¡°El apoyo a los Mossos fluct¨²a como la Bolsa¡±
El sargento mantiene el contacto con un turista parisino y su familia v¨ªctima del atentado
¡°Me asom¨¦ poco a poco a la puerta de la habitaci¨®n de la UCI, en el hospital Vall d¡¯Hebron, y dije: ¡®?Monsieur Renaud?¡¯ Y en cu¨¢nto me vio, se fundi¨® en un llanto e intent¨® incorporarse como pudo. Falt¨® poco para que saltaran las v¨ªas. En ese momento cost¨® aguantar. Me reconoci¨® de inmediato. Quiz¨¢s por la voz. O por hablar en franc¨¦s. Su mujer, Tania, estaba en la camilla de al lado. No necesitaba estar en la UCI pero la pusieron junto a ¨¦l por el apoyo psicol¨®gico. Renaud me dio su agradecimiento eterno por haberle salvado la vida. Hab¨ªa ingresado en estado cr¨ªtico. Vi que detr¨¢s se iba acercando gente con uniformes de diferentes colores. ¡®?Le importa ayudarnos a traducir?¡¯, me preguntaron.
Una historia con final feliz
Renaud y Tania, y sus dos ni?os, Benjamin y Raphael, estaban de vacaciones durante el 17-A. Les estaban dando de merendar cuando la furgoneta embisti¨® a Renaud, que ten¨ªa al beb¨¦ en brazos. Nacido en Barcelona pero tambi¨¦n con nacionalidad francesa ¡ªsu abuelo se exili¨®¡ª, David Rigat, de 44 a?os, le socorri¨®. Buzo con formaci¨®n sanitaria, pertenece a la unidad acu¨¢tica que se dedica a investigaciones como el crimen del pantano de Susqueda u operaciones de tr¨¢fico de droga en el mar. Su unidad reagrup¨® a otra familia. Hubo suerte: dos hermanos hab¨ªan perdido a su padre, empleado de un quiosco, y lo encontraron en el almac¨¦n Esfera, reconvertido en centro de emergencias. Les trasladaron en un coche con cristales ahumados para que no vieran nada.
Hab¨ªan pasado tres d¨ªas desde el atentado. Y salimos contentos. Una doctora me dijo que iba para largo pero que lo superar¨ªa: me explic¨® que ten¨ªa el t¨®rax fracturado y un tobillo y, sobre todo, la rodilla en muy mal estado. La barbilla tambi¨¦n la ten¨ªa rota. Es lo que le provoc¨® tanta sangre. Estuvo ingresado en Barcelona casi hasta octubre. Este junio se incorpor¨® a su trabajo en la banca. Ahora sigo en contacto con ¨¦l. Me ha enviado whatsapps con fotos de sus ni?os. S¨ª, el mayor al final sufri¨® una fractura de f¨¦mur. Ahora est¨¢n bien. Viven en Par¨ªs. Renaud ha explicado la historia en la TF1 y me ha citado contando que un polic¨ªa que se llama David, que es franc¨¦s y que hace mucho que vive en Barcelona, le ayud¨®. Mis vecinos de Burdeos, donde tengo una casa, vieron la entrevista: adivinaron que era yo.
Soy cabo de los mossos de la unidad acu¨¢tica, que realiza su funci¨®n en aguas continentales y en mar. Nuestra base est¨¢ en Sabadell y el d¨ªa del atentado estaba haciendo tareas burocr¨¢ticas. Ten¨ªa puesta la frecuencia de la conferencia Metropolitana-Sud y en unos segundos o¨ªmos tres mensajes. El primero: ¡®En breve comunicado de inter¨¦s policial¡¯. El segundo: ¡®Atropello masivo en La Rambla, atropello masivo en La Rambla¡¯. Y, el tercero: ¡®Decenas y decenas de heridos¡¯. Tres compa?eros y yo salimos con dos furgonetas con el material sanitario que utilizamos y por duplicado: botiqu¨ªn, tableros espinales acu¨¢ticos, unas camillas que flotan en el agua y collarines cervicales. Los mossos de la acu¨¢tica somos socorristas y yo soy docente con nivel de asistencia dos. Llegamos en 25 minutos a La Rambla. Estaba todo organizado y hab¨ªa dos cordones policiales. Me impact¨® la furgoneta: ten¨ªa el morro reventado.
