Seducci¨®n sin pecados de carne
Ermonela Jaho y Pl¨¢cido Domingo dan brillo a la ¨®pera de Massenet en versi¨®n de concierto en Peralada
El encanto l¨ªrico de la soprano albanesa Ermonela Jaho y la entrega de Pl¨¢cido Domingo ¡ªantes como tenor, ahora como bar¨ªtono¡ª mantuvieron a flote la versi¨®n de concierto de Tha?s, ¨®pera de Jules Massenet que el Festival Castell de Peralada (Girona) ofreci¨® el domingo bajo la eficaz e inspirada direcci¨®n de Patrick Fournillier. Tras la velada del s¨¢bado con Jonas Kaufmann ¡ªnotable por el carisma del famoso tenor alem¨¢n; decepcionante por la mediocre direcci¨®n musical de Jochen Rieder¡ª, la orquesta y coro titulares del Teatro Real de Madrid elevaron el list¨®n de calidad en una versi¨®n que tuvo sus mejores bazas en la intensidad dram¨¢tica de Jaho y el fraseo incisivo de Domingo.
Las dos propuestas l¨ªricas que, tras cerrar con ¨¦xito su temporada en Madrid, ha presentado el Teatro Real en su regreso al festival ampurdan¨¦s, basaban su ¨¦xito en el carisma de las voces. Y si Kaufmann reconquist¨® al p¨²blico en su tercer concierto en el auditorio de Peralada, en el caso de Tha?s la gran triunfadora fue Ermonela Jaho.
M¨¢s all¨¢ del tir¨®n popular y la entrega absoluta de Domingo ¡ªsin despegar la mirada de la partitura, el veterano divo madrile?o cautiv¨® con un fraseo de gran nobleza¡ª, quien demostr¨® un completo dominio del personaje fue Jaho, con un intenso sentido dram¨¢tico.
Desde su estreno en la ?pera de Par¨ªs en 1894, Tha?s no deja de ser una rareza que, de vez en cuando, regresa a los escenarios para lucimiento de grandes divas como Anna Moffo, Beverly Sills o, m¨¢s recientemente, las dos sopranos que, tambi¨¦n en formato concertante, interpretaron a la seductora cortesana en el Liceo: Ren¨¦e Fleming en 2007 y Nino Mazaidze el a?o paso, con Domingo en el papel del sufrido Athana?l. La soprano albanesa se suma a esa lista con nota muy alta.
Ofrecer esta ¨®pera sin el atractivo esc¨¦nico puede tener efectos letales. La partitura ¡ªcortaron el ballet y algunas otras cosillas¡ª alterna momentos de sensual melodismo, asociados al personaje titular, con escenas pl¨²mbeas que invitan a echar una cabezada. El libreto, basado en la novela hom¨®nima de Anatole France, es de los que dejan secuelas: un monje cenobita, Athana?l, cruza el desierto para liberar de los pecados de la carne a la bella cortesana de Alejandr¨ªa Tha?s: lo consigue y la deja en un monasterio. Loco de pasi¨®n, el monje regresa a por ella, pero la cortesana, purificada, muere santa en sus brazos.
Jaho despleg¨® con habilidad sus armas de seducci¨®n: voz atractiva, bien manejada y s¨®lida en todos los registros vocales, desde el ¨¦xtasis en los pian¨ªsimos a la fuerza en los agudos, con una interpretaci¨®n siempre guiada por la emoci¨®n de un canto de rica expresividad.
El tenor italo-americano Michele Angelini fue un Nicias de atractiva y bienmanejada voz¡ª el papel es muy insulso¡ª, y el bajo franc¨¦s Jean Teitgen fue un Pal¨¦mon muy bien cantado. El brillo en la coloratura de la soprano catalana Sara Blanch y la sincera expresividad de la mezzosoprano vasca Marif¨¦ Nogales marc¨® el alto nivel de los papeles comprimarios.
El director franc¨¦s Patrick Fournillier convenci¨® con una experimentada e inspirada direcci¨®n: bajo su segura concertaci¨®n, el coro, bien preparado por Andr¨¦s M¨¢spero, brill¨® en sus momentos de lucimiento. Vesselin Demirev, concertino de la Orquesta del Teatro Real, luci¨® un bello sonido en la c¨¦lebre Meditaci¨®n sin a?adir az¨²car a la dulce melod¨ªa que plasma la conversi¨®n religiosa de Tha?s.
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