Encadenados a una cena
Un ¡®escape room¡¯ ali?a los platos de su restaurante con pruebas de ingenio para salir del comedor
![Julio N¨²?ez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F1d38b8a3-a19f-412f-956c-52a6f3b4aaa7.png?auth=b08549eff00c925d9416ac4f17d15b9067b13c1458e4cf6dc5ed11e0a2270c3a&width=100&height=100&smart=true)
![Dos participantes intentan abrir uno de los ba¨²les del 'escape room'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ILDVWEMLXJ6LH7FNFMKAES5M7Q.jpg?auth=b865187b1467f6c2dea1519731b393eb67a7e78b51e5fd3fa8eb6a5efc3b2e88&width=414)
Todo comienza despu¨¦s de hacer una reserva para cenar con unos amigos en Madrid. Tras colgar el tel¨¦fono, te llega un correo electr¨®nico con un c¨®digo, el primer enigma a resolver: la ubicaci¨®n del restaurante. No es un mes¨®n habitual. Entre sus muros ¡ªse trata de un refugio de la Guerra Civil¡ª, adem¨¢s de mesas y cuberter¨ªas, se apilan cajas fuertes, maletines con candados de combinaciones num¨¦ricas y decenas de pistas ocultas. Es, adem¨¢s de un restaurante, un escape room ¡ªjuego en el que un grupo de personas debe solucionar rompecabezas para conseguir escapar de una habitaci¨®n antes de que se les acabe el tiempo, normalmente una hora.
¡°Por favor, tomen asiento¡±, indica el maestro de ceremonias del banquete. Tras pedir silencio, relata la historia que envuelve al s¨®tano donde se encuentran: ¡°Esto fue el refugio de varios alumnos durante la guerra. Os sentar¨¦is en sus sillas y aprend¨¦is como ellos. Yo ser¨¦ vuestro profesor y os acompa?ar¨¦ durante toda la velada¡±. A lo largo de la cena, el maestro interrumpe eventualmente la estancia para lanzar varias preguntas a los comensales: cuantas m¨¢s acierten, m¨¢s pistas adicionales acumular¨¢n para superar las pruebas de despu¨¦s de la cena.
¡°?Cu¨¢nto mide la Sagrada Familia de Gaud¨ª?¡±, pregunta el profesor. ¡°?Con gr¨²a o sin gr¨²a?¡± bromea Luis Malcom Ruiz-Baz¨¢n mientras degusta un entrecot en su punto. Esa noche ha acudido junto a sus amigos para celebrar el cumplea?os de una de ellos, Hilda Alburquerque. Son m¨¢s de una decena, algunos ya hab¨ªan experimentado la aventura de jugar en un escape room, pero nunca en uno donde tuvieran que resolver acertijos durante la cena. ¡°No sab¨ªamos muy bien qu¨¦ iba a pasar o cu¨¢l era la din¨¢mica del juego¡±, cuentan.
Tras los postres, las mesas desaparecen, la puerta se cierra y el cron¨®metro comienza a dar marcha atr¨¢s: los invitados disponen de una hora para escapar. Empieza el juego. La primera prueba consiste en recomponer un papel y varias tablillas de madera donde se esconde la contrase?a que les ayudar¨¢ a abrir el primer ba¨²l.
¡°En la mayor¨ªa de los escape room los usuarios pagan para entrar en grupo en una habitaci¨®n y resolver enigmas para poder salir. Aqu¨ª, adem¨¢s de eso, pueden cenar en lugar de ir a otro sitio y meterse en el juego antes¡±, explica Antonio, uno de los animadores que gu¨ªan a los participantes.
A diferencia de gran parte de estos juegos, el Game Master (narrador del juego, en este caso el profesor) est¨¢ presente f¨ªsicamente durante toda la aventura. ¡°Hay mucha gente que si no se la gu¨ªa, no har¨ªa nada. Lo importante no es solo que el grupo supere los retos, sino que todos colaboren. Mi trabajo tambi¨¦n es hacer que todos participen¡±, dice Antonio Delgado, que subraya que en su trabajo la empat¨ªa e improvisaci¨®n es esencial para que todo fluya. ¡°Te puede tocar un grupo que nunca ha estado en un sitio as¨ª y otros, en cambio, son hiperfriquis y cada fin de semana van un escape room", dice.
El maestro confiesa que solo da pistas si todos se ponen de acuerdo, y que nunca intercede porque, al final, ¡°son ellos los que est¨¢n dentro del juego¡±. Seg¨²n cuentan en EnigmatiumRoom, empresa que ofrece este producto, en cada grupo siempre hay un l¨ªder que calma y dirige al grupo durante la aventura.
El tiempo se acaba y el grupo de amigos de Alburquerque y Ruiz Baz¨¢n empieza a estar nervioso. Faltan tres minutos para que el reloj marque la hora l¨ªmite, y los efectos del vino de la cena hacen un poco de mella. No pueden fallar en la combinaci¨®n de la caja fuerte final (solo tiene tres intentos). En los ¨²ltimos 30 segundos abren la caja y descifran el criptex ¡ªun artilugio cil¨ªndrico con un c¨®digo que guarda un pergamino¡ª que hab¨ªa en su interior. Est¨¢n salvados, la puerta se abre y consiguen salir del s¨®tano. Todos se abrazan y r¨ªen. ¡°Me lo he pasado genial, no sab¨ªa que pudiera estar tan bien. Te dan ganas de ir a otros escapesy repetir¡±, cuenta la cumplea?era en las puertas del local.?
Adem¨¢s del restaurante, EnigmatiumRoom ofrece una yincana ¡°de ca?as y misterio¡± por varios bares de Madrid. El precio (15 euros por persona) es m¨¢s econ¨®mico que el del men¨² del restaurante (45 euros por comensal o 60 si se trata de men¨² degustaci¨®n). Las reservas se hacen en wwww.enigmatiumroom.com. Tambi¨¦n, la empresa cuenta con un escape?en el que los participantes tienen que escapar de su propia casa. ¡°Una vez hicimos uno sorpresa en unas oficinas. Los empleados no sab¨ªan qu¨¦ estaba pasando¡±, cuenta Ainhoa Arana, una de las animadoras.
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