La inesperada recuperaci¨®n medioambiental del Manzanares
El proceso de renaturalizaci¨®n del r¨ªo madrile?o se convierte en un ¨¦xito ecol¨®gico y perjudica a los remeros, que necesitan el agua embalsada para entrenar
Una garceta blanca de patas negras caza en mitad del r¨ªo Manzanares. Ajena al ruido de la gente que pasea a 20 metros de ella, mira hacia el agua y espera a su presa. Inm¨®vil. Un ruise?or bastardo emite cinco sonidos y echa a volar. Le siguen unos ocho detr¨¢s. Unos metros m¨¢s adelante, en la orilla, aparece otra ave de tama?o peque?o, una lavandera blanca. Parece observar una familia de patos que acaba de planear sobre las aguas transparentes, de unos 30 cent¨ªmetros de profundidad, de este r¨ªo que transcurre por Madrid capital a lo largo de 7,5 kil¨®metros. Hace sol y hay vida dentro del r¨ªo y alrededor de ¨¦l. [Fotogaler¨ªa]
La renaturalizaci¨®n del Manzanares ha cambiado la estampa madrile?a hasta tal punto que ha sorprendido a propios y extra?os. Ni pol¨ªticos, ni ecologistas ni vecinos esperaban tal explosi¨®n de la naturaleza. La flora y la fauna han emergido a un ritmo tan trepidante como inusual y en dos a?os han llenado el cauce de 50 especies de aves, centenares de peces y 2.000 ejemplares de ¨¢rboles aut¨®ctonos -censados hasta el momento- que desde hac¨ªa d¨¦cadas no se ve¨ªan en esos 7,5 kil¨®metros de este r¨ªo que nace en la sierra de Guadarrama, en el norte, y desemboca, tras 92 kil¨®metros de recorrido, en el r¨ªo Jarama, en el t¨¦rmino municipal de Rivas-Vaciamadrid, al sur. La renaturalizaci¨®n ha sido un ¨¦xito medioambiental, pero ese triunfo de la naturaleza ha ido en contra de los intereses de los remeros, que entrenaban entre la presa 8 y la 9, con el agua embalsada.
¡°El proyecto de renaturalizaci¨®n en primer lugar consisti¨® en abrir todas las compuertas y ver c¨®mo reaccionaba el r¨ªo. Y como es un cauce muy ancho para el agua que lleva -40 metros de ancho por cuatro de alto- ha reaccionado creando islas y orillas. En las islas crece la vegetaci¨®n natural por su cuenta y riesgo. Son casi todo especies aut¨®ctonas, las semillas las ha tra¨ªdo el propio r¨ªo¡±, explica Santiago Mart¨ªn Barajas, portavoz de Ecologistas en Acci¨®n. Ingeniero agr¨®nomo de profesi¨®n, este turolense de 56 a?os lleva desde los 17 en la asociaci¨®n ecologista, lo ha peleado todo y se ha peleado ya con todos. Se presenta en el Puente del Rey, a la altura de Pr¨ªncipe P¨ªo, con una compa?era inseparable: una c¨¢mara fotogr¨¢fica peque?a que saca del bolsillo cada cinco minutos. Mientras camina, lo intenta captar todo. Y se interrumpe a s¨ª mismo constantemente. ¡°Mira, esos que tienen forma de puro, ?lo ves? Eso son eneas¡±, explica.
Esos puros, las eneas, se intercalan con diferentes tipos ¨¢rboles, con sus tonalidades de verde correspondientes. Este a?o, por primera vez, ha aparecido la bandera blanca, unas flores blancas que se van entremezclando con el junco churrero y el carrizo.
Hay cinco especies de sauces -cuatro aut¨®ctonos y uno japon¨¦s- y ha crecido tambi¨¦n el ¨¢lamo blanco, con su hoja gris¨¢cea, y el ¨¢lamo negro, de un verde brillante. Algunos de ellos alcanzan ya los nueve metros de altura. ¡°Se est¨¢n saliendo de todas las tablas de crecimiento. Nosotros pens¨¢bamos que iba a pasar algo as¨ª, pero no tan r¨¢pido, ni tan bien. Pens¨¢bamos que pasar¨ªa en cinco o siete a?os, no ahora, en dos o tres. Ni ten¨ªamos previsto que nacieran tantos ¨¢rboles en su tercera primavera¡±.
