Humanicemos las cifras
Necesitamos medidas que nos permitan avanzar hacia un modelo social diferente, que posibilite la autonom¨ªa de las personas
El Roto es un dibujante conocido por su capacidad para captar la rendija de cinismo presente en nuestra sociedad, poniendo de relieve a menudo las incoherencias (incluso ¡®perversiones¡¯) de nuestras pol¨ªticas. En mi opini¨®n, dos de sus vi?etas son especialmente reveladoras en cuanto a la relaci¨®n entre las cifras y las personas. En la primera, un ¨²nico personaje afirma: ¡°Cuanto m¨¢s miro los n¨²meros, m¨¢s borrosas veo las personas¡±. En la segunda, asistimos a un di¨¢logo entre dos personas. ¡°Detr¨¢s de los n¨²meros hay personas¡±, dice una de ellas. ¡°Pues que se retiren¡±, contesta la otra.
Es evidente que el conocimiento cuantitativo de las diversas realidades nos ayuda a dar una mejor respuesta, nos permite una lectura m¨¢s precisa y establecer tendencias. Los ¨²ltimos a?os han sido ricos en informes sobre pobreza y desigualdades: feminizaci¨®n de la pobreza, pobreza energ¨¦tica, pobreza infantil, exclusi¨®n residencial... Estos adjetivos nos sirven para segmentar las propuestas sin parcializar el fen¨®meno. No podemos olvidar que la pobreza es una, aunque se presente con varios rostros. Las respuestas no pueden ser parciales, sino transformadoras y de cambio de modelo.
Hace pocos d¨ªas se publicaron los datos de pobreza en Catalu?a del a?o 2017 (Encuesta de condiciones de vida 2017, Idescat). No podemos decir que nos sorprendan, desgraciadamente. Han confirmado lo que desde las entidades sociales ya advert¨ªamos en nuestro d¨ªa a d¨ªa. La tasa de riesgo de pobreza ha subido ocho d¨¦cimas en relaci¨®n a 2016 y se sit¨²a en un 20%. La mayor¨ªa de los indicadores muestran un empeoramiento, a excepci¨®n de la privaci¨®n material severa, que ha bajado ligeramente (del 5,5% en 2016 al 5% en 2017). Esta es una buena noticia, junto con que se ha reducido el n¨²mero de personas que tienen dificultades para llegar a fin de mes. Pero no es suficiente. Tal y como se?ala la Taula d¡¯entitats del Tercer Sector, en el aumento de la tasa de riesgo de pobreza es especialmente preocupante el de la poblaci¨®n de menos de 16 a?os (se sit¨²a en un 28,5%, 4,5 puntos por encima del 2016). Esta cifra debe ponerse en relaci¨®n con otros informes como La transmisi¨®n intergeneracional de la pobreza de la Fundaci¨®n FOESSA, o Aqu¨ª, hoy, todav¨ªa de Save the Children. Cerca de 250.000 ni?os son pobres en Catalu?a (uno de cada cuatro). El riesgo de pobreza es mayor para las familias con hijos a cargo.
Cabe destacar la subida de medio punto del riesgo de pobreza en las personas mayores, de un 15,5%. Si bien no parece especialmente representativo, apunta a una situaci¨®n ya conocida: la sobrecarga que sufren las personas mayores en cuanto a su contribuci¨®n en la econom¨ªa dom¨¦stica, una situaci¨®n que a menudo conlleva p¨¦rdida de autonom¨ªa y de capacidad adquisitiva. Finalmente, y como aviso para navegantes, hay que detenerse en el porcentaje de poblaci¨®n con intensidad de trabajo muy baja, que sube 1,6 puntos y se sit¨²a en un 8,8%. Esta tambi¨¦n es una realidad conocida por nosotros. La precarizaci¨®n del empleo dificulta las posibilidades de promoci¨®n social. Ya hace tiempo que tener un trabajo remunerado no garantiza los m¨ªnimos para vivir. Solo tenemos que poner en relaci¨®n los salarios y el precio del alquiler, por ejemplo. Los trabajadores y trabajadoras pobres son, pues, otra cara de la pobreza.
Necesitamos medidas que nos permitan revertir estas situaciones y avanzar hacia un modelo social diferente, que posibilite la autonom¨ªa de las personas y haga de la nuestra una sociedad menos desigual. Es evidente que la renta garantizada de ciudadan¨ªa puede favorecer este cambio, ya que supone una nueva mirada a las pol¨ªticas sociales, al tiempo que puede ser una herramienta ¨²til para empoderar a las personas. Ahora bien, no es suficiente. La inversi¨®n en educaci¨®n (m¨¢s all¨¢ del marco acad¨¦mico), la puesta en marcha del salario m¨ªnimo y las medidas para la creaci¨®n de vivienda social, entre otros, son indispensables.
Ojal¨¢ la pr¨®xima Encuesta sobre Condiciones de vida refleje una situaci¨®n diferente. Nosotros nos esforzaremos para que as¨ª sea, porque no estamos hablando de n¨²meros. Estamos hablando de personas.
Sonia Fuertes es presidenta de Entitats Catalanes d'Acci¨® Social (ECAS)
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