El poderoso intermediario
Maci¨¤ Alavedra fue un hombre clave en la articulaci¨®n de un potente centroderecha catalanista hasta ver su carrera lastrada por la corrupci¨®n
La trayectoria de Maci¨¤ Alavedra expresa como pocas la ascensi¨®n y ca¨ªda del pujolismo. Formaba parte de un no muy numeroso grupo de familias catalanistas que hab¨ªan conocido el exilio despu¨¦s de la Guerra Civil y que, al final de la dictadura, se agruparon como liberales en torno al liderazgo de Ramon Trias Fargas. Con ¨¦l formaron Esquerra Democr¨¤tica de Catalunya, en paralelo a la creaci¨®n de Converg¨¨ncia Democr¨¤tica por Jordi Pujol. La competencia entre Trias y Pujol para dirigir el catalanismo centrista se decant¨® pronto a favor de Pujol y el partido de Trias se integr¨® en Converg¨¨ncia.
Macia Alavedra pas¨® a ser entonces uno de los principales dirigentes del cada vez m¨¢s potente polo del centroderecha catalanista. Alavedra disponia de unas credenciales de alta significaci¨®n en este universo. Era hijo de un poeta, Joan Alavedra, de quien Pau Casals hab¨ªa musicado el oratorio El Pessebre. Hab¨ªa pertenecido en su juventud al Front Nacional de Catalunya. Por su cercan¨ªa a Trias y su posicionamiento liberal, representaba una opci¨®n particularmente atractiva para los sectores empresariales. Diputado a Cortes en las primeras elecciones democr¨¢ticas, las de 1977, form¨® parte de la Comisi¨®n de los 20 parlamentarios que redact¨® el proyecto de Estatuto de Autonom¨ªa de 1979.
Cuando, en 1980, Converg¨¨ncia gan¨® las primeras elecciones al Parlament, Pujol le nombr¨® consejero de Gobernaci¨®n y pas¨® a ser uno de sus colaboradores m¨¢s estrechos. Despu¨¦s pas¨® a dirigir el Departamento de Industria y luego fue titular de Econom¨ªa. ?l fue uno de los negociadores del Pacto del Majestic de 1996 entre el PP de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Converg¨¨ncia.
Pero Alavedra disfrut¨® por poco tiempo de aquella fuerte posici¨®n. Un a?o despu¨¦s, salpicado por los graves esc¨¢ndalos que le vinculaban a figuras como al financiero Javier de la Rosa y al ex juez Pasqual Estevill, se vi¨® obligado a dimitir y a abandonar la pol¨ªtica. No lo hizo para descansar, sino para dedicarse a la actividad econ¨®mica como miembro de consejos de administraci¨®n de empresas como Autopistas de Catalunya, Abertis Log¨ªstica, entre otras.
Uno de los que hab¨ªan sido sus colaboradores en Gobernaci¨®n en los primeros a?os como consejero, Miquel Sellar¨¨s, acu?¨® en la d¨¦cada de 1990 la expresi¨®n sector de los negocios, para definir al grupo de los dirigentes de Converg¨¨ncia que se beneficiaban de su proximidad al poder convergente para llevar a cabo actividades econ¨®micas privadas. En ese sector estaba Alavedra como figura destacada, junto con el que durante muchos a?os fue secretario general de la Presidencia, Llu¨ªs Prenafeta, y algunos de los hijos del propio presidente Pujol.
Todo eso estall¨® en 2009, cuando en una operaci¨®n contra la corrupci¨®n urban¨ªstica el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garz¨®n orden¨® la detenci¨®n de Alavedra, Prenafeta , del alcalde de Santa Coloma de Gramanet, Bartomeu Mu?oz y del ex diputado socialista al Parlament, Luis Garc¨ªa Luigi. Lo que fue bautizado como Operaci¨®n Pretoria. Ingresaron en prisi¨®n, reconocieron sus responsabilidades y su colaboraci¨®n con la Justicia suaviz¨® las penas a que fueron condenados por delitos de tr¨¢fico de influencias y blanqueo de capitales. Alavedra fue condenado a m¨¢s de un a?o de c¨¢rcel y tambi¨¦n a pagar una multa de 3.2 millones de euros.
El poderoso pol¨ªtico que en su condici¨®n de hombre de la m¨¢xima confianza de Pujol hab¨ªa dirigido a principios de la d¨¦cada de 1980 el lanzamiento del cuerpo de los Mossos d¡¯Esquadra como polic¨ªa auton¨®mica, el que m¨¢s tarde hab¨ªa negociado con los gobierno del PSOE y del PP la ampliaci¨®n de la financiaci¨®n auton¨®mica y el que hab¨ªa actuado durante m¨¢s de una d¨¦cada como enlace entre su gobierno y las patronales y el empresariado catal¨¢n, cay¨® como comisionista de oscuras operaciones inmobiliarias urdidas a la sombra de complicidades entre pol¨ªticos y empresarios, en lo que result¨® ser una gran met¨¢fora de la ¨¦poca dorada del pujolismo.
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