La vegetaci¨®n ha explotado. Desde el punto de vista medioambiental, el r¨ªo ha creado un elemento de conexi¨®n entre el monte del Pardo, el parque regional de la cuenca del Manzanares, con el parque regional del sureste. Y esto funciona como corredor medioambiental, adem¨¢s del ecosistema en s¨ª mismo. Un ¨¦xito que ni el Ayuntamiento de Madrid ni Ecologistas en Acci¨®n, organizaci¨®n que propuso el proyecto en 2015, preve¨ªan. ¡°Dentro del Gobierno muchos ni nos cre¨ªan¡±, confiesa Mart¨ªn Barajas. Lo creyeran o no, lo cierto es que el ¨¢rea de Medio Ambiente de In¨¦s Saban¨¦s dio luz verde hace dos a?os a levantar las compuertas de todas las presas que embalsaban el agua del r¨ªo desde 1955. ¡°Lo estancaron porque quer¨ªan que pareciera grande, como el T¨¢mesis o el Sena. El problema es que el caudal que hay es el que hay. Lo que hac¨ªan era embalsarlo y a consecuencia de ello en verano ten¨ªas malos olores y estaba lleno de mosquitos. Y no era un r¨ªo, era una sucesi¨®n de piscinas malolientes¡±.
Levantar las puertas de las presas supuso en primer lugar que el agua corriera a su antojo y en segundo la multiplicaci¨®n de los peces. Pero se ha dejado por el camino unos damnificados: los remeros. Los 50 alumnos de la escuela municipal de remo de Madrid R¨ªo, en Legazpi, y unos 100 profesionales m¨¢s entrenaban en el tramo del r¨ªo que transcurre entre la presa 8 y la 9. El Ayuntamiento, con la aprobaci¨®n de la oposici¨®n y Ecologistas en Acci¨®n, se comprometi¨® con los deportistas a que, ya que se consideraba que su actividad era compatible con la renaturalizaci¨®n y no perjudicaba al medioambiente, se arreglar¨ªa la presa 9, con graves desperfectos en aquel momento, y se volver¨ªa a cerrar cuando estuviera reparada. Dos a?os despu¨¦s, la vida del Manzanares ha trastocado los planes. Y ese tramo, de 1,8 kil¨®metros de recorrido, se ha convertido en el eje de la discordia entre remeros, ecologistas y Ayuntamiento.
Ana Mar¨ªa D¨ªez, vicepresidente de la Federaci¨®n Madrile?a de Remo, tiene 52 a?os y lleva ocho practicando este deporte. Est¨¢ separada y es madre de una adolescente, Raquel, de casi 17 a?os, que tambi¨¦n es remera. Por ella lo da todo, dice, y es capaz de enfrentarse a quien haga falta. ¡°Yo es que hablo como si estuviera enfadada, pero es que soy as¨ª¡±, se excusa. En las instalaciones de la escuela de remo de Legazpi de Madrid R¨ªo, donde se apilan unas 70 embarcaciones de hasta 14 metros de longitud, se?ala con orgullo una fotograf¨ªa de Raquel con una medalla colgada al cuello. ¡°Mi hija y otra chica han sido terceras de Espa?a este a?o, y sin tener agua. Si llegan a tener¡¡±. Los 50 chicos de la escuela han estado dos a?os entren¨¢ndose con erg¨®metros, unos aparatos que permiten remar en suelo firme.
