Los Alfaques quiere olvidar 40 a?os despu¨¦s
La explosi¨®n de un cami¨®n cisterna junto a un camping del delta del Ebro mat¨® a 215 personas
La memoria se esfuerza por olvidar. A Hans Rolph Phannkuchen y a su esposa, Sigrid, les interesa poco recordar el accidente. Esta pareja de jubilados germanos verane¨® dos d¨¦cadas en el campingLos Alfaques (Tarragona). Siempre en julio. Hace cuarenta a?os estaban alojados all¨ª pero aquel martes, d¨ªa 11, salieron de excursi¨®n en compa?¨ªa de unos amigos. Cinco coches, con 11 ni?os a bordo. El pantano de La S¨¨nia y el deseo de sus dos hijas de ba?arse en agua dulce tras tanta playa les salv¨®. Al regresar, el drama: 215 muertos fruto de la explosi¨®n de un cami¨®n cisterna sobrecargado de gas propileno.
¡°El apoyo de la gente fue nuestra gran suerte¡±, admite Mario Gianni, hijo de los fundadores y actual director del camping. La clientela jam¨¢s fall¨® y las puertas del negocio no cerraron ni tan siquiera en los d¨ªas posteriores a la explosi¨®n. ¡°Este es el esp¨ªritu del cliente del camping¡±, explica Gianni, que se ha llegado a enfrentar a Google por los resultados, ¡°fotos muy desagradables¡±, dice, que arrojaba el buscador cuando alguien tecleaba en Internet el nombre de su establecimiento. Desconoce si la multinacional actu¨® tras mucho insistirle o si fue obra y milagro del famoso algoritmo pero, ahora, ya no se enerva tanto cuando consulta la pantalla. El director tambi¨¦n hizo una llamada al orden a la televisi¨®n alemana RTL al saber que grababan, en Menorca, un telefilme basado en la tragedia de Los Alfaques. Un breve mural en una pared es todo el recuerdo que dedica el camping a la desdicha.
Aquel 11 de julio soleado se ti?¨® de negro a la hora de comer cuando un cami¨®n cisterna que iba sobrecargado de gas propileno explot¨® en la carretera N-340. Hab¨ªa dejado atr¨¢s el n¨²cleo urbano de Sant Carles de la R¨¤pita y le quedaban ocho kil¨®metros para alcanzar el siguiente pueblo, Alcanar. A escasos metros del lugar donde revent¨® el dep¨®sito hab¨ªa m¨¢s de 700 personas disfrutando de sus vacaciones. Al camping Los Alfaques apenas si le quedaba libre alguna de sus 250 parcelas. La ola expansiva arras¨® el lugar y mat¨® a 215 personas. El 11 de julio de 1978 es hoy un triste recuerdo. Ya no se escucha tanto acento alem¨¢n como abundaba porque el cliente mayoritario es ahora el franc¨¦s. Los h¨¢bitos apenas han variado y sigue siendo dif¨ªcil encontrar una plaza libre en el rebautizado como C¨¤mping Alfacs. Mario Gianni ten¨ªa nueve a?os y todav¨ªa lo recuerda. Estaba jugando con un muchacho de su edad, un ni?o madrile?o que perdi¨® a sus padres en la explosi¨®n, cuando la bola de fuego asol¨® el camping. ¡°Fui en busca de mi hermana y andamos por la playa hacia la R¨¤pita¡±. En la zona, Sant Carles de la R¨¤pita es simplemente La R¨¤pita. El municipio ha ligado su nombre a la tragedia de Los Alfaques pese a que el camping se halla en t¨¦rmino del pueblo vecino. Joan Andreu Boria era, entonces, alcalde de Alcanar. Recuerda que ¡°la impresi¨®n fue tremenda¡± pero lamenta que se haya alimentado una leyenda negra, seg¨²n ¨¦l, poco fiel. ¡°Mucha gente dice que vio a los muertos, que hizo fotos, que si el olor... que no me vengan con cuentos¡±, concluye, y asegura que la r¨¢pida reacci¨®n de los equipos de emergencia precint¨® el lugar al poco rato.
Salvador Vila regenta el Hotel Montecarlo, muy cercano al lugar del accidente. Afirma que estuvo ¡°sacando cad¨¢veres¡± del camping, junto con dos de sus hermanos. ¡°Hay fotos, ¨ªbamos de negro porque luc¨ªamos luto por la reciente muerte de nuestro padre¡±. Ninguno ten¨ªa conocimiento alguno de primeros auxilios, pero apunta que ¡°la voluntad de ayudar¡± les impuls¨® hasta Los Alfaques. Hans Rolph se?ala al cielo cuando imagina qu¨¦ les hubiera ocurrido de no hacer aquella salida. Sigrid, su esposa, plante¨® objeciones a volver al camping al verano siguiente, pero su marido y las dos ni?as hicieron frente com¨²n para regresar. La familia se termin¨® comprando un chal¨¦ en la zona y Hans Rolph es conocido por los vecinos como Adolfo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.