La ¡°biblia del grafiti¡± est¨¢ en Fuenlabrada

Subway art es uno de los libros sobre arte m¨¢s robados del mundo. ¡°?bamos a los museos solo para que nos dejaran hojearlo un rato. Al cabo de una hora, ten¨ªamos que devolverlo. Pero muchos arrancaban algunas p¨¢ginas. Poco a poco, hasta que solo quedaba el esqueleto. En el Reina Sof¨ªa, se llevaron hasta las tapas¡±, explica el ic¨®nico artista urbano Suso33. La hoy considerada ¡°biblia del grafiti¡± es obra de Henry Chalfant, fot¨®grafo que a mediados del siglo pasado decidi¨® retratar las pinturas que aparec¨ªan y desaparec¨ªan en muros y vagones de tren de Nueva York. Desde ayer (y hasta el 18 de noviembre), se muestra su vasta labor de documentaci¨®n en el CEART (calle de Legan¨¦s, 51) de Fuenlabrada, la primera dedicada al autor en todo el mundo.

La exposici¨®n Art is not crime incluye el citado libro, su documental Style wars ¡ªtambi¨¦n reverenciado por la comunidad grafitera¡ª y cientos de instant¨¢neas, incluidas las de algunos trenes a tama?o natural para una inmersi¨®n total en los periplos fotogr¨¢ficos de Chalfant.

¡°Nac¨ª en un peque?o pueblo de Pittsburg en 1940¡±, cuenta el fot¨®grafo, ¡°pero enseguida me mud¨¦ a Nueva York, porque era el epicentro del arte y yo me estaba formando como escultor¡±.

Los trayectos diarios en metro de su casa al estudio le dieron un golpe de tim¨®n a su carrera: ¡°Algo m¨¢gico e inesperado pasaba por delante de mis ojos cada vez: obras coloristas con mensajes impactantes, improvisadas sobre paredes, o los propios vagones. Era algo realmente rupturista, y decid¨ª plasmarlo con mi c¨¢mara de fotos. Ah¨ª empec¨¦ a amar la fotograf¨ªa como otro tipo de arte. Acabar una escultura me llevaba m¨¢s de seis meses. Una instant¨¢nea es mucho m¨¢s inmediata¡±.

Chalfant cambi¨® el cincel por la c¨¢mara, y su obra se compone de piezas de arte que muestran otras piezas de arte. ¡°El motivo principal siempre ha sido documentar el grafiti callejero. Pero cuido mucho la composici¨®n, el ¨¢ngulo... La propia imagen se convierte en una metaobra¡±.

La labor de Chalfant ha servido para que muchos se tomen en serio el arte callejero. ¡°Hay esc¨¦pticos [sobre el grafiti] que, cuando se han acercado a una pintura de grafiti recogida en una de mis fotos, sacada de su contexto urbano, la han visto con otros ojos. Se abstraen del hecho de que est¨¦ en un entorno callejero, y se fijan m¨¢s en la propia obra. De pronto empiezan a verla como arte, despojados de prejuicios, aunque no sea un cuadro sobre un lienzo¡±.

El comisario de la muestra es Suso33, que inici¨® su carrera art¨ªstica en Espa?a en los a?os ochenta, en gran parte, por culpa de Subway art. Por eso no oculta su entusiasmo: ¡°Su libro y su documental nos cambi¨® la vida a muchos artistas: nos mostr¨® una forma de vida totalmente nueva, que adoptamos como nuestra¡±.

El material de Chalfant tiene un enfoque antropol¨®gico: refleja el sesgo subversivo del grafiti, siempre a caballo entre lo prohibido y lo ef¨ªmero, dos conceptos que marcan el car¨¢cter del arte callejero y sus hacedores. ¡°Muchos han tenido ¨¦xito y han terminado exponiendo en museos, pero, aunque tenga un gran valor art¨ªstico, es otra cosa¡±, opina Chalfant.

La muestra resalta el lado furtivo del grafiti: incluye visitas nocturnas, en el que los visitantes solo ver¨¢n a la luz de sus linternas. Igual que cuando Chalfant se colaba, hace d¨¦cadas, en las cocheras de Nueva York.