Cuando la presa estuvo lista, el pasado julio, el problema sali¨® a flote. Por un lado, los ecologistas presentaron los datos sobre los efectos positivos de la renaturalizaci¨®n y ped¨ªan que dejaran correr el r¨ªo en todo su tramo. Por otro, los remeros se acog¨ªan al compromiso que el Ayuntamiento hab¨ªa adquirido con ellos. ¡°Esto es un deporte minoritario, es verdad, pero eso no significa que haya que eliminarlo. Y m¨¢s cuando es ol¨ªmpico y paral¨ªmpico. Si mi hija me dice que quiere hacer alpinismo me tendr¨¦ que ir a los Alpes. No voy a pedir que me hagan una monta?a. Pero si aqu¨ª hay agua, ?por qu¨¦ me la tienen que quitar?¡±, argumenta. En Madrid existen actualmente dos escuelas de remo, la de la Casa de Campo, que pertenece al distrito de Moncloa y donde entrenan ni?os peque?os, y la del r¨ªo Manzanares, de Legazpi, donde los chavales tienen hasta 17 a?os. ¡°Nosotros necesitamos una l¨¢mina de agua cuanto m¨¢s recta mejor y cuanto m¨¢s metros de distancia, mejor. Si meto a un cr¨ªo de 13 a?os en el lago de la Casa de Campo, que mide 300 metros, en tres paladas ya se lo ha cruzado. El alev¨ªn necesita 500. Y adem¨¢s all¨ª ya no cabemos. Est¨¢ la otra escuela y hay que compartir el espacio con los pirag¨¹istas y las barcas de recreo¡±.
El 9 de julio, el Ayuntamiento cedi¨® y cerr¨® la presa. Isaac P., un vecino de Legazpi de 59 a?os, cuenta c¨®mo aquella tarde vio subir el agua y agonizar a las cr¨ªas de diferentes aves que hab¨ªan anidado en la vegetaci¨®n. ¡°Para nosotros, que est¨¢bamos encantados con lo que se hab¨ªa creado en nuestro r¨ªo, fue una imagen dantesca¡±. El agua embalsada no dur¨® ni un mes. En ese tiempo, la tensi¨®n entre unos y otros se fue recrudeciendo. D¨ªez cuenta que los remeros recibieron amenazas por redes sociales, que ya han sido denunciadas. ¡°Hab¨ªa chicos en el r¨ªo a los que tiraron limones con clavos. Luego dicen que somos radicales. Y solo somos padres que defienden a sus hijos y un deporte que no hace mal a nadie¡±, se queja. El 7 de agosto la presa n¨²mero 9 volvi¨® a elevarse y el agua del r¨ªo empez¨® a correr de nuevo.
El Ayuntamiento, por su parte, pide a la Federaci¨®n Madrile?a su colaboraci¨®n para buscar una alternativa y salir de una situaci¨®n cada vez m¨¢s enrocada. Y alega que el cierre de la presa durante esos 29 d¨ªas tuvo efectos catastr¨®ficos. El ¨¢rea de Medio Ambiente analiza en un pormenorizado informe que contabilizaron una p¨¦rdida neta de 1.800 metros de ecosistema fluvial que exist¨ªa en ese recorrido, con toda la biodiversidad que le acompa?aba. Adem¨¢s, al cerrar la presa tambi¨¦n se perdi¨® la funci¨®n de corredor ecol¨®gico y, al subir el nivel del cauce, se foment¨® la aparici¨®n de especies pisc¨ªcolas ex¨®ticas invasoras, como la carpa, el alburno o el pez gato, frente a las aut¨®ctonas, como el barbo. ¡°El cierre produce un importante impacto ambiental dado que se convierte en un tramo de agua estancada sin vida, favoreciendo la aparici¨®n de mosquitos y malos olores en verano ¡±. Tras un mes, la vegetaci¨®n de ese tramo empieza ahora a emerger de nuevo.
Pelayo Guti¨¦rrez, presidente de la asociaci¨®n de vecinos Pasillo Verde-Imperial, de Arganzuela, lo corrobora ahora, igual que lo hizo el mes pasado uni¨¦ndose a otras asociaciones vecinales de Usera y Carabanchel para pedir la apertura de la presa. ¡°Nosotros estamos a favor de la renaturalizaci¨®n del r¨ªo en su totalidad. El cambio ha sido incre¨ªble para los vecinos. Ha sido un pasillo verde. Yo entiendo que los remeros se agarren al acuerdo que se firm¨® en su d¨ªa, y espero que encuentren una soluci¨®n. Pero este verano, cuando volvieron a embalsar el r¨ªo no nos lo pod¨ªamos creer. Estaba todo lleno de mosquitos y ol¨ªa fatal. Yo entiendo que la renaturalizaci¨®n del r¨ªo es un bien general que debe predominar sobre el bien particular de unos pocos¡±.
