bolo, y se nota.
Elegante y sonriente, Arteta apost¨® por el repertorio catal¨¢n en su primera intervenci¨®n, interpretando con lirismo de buen cu?o dos canciones de Alb¨¦niz -La lontananza y Morir¨°- que fueron lo menos trillado del programa. Carreras jug¨® la baza emocional con una entra?able romanza de la m¨¢s famosa zarzuela catalana, Can?¨® d¡¯ amor i de guerra, de Mart¨ªnez Valls y estimul¨® el fervor patri¨®tico en el turno de propinas con La Santa Espina, de Morera.
No falt¨® el encanto de la Carmen de Bizet ¨C la soprano vasca estuvo m¨¢s c¨®moda en la c¨¦lebre Habanera que en la Seguidilla, y la temperatura l¨ªrica subi¨® enteros con la combinaci¨®n de zarzuela y temas populares que llenaron el segundo tramo de un programa de corte muy popular, sin pausa, que fue transmitido en directo por la 2 de TVE.
Arteta y Carreras unieron sus voces en muy pocas p¨¢ginas; solo dos d¨²os en el programa oficial -el voluptuoso vals de Satie Je te veux y el brillante d¨²o y jota de El d¨²o de La Africana, de Fern¨¢ndez Caballero-, y en las propinas apostaron por el sabor napolitano de Non ti scordar di me y, como previsible final, el Brindis de La traviata. La soprano tolosana volvi¨® a la ¨®pera en las propinas, aprovechando el encanto l¨ªrico de Puccini (Oh, mio babbino caro y el vals de Musetta), y el veterano divo catal¨¢n mostr¨® su temperamento en temas populares como The impossible dream, del musical El hombre de la Mancha, de Leight, My way y un intenso Core?n grato.
A pesar de la buena disposici¨®n del p¨²blico- el recinto, con 2.400 plazas, casi se llen¨®-, y la entrega de los dos divos, la velada transcurri¨® en un registro m¨¢s bien plano, con un ambiente desangelado y apenas roto por algunos destellos de pasi¨®n l¨ªrica. Antes del concierto, una cena solidaria en favor de los Valientes del hospital Sant Joan de D¨¦u, reuni¨® en el interior del palacio de Pedralbes a m¨¢s de seiscientas personas, entre ellas, pol¨ªticos y empresarios como Santi Vila, Xavier Trias, Jaume Collboni, Josep Crehueras, Jaume Gir¨® y Francisco Reyn¨¦s.
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