Churchill, Torra y el Kuomintang
En Catalu?a, para el independentismo exconvergente que gan¨® en las urnas, prima la ¨¦pica, la est¨¦tica y la prof¨¦tica
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, apareci¨® hace unos d¨ªas en la asamblea de asociados del PDeCAT con una fotograf¨ªa de Winston Churchill asomando a modo de protuberancia pol¨ªtica del bolsillo superior de su americana. Torra explic¨® que la presencia del ex premier brit¨¢nico en su vestimenta obedec¨ªa al we shall never surrender(nunca nos rendiremos) con el que Churchill ejemplarmente decidi¨® enfrentarse a la Alemania de Hitler, desoyendo a buena parte de las elites brit¨¢nicas. El premier ¨¦pico del anti-nazismo era el mismo que permiti¨® la hambruna en Bengala, en la que murieron unos dos millones de personas, el que dirigi¨® como ministro de Interior la operaci¨®n policial-militar en los disturbios de Tonypandy contra los mineros galeses, o el joven del 21? Regimiento de Lanceros que carg¨® contra las tropas de los rebeldes sudaneses en la batalla de Omdurm¨¢n.
La ¨¦pica esconde otros rostros, aunque la tendencia al eslogan y la simplificaci¨®n siempre prefieran el blanco y negro. La innegable figura de un Churchill decidido a luchar contra el nazismo y a formar un gobierno de concentraci¨®n con laboristas convive con la de un premier que, entre otras cosas, despreciaba a la clase trabajadora organizada y que fue muy beligerante con sus sindicatos.
Si consideramos que Catalu?a vive ¡°una emergencia humanitaria¡±, el Churchill antinazi sirve de paradigma. Si opinamos que hay que hacer pol¨ªtica, aunque la situaci¨®n no sea f¨¢cil ¡ªpol¨ªticos presos, o en el extranjero, fracaso de las eur¨®rdenes y el sistema judicial espa?ol en entredicho¡ª el modelo es otro. Pero en Catalu?a, para el independentismo exconvergente que gan¨® en las urnas, prima la ¨¦pica, la est¨¦tica y la prof¨¦tica.
El Parlament decidi¨® hace unos d¨ªas suspender un pleno y que el pr¨®ximo se celebrase el 2 de octubre. La falta de acuerdo entre Junts per Catalunya y Esquerra sobre c¨®mo aplicar la suspensi¨®n temporal a los diputados encausados por rebeli¨®n por el juez Pablo Llarena llev¨® a bajar la persiana y a dar vacaciones a esa C¨¢mara que aseguran que representa la soberan¨ªa popular. Al margen del cerco judicial, si la medida deb¨ªa o no alcanzar a Carles Puigdemont est¨¢ en el origen de la discordia entre independentistas.
Por encima de cualquier otra consideraci¨®n, una decisi¨®n de esta envergadura evidencia sesgos preocupantes. Supone una visi¨®n patrimonial del Parlament, al que se sacraliza cuando se trata de hacer valer la mayor¨ªas absolutas propias y se cierra por vacaciones cuando no hay acuerdo.
Hay pues m¨¢s de un rostro. Como cuando el independentismo mayoritario asegura estar dispuesto a la m¨¢s radical de las desobediencias para materializar la Rep¨²blica. Luego resulta ser de misa preconciliar y comuni¨®n diaria en otros asuntos. Los reiterados incumplimientos de los informes de los letrados del Parlament, las vulneraciones de las leyes o las proclamas en favor de la independencia unilateral se truecan en exquisito respeto a legalidad a la hora de abordar asuntos que afectan al m¨¢s fundamental de los derechos: la propiedad. Si con el art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n en marcha, el independentismo se rasg¨® las vestiduras por la renovaci¨®n de los conciertos con las escuelas vinculadas al Opus Dei, con la llegada al poder del Gobierno Torra ¡ªque ha de materializar la rep¨²blica¡ª continuar¨¢ la obra emprendida por el centralismo intervencionista. Se alegan motivos jur¨ªdicos de notable enjundia. Lo m¨¢s curioso del caso, es que la anulaci¨®n de esos acuerdos con centros relacionados con el Opus y que discriminan por sexo se convirtieron en elementos clave del pacto de investidura del nuevo presidente catal¨¢n. El ¨¦xito resulta pues perfectamente descriptible.
Los mismos escr¨²pulos para con la legalidad fueron arg¨¹idos por la portavoz del Gobierno catal¨¢n, Elsa Artadi, para no apoyar la propuesta del Ayuntamiento de Barcelona de obligar a las inmobiliarias a construir un 30% de pisos sociales. Mientras, la Generalitat subast¨® 47 edificios procedentes de herencias intestadas. El coraz¨®n se reserva para momentos ¨¦picos, no para minucias cotidianas. Las pol¨ªticas sociales ni se mencionan y cuando se hace es para pedir respeto escrupuloso a las leyes.
El procesismo puigdemonista ¡ªs¨¦ptima reencarnaci¨®n de la vieja Converg¨¨ncia¡ª tiene afanes hegem¨®nicos y ha lanzado su OPA a Esquerra Republicana. Los ide¨®logos del ex presidente de Amer, algunos de ellos conspicuos izquierdistas durante la transici¨®n, proponen construir una suerte de Kuomintang catal¨¢n. Se llama Crida Nacional per la Rep¨²blica que, a imagen y semejanza del frente que encuadr¨® a nacionalistas y comunistas chinos, intentar¨¢ aunar fuerzas para que el advenimiento de la rep¨²blica se produzca tan pronto como sea posible. Mientras, habr¨¢ que seguir utilizando el pretexto de la legalidad para esconder la falta de voluntad pol¨ªtica y no mover un dedo en pol¨ªticas sociales.
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