Espalter 6, otra historia de expulsiones en el Raval

La historia del edificio n¨²mero 6 de la calle Espalter del Raval no es especial. No es singular, ni siquiera excepcional. La historia del n¨²mero 6 de la calle Espalter del Raval es el reflejo de lo que viven a diario decenas de vecinos de la capital catalana, sobre todo en el distrito de Ciutat Vella. Un fondo de inversi¨®n ha comprado el edificio de ocho pisos donde conviven vecinos en una de las zonas m¨¢s degradadas de la capital catalana. Pocos quieren vivir a escasos metros de narcopisos, drogadictos, prostituci¨®n y mala vida. En un edificio pared con pared con la miseria y el dolor que se le ha antojado a aquellos que mueven los hilos de la especulaci¨®n inmobiliaria. A Mari, Mohammed, F¨¢tima o Marian hace meses que nadie les cobra el alquiler. Los antiguos due?os del n¨²mero 6 de Espalter vendieron hace un a?o el edificio a un fondo inversor. El nuevo propietario se ha negado a renovar los contratos de alquiler. No les cobra pero, a cambio, les env¨ªa visitas de individuos, ¡°matones¡±, que les ofrecen dinero siempre y cuando abandonen sus hogares. Los actuales due?os tienen otros proyectos para unos pisos situados a 400 metros de la Rambla. Proyectos relacionados con la reforma, el lujo y, seguramente, la especulaci¨®n y el turismo. Proyectos para los que necesita deshacerse de unos lastres en forma de vecinos combativos que no lo van a poner nada f¨¢cil.

¡°Nos est¨¢n expulsando, nos echan a todos y todo para convertir Barcelona en el parque tem¨¢tico de Europa¡±, denunciaba ayer Mari Lupia?ez. Ella vive en uno de los ¨¢ticos de este edificio de cuatro alturas sin ascensor.

En primavera del a?o 2017 se acab¨® el contrato de alquiler a todos los vecinos del edificio menos a una inquilina, ?ngeles. ¡°La inmobiliaria que administraba la finca nos dijo que el bloque estaba en venta y pact¨® con nosotros dejarnos seguir viviendo ¡ªsin abonar las mensualidades de unos 400 euros que costaba cada piso¡ª a cambio de estar disponibles para ense?ar el inmueble a arquitectos o aparejadores¡±, recuerda Lupia?ez. Tras varias visitas, en julio del pasado a?o, una sociedad compra el edificio, denuncia a los vecinos e inicia el proceso de desahucio. ¡°Fue entonces cuando empezaron las amenazas. Yo tengo tres hijos y no tengo trabajo. Si me echan de aqu¨ª no s¨¦ donde voy a ir¡±, se queja Mohammed, del 3? 1?. Los vecinos se pusieron en contacto con diferentes asociaciones como Acci¨® Raval o Stop Desahucios y denunciaron los hechos en la oficina de vivienda del Ayuntamiento de Barcelona.

?ngeles lleva medio siglo viviendo en el edificio. Su contrato es indefinido y la estrategia de la entidad fue diferente: ¡°Vino un abogado y me ofreci¨® dinero y cambios a pisos de Cornell¨¤ o Ciutat Meridiana. Yo me negu¨¦ y empezaron los insultos. Llegaron a decirme que era una pordiosera¡±.

El pasado diciembre, Maria Dolores y Juan perdieron el juicio y el juez dict¨® una orden de desahucio que ha sido aplazada al 21 de julio. Marian perdi¨® el pasado 7 de junio su juicio. Todos conocen lo que les espera.

En abril, cuatro estudiantes okuparon uno de los pisos, que llevaba cuatro a?os vac¨ªos, para ponerle palos en las ruedas a las pretensiones de los nuevos propietarios. Ya han recibido varias visitas poco amables.

La historia del n¨²mero 6 de la calle Espalter no es especial.