El hombre que quer¨ªa casarse con Nefertiti
El Museu Egipci explica en una exposici¨®n las curiosas historias de los coleccionistas de los que proceden sus objetos
Historias interesant¨ªsimas las que descubre el Museu Egipci en su nueva exposici¨®n temporal, organizada en torno a los antiguos propietarios de un centenar de las piezas de su colecci¨®n. El museo que dirige Mari¨¤ngela Taul¨¦, ha rastreado esos objetos para averiguar todo lo posible acerca de quienes los poseyeron antes de que recalaran en sus fondos, y el resultado es fascinante: toda una galer¨ªa de una cincuentena de personajes entre los que figuran m¨¦dicos, arque¨®logos, militares, artistas, empresarios, pasteleros (los Groppi, nada menos), te¨®sofos, un bey, la mujer de Rodolfo Valentino, un primo de Churchill, y hasta un mago (el canadiense Magic Tom) y un nazi estrecho colaborador de Goebbels.
Entre los casos m¨¢s exc¨¦ntricos est¨¢ el del sueco Max Willborg, que trabaj¨® en un zoo privado de Marruecos, estudi¨® taxidermia en Barcelona, fue encantador de serpientes, asistente en un tanatorio y acab¨® abriendo sendas galer¨ªas de antig¨¹edades en Estocolmo y Londres. Suyo era un modelo de escultura en forma de capitel de Hathor que se exhibe junto a su retrato. Tambi¨¦n es curioso el caso de Conny van Rietschtoten (sic), el gran regatista, del que provienen una preciosa estatua de Horus y la famosa estela ptolemaica en la que aparece Cleopatra. O el de Lady Maux, bailarina con pasado turbio (de prostituta) que se cas¨® con un magnate de la cerveza, se paseaba en un coche tirado por dos cebras y lleg¨® a ser pintada por Whistler y a patrocinar publicaciones del gran Wallis Budge. A la dama le pertenec¨ªa un delicioso anillo de coralina que puede verse en el museo.
Otra historia impagable es la del marsell¨¦s Le¨®n Rodr¨ªguez Ely, al que pertenec¨ªan unas bonitas piezas predin¨¢sticas del museo y cuyo amor por el Egipto fara¨®nico era tan grande que solo se cas¨®, se dice, al encontrar una mujer que le recordaba a Nefertiti (la famosa y elegante Raimonde Abitbol).
Jordi Clos, presidente de la Fundaci¨®n Arqueol¨®gica Clos a la que pertenece el museo, se?al¨® entre sus objetos m¨¢s preciados entre los que se exhiben un anillo de oro con la inscripci¨®n del sacerdote Sa-Neith, profeta y padre divino, de la colecci¨®n del nefr¨®logo Emilio Rotellar. Clos record¨® que el m¨¦dico, amigo suyo, se presentaba en los actos del museo con el anillo puesto. ¡°?Hombre Emilio, d¨®nde vas con eso!, a ver si nos lo das¡±, record¨® Clos que le dec¨ªa al cient¨ªfico. ¡°Y ¨¦l me contestaba que el anillo ir¨ªa a parar al museo cuando se muriera, como as¨ª ha sido, con buena parte de su colecci¨®n¡±, apunt¨® con un suspiro.
Clos destac¨® tambi¨¦n la historia de las 14 piezas procedentes del Toledo Museum de Ohio, que hab¨ªan adquirido en un anticuario cairota el matrimonio Libbey (a los que se puede ver en camello en Giza en unas fotos sepia). Y la de los objetos que pertenecieron a Natacha Rambova, entre ellos un raro amuleto de un enano y un contundente pectoral en forma de escarabajo que en su d¨ªa utiliz¨® Terenci Moix para un posado de fotos disfrazado de fara¨®n. La biograf¨ªa de Rambova muestra a una mujer que fue mucho m¨¢s que la segunda esposa de Rodolfo Valentino: bailarina en el ballet Imperial ruso, dise?adora de vestuario para Cecil B. de Mille y estudiosa del simbolismo, conoci¨® en Egipto a Howard Carter.
Por cierto, en la exposici¨®n hay una figurita de la diosa escorpi¨®n Selket que perteneci¨® a Lord Carnarvon. Gonz¨¢lvez destac¨® que han podido desentra?ar la historia desde 1912 de una de las piezas m¨¢s notables que se exponen, el retrato de cuarcita de un personaje an¨®nimo del Imperio Medio con la mano sobre el pecho, conocido como Busto Dattari.
La exposici¨®n cuenta con una de las primeras piezas coleccionadas por Jordi Clos (la n¨²mero 11 del fondo), una estatuilla de madera del Reino Antiguo que pertenec¨ªa a la colecci¨®n de su suegro Joaquim casellas y que este le regal¨®. Y tambi¨¦n incluye la ¨²ltima adquisici¨®n, una cabeza de sarc¨®fago
Clos puso en cifras los 25 a?os de la fundaci¨®n arqueol¨®gica que lleva su nombre: se han comprado 800 piezas m¨¢s, se han realizado 17 misiones a Egipto y Sud¨¢n, 20 exposiciones temporales y 85 itinerantes y han pasado por el museo y sus propuestas m¨¢s de cinco millones de personas. Clos destac¨® que el museo nunca ha recibido ni recibe subvenci¨®n p¨²blica alguna y que se financia en un 80 % con los recursos que genera (el resto por mecenazgo y patrocinio).
Sale del armario el pene del australiano
La exposici¨®n, titulada Passi¨® per l'Eegipte fara¨°nicha servido para exhibir algunas piezas in¨¦editas de la colecci¨®n que nunca se hab¨ªan expuesto, como el pene de arcilla que, como se?al¨® expresivamente el comisario de la muestra, el egipt¨®logo Luis Manuel Gonz¨¢lvez ,"sale del armario". El objeto pertenec¨ªa a un coleccionista australiano que curiosamente nunca visit¨® Egipto. No es el ¨²nico miembro (!) de la exposici¨®n, que exhibe varias figuritas itif¨¢licas que pertenecieron a la colecci¨®n er¨®tica de la famila Haddad. La nueva exposici¨®n se enmarca en la conmemoraci¨®n del 25 aniversario de la sociedad arqueol¨®gica Clos, con motivo del cual se ha editado un v¨ªdeo en el que la felicitan varias personas. A destacar el entusiasmo de un joven fan de Tutankam¨®n de cuatro a?os o el del otro ni?o que dice querer ser de mayo egipt¨®logo y bombero.
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