¡°Renaud me cit¨® cuando cont¨® su historia en la TF1¡±
Un m¨¦dico del 061 nos envi¨® al n¨²mero 8 de la calle Sant Pau donde hab¨ªa un paciente politraum¨¢tico. Es una casa antigua muy estrecha. Estaba llena de gente. En el suelo estaba Renaud lleno de sangre. Un hombre se identific¨® r¨¢pidamente como m¨¦dico de Brasil pero no hab¨ªa hecho nada. Supongo que estaba en shock. Tampoco ten¨ªa medios. Ped¨ª a todo el mundo que saliera y se fuera en direcci¨®n contraria a La Rambla. No se pod¨ªa trabajar con ellos dentro. Hab¨ªa que sacarle sin moverle para no da?arle y el espacio era s¨²per reducido. La camilla no daba el giro. Cuando se fueron, vimos en el fondo a otra persona. Era Tania.
La situaci¨®n era complicada: ¨¦l ten¨ªa insuficiencia respiratoria por las costillas fracturadas y mi miedo era que sufriera un neumot¨®rax y le perforara el pulm¨®n. Cuando le habl¨¦ en franc¨¦s se le abri¨® el cielo. Le pusimos ox¨ªgeno, un collar¨ªn y con dos bomberos lo levantamos y lo colocamos en la camilla. Nos cost¨® 15 minutos sacarlo. Ella solo ten¨ªa algo en el tobillo, en el gemelo y un golpe en el est¨®mago. Renaud no paraba de preguntar por sus hijos. Hubo suerte: un compa?ero localiz¨® a dos ni?os en el bar del Liceo. Eran ellos: Benjamin y Raphael. No se c¨®mo llegaron all¨ª. Les prometimos que los reagrupar¨ªamos a todos en el Vall d¡¯Hebr¨®n.
¡°Ingres¨® en estado cr¨ªtico y ha vuelto a trabajar este junio¡±
Acompa?¨¦ a Renaud en la ambulancia. Me lo pidi¨® el conductor porque la enfermera se tuvo que quedar en La Rambla. Era h¨¢bil: fue r¨¢pido y subimos sobre muchas aceras. A la doctora le cost¨® colocarle la v¨ªa: tuvo la mala suerte de que, por el impacto, sali¨® disparado y se quem¨® los brazos al ser arrastrado por el asfalto. Cuando llegamos al hospital, me impresion¨® el orden: en la puerta estaban aguardando en fila vestidos de color naranja los celadores, en blanco las enfermeras y en verde los cirujanos. A ¨¦l le llevaron al quir¨®fano y a Tania, a un box de urgencias. Me pidi¨® que llamara a sus padres. Les dej¨¦ un mensaje de voz lo m¨¢s sutil y elegante posible. Sin decir mucho ni poco. Volvimos a La Rambla. Poco despu¨¦s, nos sumamos al dispositivo del F¨°rum por si el terrorista hu¨ªa por mar.
No somos insensibles. Llevo 21 a?os en el cuerpo y he visto de todo. Fluct¨²a como la Bolsa: la gente nos lo agradeci¨® pero dentro de un tiempo pasar¨¢ otra cosa y no estaremos tan bien vistos. S¨ª, exacto. Hay que relativizar. El 1-O, dependiendo del color pol¨ªtico, para unos subimos y para otros no. No tengo nada que esconder: creo en la proporcionalidad. Y el mundo es peque?o, peque?o, peque?o. Mi mujer tiene una amiga enfermera, Sandra, del Vall d¡¯Hebr¨®n, que particip¨® en la operaci¨®n de Renaud. Le dijo que me conoc¨ªa y d¨ªas despu¨¦s le pidi¨® mi mail y mi m¨®vil. Me escribieron una carta dando las gracias. No quieren quedarse con este sabor amargo. Me gusta que deseen volver¡±.
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