Temporalidad p¨²blica
En Catalu?a, la proporci¨®n de personal temporal en el sector p¨²blico (25,3%) es superior a la del sector privado (20,9%)
Existe un raro consenso sobre los costes sociales que comporta el elevado nivel de temporalidad de nuestro mercado laboral, el m¨¢s enfermo de Europa junto al griego. La inestabilidad en el trabajo es la primera fuente de precariedad, eso nadie lo discute, y las administraciones se rasgan las vestiduras ante la incorrecta utilizaci¨®n de los contratos con fecha de caducidad. Sin embargo, cabe preguntarse sobre la sinceridad de su preocupaci¨®n y su real determinaci¨®n a la hora de combatir tal lacra si, al mismo tiempo, no se muestran capaces de dar ejemplo en campo propio, y m¨¢s a¨²n si su actuaci¨®n contribuye a agravar el problema.
En Catalu?a, la proporci¨®n de personal temporal en el sector p¨²blico es superior a la que arroja la del sector privado: mientras que hoy las empresas mantienen un 20,9% de efectivos con contratos de duraci¨®n determinada, en el caso del empleo p¨²blico el nivel de temporalidad se sit¨²a casi cinco puntos porcentuales por encima (25,3%). Son datos extra¨ªdos de la ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) correspondientes al segundo trimestre de 2018.
La necesidad de contenci¨®n del gasto p¨²blico es un argumento que vale a medias; muchos puestos estructurales se est¨¢n cubriendo con temporales
La temporalidad es un mal end¨¦mico de las administraciones en todos sus niveles. No es un problema exclusivamente catal¨¢n. Pero valga decir que la temporalidad en el sector p¨²blico en el conjunto de Espa?a (24,9%) es inferior a la catalana y, adem¨¢s, bastante inferior a la existente entre las empresas privadas (27,2%).
No es un motivo de sonrojo desconocido para la Generalitat. En junio de 2017, el Gobierno catal¨¢n pact¨® con los principales sindicatos un acuerdo en el que se compromet¨ªa a disminuir la proporci¨®n de temporalidad al 8% en el plazo de tres a?os. Fue un pacto cerrado pocos meses despu¨¦s del atado entre el Gobierno central y las centrales sindicales, que perseguir¨ªa alcanzar igualmente el nivel del 8% en 2020. No obstante, transcurrido un a?o desde aquel pacto, la temporalidad del sector p¨²blico catal¨¢n ha empeorado: el segundo trimestre de 2017, la tasa era del 20,5%, seg¨²n la EPA, y un a?o despu¨¦s, ha subido hasta el citado 25,3%.
Se podr¨¢ alegar que el a?o transcurrido es el m¨¢s excepcional y convulso desde la recuperaci¨®n de la democracia. Cualquiera se pone a pensar en reducir la precariedad. Y m¨¢s, en un contexto de austeridad en el que la convocatoria de nuevas plazas se hab¨ªa convertido en pecado mortal, en la medida en la que puede incrementar el gasto p¨²blico.
Pero con un poco de retrospectiva se constata que las razones para el sonrojo ya eran previas. Porque desde el inicio de la recuperaci¨®n (2013), el incremento en valores absolutos de empleados en situaci¨®n de temporalidad es del 52,8%. Y desde 2015, cuando se produjo la consolidaci¨®n de la recuperaci¨®n econ¨®mica, el incremento ha sido del 61,5%, pues en estos tres a?os el personal no fijo ha dado un salto de 40.000 personas, hasta situarse en los 106.100. La temporalidad es especialmente elevada en sectores como la ense?anza y la sanidad.
Tras el acuerdo de junio de 2017, el Govern anunci¨® la pr¨®xima convocatoria de oferta p¨²blica con 30.000 plazas, que seg¨²n los sindicatos CC OO y UGT son muy insuficientes para la reducci¨®n pretendida. Al menos, era un primer paso. En julio de 2018, el nuevo Govern volvi¨® a anunciar las mismas 30.000 plazas, cuya aprobaci¨®n est¨¢ por producirse y que se ir¨¢ concretando a lo largo de la legislatura. Los interinos pueden presentarse y cuentan con m¨¦ritos acumulados que computan. El hecho de que la media de edad en la administraci¨®n sea elevada apunta, adem¨¢s, la necesidad de reposici¨®n de al menos otro 10% de plazas en cuesti¨®n de un lustro.
La necesidad de contenci¨®n del gasto p¨²blico es un argumento que vale a medias, puesto que la existencia de una capa tan amplia de empleos inestables que no solo se mantiene constante, sino que va a m¨¢s, indica que muchos puestos estructurales se est¨¢n cubriendo con temporales, que no pueden mejorar su carrera en la administraci¨®n y que pueden ser desplazados por un funcionario. Ha habido casos de personal que se ha jubilado siendo a¨²n interino despu¨¦s de 20 a?os de trabajo.
La jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea (TJUE) refuerza la doctrina de que el empleo temporal tanto en el sector p¨²blico como en el privado no se puede emplear para puestos de trabajo permanentes.
Como dice el refr¨¢n, si el prior juega a los naipes, ?qu¨¦ har¨¢n los frailes?
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