Puigdemont y/o Junqueras
El expresidente se ha configurado como un l¨ªder populista y carism¨¢tico que encaja m¨¢s en una ERC cl¨¢sica que en el antiguo mundo de CiU
Al fin estall¨® en p¨²blico el conflicto que desde hace meses se incubaba larvadamente en privado: Puigdemont quiere unificar todo el independentismo y ha empezado a poner las bases del nuevo Partido Nacionalista de Catalu?a (PNC), a semejanza de Euskadi, Escocia o Quebec.
No es la primera vez que se intenta, tambi¨¦n a mediados de los ochenta hubo propuestas en tal sentido. Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de Catalunya (CDC), m¨¢s todav¨ªa si le a?ad¨ªamos Uni¨® Democr¨¤tica de Catalunya (UDC) y, ya en el s¨²mmum, Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU), eran nombres y siglas con escaso atractivo est¨¦tico, cualquier experto en comunicaci¨®n pol¨ªtica las habr¨ªa rechazado. Sin embargo, esta coalici¨®n gobern¨® la Generalitat durante 23 a?os seguidos con Jordi Pujol, despu¨¦s otros pocos con Artur Mas y tanto nombres como siglas no desaparecieron hasta las trifulcas internas en CiU y el necesario blanqueo de CDC tras el affaire de la familia Pujol Ferrusola.
El conflicto en el seno del independentismo que ha desatado esta semana. Probablemente viene de mucho m¨¢s atr¨¢s pero, en todo caso, su ¨²ltima fase quiz¨¢s empez¨® en la noche del 26 al 27 de octubre pasado, cuando Puigdemont estaba dispuesto a disolver el Parlament y convocar elecciones para evitar la entrada en vigor de las medidas adoptadas en desarrollo del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n.
Seg¨²n versiones fiables de alguno de los presentes, durante aquella tensa madrugada, reunidos no s¨®lo los miembros del Govern sino tambi¨¦n portavoces parlamentarios y dirigentes de las asociaciones independentistas, en medio de nervios, lloros y asomos de histeria, Junqueras le dijo finalmente a Puigdemont que no estaba de acuerdo con la disoluci¨®n y convocatoria de elecciones pero que ello era competencia del Presidente de la Generalitat y, por tanto, nada ten¨ªa ¨¦l que agregar, suya era la responsabilidad.
Conocida la decisi¨®n de Puigdemont, a la ma?ana siguiente, tras un tormenta de tuits en su contra, algunos emitidos por dirigentes de ERC, se fueron congregando hacia media ma?ana en la Plaza de Sant Jaume unos cientos de personas abucheando al Presidente y tild¨¢ndole de traidor a Catalu?a. No lo pudo soportar, rectific¨® y de nuevo declar¨® la independencia, con tristeza y sin convencimiento, acompa?ado de sus consejeros. Puigdemont atribuy¨® los tuits y la concentraci¨®n a Junqueras, no le hab¨ªa avisado y lo consider¨® desleal y traidor. Opt¨® por huir a Bruselas sin consultar a nadie mientras que Junqueras no se movi¨® de su casa y fue a parar a la c¨¢rcel, donde a¨²n permanece. All¨ª se produjo una ruptura de la confianza entre ambos que a¨²n dura. A veces las an¨¦cdotas tienen importancia determinante en ciertos acontecimientos hist¨®ricos. No es el primer ejemplo.
Desde que tuvo lugar este grave desencuentro, la relaci¨®n entre ambas personalidades se ha ido tensando todav¨ªa m¨¢s y han mostrado actitudes y estrategias muy distintas. Puigdemont se ha configurado como un l¨ªder populista y carism¨¢tico que encaja m¨¢s en una ERC cl¨¢sica ¡ªde Companys a Carod¡ª que en el antiguo mundo de CiU. Pero Junqueras ha ido cobrando en esos meses de c¨¢rcel un perfil de pol¨ªtico astuto, serio y confiable, que antes no ten¨ªa, lo cual le ha otorgado una autoridad moral sobre el independentismo dif¨ªcilmente igualable. La imagen de ambos es distinta a la que ten¨ªan hace tan s¨®lo un a?o: Puigdemont parece de Esquerra y Junqueras de Converg¨¨ncia.
Pero no es s¨®lo un choque de personalidades, es mucho m¨¢s. Es sobre todo una confrontaci¨®n de estrategias pol¨ªticas tras analizar los hechos sucedidos en el oto?o pasado, desde el 6 y 7 de septiembre hasta las elecciones de 21 de diciembre.
La estrategia de Puigdemont, desde la relativa libertad que le da residencia en el extranjero, se basa en el hostigamiento constante al Estado, en insistir en su legitimidad hist¨®rica, en la desobediencia sistem¨¢tica a la Constituci¨®n y a las leyes. Es un ser libre y contradictorio que quiere alcanzar un ideal sin saber previamente cual es la ruta adecuada. La estrategia de Junqueras, madurada en las horas de c¨¢rcel, parte de una actitud de sosiego y seriedad y es m¨¢s realista y pragm¨¢tica, m¨¢s apegada a los datos que le suministra la realidad social de Catalu?a y el entorno pol¨ªtico de Espa?a y Europa.
Qui¨¦n ganar¨¢ en esta pugna, ?el impulsivo Puigdemont o el imperturbable Junqueras? Si prima el sentimiento ganar¨¢ Puigdemont, si prima la racionalidad ganar¨¢ Junqueras. No s¨¦ decir qu¨¦ es mejor para el independentismo.
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