?Cu¨¢l es la soluci¨®n? El Ayuntamiento apuesta por la renaturalizaci¨®n del Manzanares en todo su tramo, e insiste primero en pedir la colaboraci¨®n de los remeros para buscar una alternativa y, segundo, la del Canal de Isabel II para contar con el pantano de Valmayor para que los deportistas puedan ir all¨ª a entrenar.
Llegar al embalse de Valmayor, gestionado por el Canal, cuesta unos 40 minutos en coche. Se encuentra en el noroeste de la Comunidad de Madrid, en el t¨¦rmino municipal de Valdemorillo y tiene unas vistas espectaculares del Parque Regional del curso medio del r¨ªo Guadarrama. All¨ª hay una puerta pintada de verde cerrada con un candado oxidado y un cartel colgado: ¡®Se ruega a los socios que a¨²n tengan embarcaciones sin retirar se pongan en contacto a la mayor brevedad posible con estos tel¨¦fonos¡¯. ¡°Aqu¨ª no hay nada de actividad desde hace tiempo, ni tiene pinta de que la vaya a haber pronto¡±, avisa una vigilante de seguridad, la ¨²nica persona que se ve en la instalaci¨®n. En el embarcadero ya solo quedan nueve veleros peque?os y una tabla de surf en un estado de semiabandono. Una portavoz del Canal de Isabel II asegura por tel¨¦fono que el embalse seguir¨¢ cerrado por un tiempo indeterminado. Admite, eso s¨ª, que en su momento pidi¨® al Ayuntamiento que les detallara por escrito cu¨¢les eran sus necesidades, pero sin ning¨²n tipo de compromiso. Fuentes del Ayuntamiento responden que el Gobierno regional ya ha mandado ese escrito, en el que ha pedido su colaboraci¨®n para encontrar una soluci¨®n al conflicto. ¡°Y habr¨¢ una reuni¨®n pronto¡±, aseguran. ¡°Para nosotros no es viable aunque llegaran a un acuerdo¡±, insiste D¨ªez. ¡°Para empezar tenemos una escuela municipal, que como su nombre indica, pertenece a un municipio de Madrid. Luego, Valmayor est¨¢ muy lejos y hace mucho viento para navegar all¨ª. Es peligroso para los cr¨ªos. La ¨²nica soluci¨®n posible para nosotros es que nos dejen donde estamos, en el Manzanares¡±. All¨ª, sin embargo, la naturaleza sigue su curso.
Divisi¨®n vecinal en el Pleno de Usera
M¨¢s all¨¢ del impacto medioambiental de la subida o no de la presa, el conflicto se ha trasladado a los vecinos. Se trata de un r¨ªo que atraviesa de norte a sur la capital, por lo que el componente social tiene especial relevancia. Los 1.800 metros de tramo del r¨ªo embalsado discurren a trav¨¦s de 3 distritos: Arganzuela, Carabanchel y Usera, que albergan una poblaci¨®n de algo m¨¢s de 530.000 habitantes. "Por ello, que el Manzanares discurra como un r¨ªo natural, agradable a la vista, tiene un inter¨¦s social de primer orden", explican desde el Ayuntamiento, que se basa tambi¨¦n en datos facilitados por la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Tajo sobre la mejora de la calidad del agua. Por su parte, tanto ecologistas como remeros creen tener a los vecinos de su parte. "Es mentira que seamos cuatro. Hay mucha gente que quiere que cierren la presa no solo por el remo, sino porque quieren un r¨ªo con agua", asegura D¨ªez. "Yo he recibido 200 correos en dos d¨ªas de gente apoyando la renaturalizaci¨®n. Si es de caj¨®n. Ahora pasas por el r¨ªo y te quedas mir¨¢ndolo, antes pasabas de ¨¦l", responde Mart¨ªn Barajas. En change.org m¨¢s de 22.500 personas han firmado para mantener la renaturalizaci¨®n del r¨ªo en todo su tramo, mientras los remeros han recabado 7.000 apoyos a pie de calle. La tensi¨®n se ha trasladado esta semana al Pleno de Usera presidido por la concejala Rommy Arce, donde los remeros le reclaman que se cumpla lo pactado hace dos a?os. Vecinos de ambas sensibilidades se han acusado mutuamente de radicales, y la semana pasada protagonizaron escenas de tensi¨®n, con gritos a favor y en contra de la renaturalizaci¨®n, abucheos e insultos.
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