Evitar el enfrentamiento civil
Para referirse a los catalanes ¡°unionistas¡±, m¨¢s de un pol¨ªtico o intelectual procesista ha hablado de la ¡°quinta columna¡±, un concepto que se acu?¨® en la Guerra Civil
A los l¨ªderes independentistas no les gust¨® que el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, declarara que Catalu?a est¨¢ ¡°al borde del enfrentamiento civil¡±. Seguramente el disgusto ven¨ªa m¨¢s por la entrada de Borrell en el Gobierno de Pedro S¨¢nchez que por el contenido de la declaraci¨®n, que no era esencialmente nuevo: por poner un solo ejemplo, Josep Piqu¨¦ ya dio un titular semejante despu¨¦s del 1-O (¡°Corremos el riesgo de una confrontaci¨®n civil en Catalu?a¡±).
?Estamos al borde de un enfrentamiento civil o existe el riego de llegar a ese estadio? En lugar de reiterar los argumentos de Borrell, Piqu¨¦ u otros ¡°unionistas¡±, un ejercicio interesante puede ser explorar el posible reconocimiento de ese riesgo en el lado independentista.
El 17 de enero, en su primer discurso como presidente del Parlament de Catalu?a, Roger Torrent manifest¨® que quer¨ªa contribuir a ¡°coser¡± la sociedad catalana. Hablar impl¨ªcitamente de una sociedad descosida no supone aceptar el riesgo de un enfrentamiento civil. Pero s¨ª que implica aceptar un cierto grado de fractura: m¨¢s all¨¢ de las convicciones pol¨ªticas de cada uno, Torrent reconoci¨® que el proc¨¦s hab¨ªa rasgado el tejido social catal¨¢n. La tesis de la fractura la subscribi¨® con todas las letras el presidente Quim Torra en la primera sesi¨®n de control de la legislatura. In¨¦s Arrimadas le pregunt¨® al presidente c¨®mo piensa trabajar ¡°para revertir la fractura social que tenemos en nuestra tierra¡±. En lugar de negar la existencia de esa fractura social, con su biso?ez caracter¨ªstica Torra respondi¨® que pensaba hacerlo, de entrada, ¡°invit¨¢ndola al Palau de la Generalitat¡±.
Aceptada la existencia de esa fractura, otro ejercicio interesante puede ser examinar la contribuci¨®n del independentismo a su creaci¨®n. Aqu¨ª no hablaremos de supuestos golpes de estado, ni de presuntos delitos de rebeli¨®n con violencia que est¨¢n m¨¢s en la cabeza de algunos jueces que en la realidad emp¨ªrica, como el reciente documental sobre los hechos del 20 de septiembre ha venido a subrayar. Con alg¨²n detalle discursivo bastar¨¢.
El primer y principal detalle es el mismo t¨¦rmino ¡°unionista¡±. Este t¨¦rmino se adopt¨® como un sparring caj¨®n de sastre donde cab¨ªa todo lo que no fuera independentismo a ultranza: desde los partidarios de suprimir la autonom¨ªa hasta los confederalistas m¨¢s radicales, que solo compartir¨ªan con Espa?a la Corona, el Ej¨¦rcito y poca cosa m¨¢s, pasando por federalistas sim¨¦tricos, asim¨¦tricos y tangenciales. Pero m¨¢s all¨¢ de su poca precisi¨®n, el t¨¦rmino evoca un contexto ¡ªel Ulster¡ª donde el enfrentamiento civil no era un riesgo sino una realidad. Y ya se sabe el poder que tiene el lenguaje: importando el t¨¦rmino se corr¨ªa el riesgo (?acaso asumido?) de importar tambi¨¦n la realidad.<TB>
Hay otros destellos del esp¨ªritu de confrontaci¨®n en otros detalles discursivos. Para referirse a los catalanes ¡°unionistas¡±, m¨¢s de un pol¨ªtico o intelectual procesista ha hablado de la ¡°quinta columna¡±, un concepto que se acu?¨® en la Guerra Civil espa?ola e hizo fortuna en otros conflictos b¨¦licos (Jaume Sobrequ¨¦s o Joan Tard¨¤ podr¨ªan ser dos ejemplos). Otros han pretendido se?alar a partidos enteros o personas concretas como ¡°colaboracionistas¡±, otro t¨¦rmino de raigambre b¨¦lica. Y hay m¨¢s: antes del 1-O la ahora supuestamente moderada Marta Pascal tuvo sus merecidos minutos de gloria al proclamar que ¡°todos los soldados del PDECat est¨¢n en disposici¨®n de hacer lo que haga falta¡±. En este inflamado contexto es un consuelo que se hablara de ¡°choque de trenes¡± en lugar de ¡°choque de tanques¡±.
Podr¨ªamos tranquilizarnos pensando que todo esto son met¨¢foras de las malas, en parte esperables en unas ¨¦lites poco le¨ªdas y menos dadas a la reflexi¨®n. Pero en el entorno independentista existen otras manifestaciones que no son precisamente licencias po¨¦ticas. Un ejemplo es lo que les dijo Albano Dante Fach¨ªn a In¨¦s Arrimadas y Xavier Garc¨ªa Albiol despu¨¦s del ¨²ltimo Sant Jordi: ¡°Sant Jordi ser¨¤ sempre nostre i vosaltres esteu fora. I per molts anys¡±. Alguien podr¨ªa decir: no hay para tanto; al fin y al cabo en el firmamento independentista Albano Dante solo habr¨¢ sido una estrella fugaz. Lo m¨¢s grave es que esto de distinguir los que caben de los que no es lo que hizo Quim Torra en una c¨¦lebre sentencia: ¡°Si la senyora Mart¨ªnez Sampere [antigua diputada del PSC] i el president Montilla s¨®n catalanistes, ¨¦s evident que uns quants tenim un problema. Aqu¨ª no hi cap tothom¡±. Sea cual fuere el significado de ¡°aqu¨ª¡±, decidir unilateralmente qui¨¦n cabe y qui¨¦n se queda fuera de algo no parece la mejor manera de ahuyentar el fantasma del enfrentamiento civil.
Albert Branchadell es profesor de la Facultad de Traducci¨®n e Intepretaci¨®n de la UAB.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Declaraci¨®n Unilateral Independencia
- Ley Refer¨¦ndum Catalu?a
- Refer¨¦ndum 1 de Octubre
- Legislaci¨®n auton¨®mica
- Catalu?a
- Autodeterminaci¨®n
- Refer¨¦ndum
- Generalitat Catalu?a
- Gobierno auton¨®mico
- Conflictos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Comunidades aut¨®nomas
- Elecciones
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Legislaci¨®n
- Espa?a
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Justicia