El caso Valls
Un juguete roto de la pol¨ªtica francesa, el ex primer ministro busca relanzar su carrera pol¨ªtica en Barcelona
Un juguete roto de la pol¨ªtica francesa, Manuel Valls, busca relanzar su carrera pol¨ªtica en las elecciones municipales de Barcelona, donde naci¨®. Desahuciado en Francia, donde en las encuestas obtiene p¨¦simas cuotas de popularidad, una melanc¨®lica recuperaci¨®n de la ciudad de su familia paterna le ha servido para alimentar la ilusi¨®n de que lejos de la mundanidad parisina hay vida pol¨ªtica para ¨¦l. S¨®lo as¨ª se entiende que quien ha sido primer ministro y es hoy todav¨ªa diputado en la Asamblea Nacional francesa emprenda una candidatura a la alcald¨ªa de Barcelona que, con toda probabilidad, le puede otorgar a lo sumo la condici¨®n de l¨ªder de la oposici¨®n municipal.
Manuel Valls vio una oportunidad en Catalu?a en los momentos de mayor tensi¨®n del conflicto catal¨¢n. El unionismo le utiliz¨® como cabeza de cartel en la movilizaci¨®n contra la independencia. Y ¨¦l crey¨® encontrar el reconocimiento perdido. En un primer momento, consigui¨® deslumbrar a determinados sectores de las ¨¦lites catalanas, no exentos de provincianismo. Un primer ministro de Francia se ofrec¨ªa para redimirles de sus dos peores enemigos: los comunes y los independentistas. Pero hace ya unos meses, quiz¨¢s fruto de la arrogancia que acompa?a al personaje, la fascinaci¨®n ha deca¨ªdo, hasta el punto de que en el ¨¢mbito del constitucionalismo se est¨¢n produciendo movimientos que apuntan en otras direcciones. Ciudadanos quiso aprovechar el acontecimiento Valls y anticip¨® su candidatura. El candidato les ha descolocado al no querer ser representante de un partido sino l¨ªder de un movimiento, pretendiendo mimetizar la estrategia que llev¨® a Emmanuel Macron a la presidencia de la Rep¨²blica. Pero ni Valls es Macron, ni en la coyuntura catalana hay demasiados espacios abiertos por los que colarse, ni la alcald¨ªa es la Rep¨²blica. Probablemente, Ciudadanos no tendr¨¢ m¨¢s remedio que adaptarse. Y tengo la sensaci¨®n que el PSC sale ganando: algunos miradas que inicialmente jalearon a Valls se est¨¢n orientando hacia los socialistas.
Manuel Valls es un pol¨ªtico que en p¨²blico siempre habla enfadado, un estilo de moda, que aqu¨ª Ciudadanos practica con especial ah¨ªnco. Su trayectoria recorre el camino del fracaso de la socialdemocracia en los a?os de hegemon¨ªa liberal-conservadora que la est¨¢ llevando al borde de la desaparici¨®n. Un viraje acelerado a la derecha que ha completado con el aterrizaje en Barcelona. Desde que a los 17 a?os ingres¨® en las juventudes rocardianas toda su vida ha estado en la pol¨ªtica. Pero su figura toma envergadura nacional cuando asume la alcald¨ªa de Evry y empieza a exhibir su talento autoritario: expulsi¨®n de gitanos, proliferaci¨®n de c¨¢maras de seguridad, prohibici¨®n de un supermercado Halal. Sarkozy se fij¨® en ¨¦l, pero Valls rechaz¨® la oferta de entrar en el gobierno. Su momento estelar llega cuando el presidente Fran?ois Hollande le nombra ministro del Interior, donde asume buena parte de la agenda de la extrema derecha en materia inmigraci¨®n y seguridad. En 2014 es nombrado primer ministro y despliega sin complejos el liberalismo autoritario que ha llevado al PS al abismo.
En este per¨ªodo (marzo 2014-diciembre 2016) se desencaden¨® una pelea interna por la candidatura presidencial que culmin¨® con la salida por libre de Macron, la dimisi¨®n de Valls para presentarse a las primarias socialistas y la renuncia de Hollande a buscar un segundo mandato. Valls perdi¨® ante Beno?t Hamon. Y abandon¨® el partido. Llam¨® a la puerta de En Marche, el movimiento de Macron y nadie le abri¨®. Simplemente, no presentaron candidato contra ¨¦l en la circunscripci¨®n en la que es diputado. En la soledad, tuvo la iluminaci¨®n de la opci¨®n catalana. Y ah¨ª est¨¢.
El reto de las municipales de Barcelona est¨¢ en la clave en la que se disputen: de ciudad o de pa¨ªs. La candidatura de Valls, comprometido como est¨¢ desde el primer d¨ªa en la actitud beligerante contra el soberanismo, da alas a quienes quieren reeditar la confrontaci¨®n unionistas/independentistas. Y da argumentos a quienes insisten en una candidatura unitaria del soberanismo. La nominaci¨®n de Ernest Maragall como candidato desmarca a Esquerra Republicana de la estrategia frentista. Y vuelve a las elecciones municipales a su condici¨®n genuina: agenda barcelonesa, contarse cada cual por separado y las alianzas ya llegaran en su momento. Si es as¨ª, todo hace pensar que quien pretend¨ªa ser el ariete del unionismo quedar¨¢ como un candidato m¨¢s, en unas elecciones que deben abrir nuevas y amplias alianzas. Francamente, cuesta entender que hace Manuel Valls ah¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.