El barrio m¨¢s ¡®cool¡¯ va de culo
Las revistas internacionales nos se?alan con el dedo y nos dicen que molamos
Vivo en el barrio m¨¢s cool del mundo y siento la mirada h¨²meda y la envidia terr¨¢quea de millones de enterados. Es que est¨¢ guay: en el barrio m¨¢s cool del mundo los vampiros ladrillescos tratan de chupar al metro cuadrado la mayor rentabilidad y los buitres amenazan de desahucio a las mujeres longevas, a los ancianos con met¨¢stasis. Creen los inversores m¨¢s audaces que las calles en las que yo vivo, las del barrio m¨¢s cool del mundo -este mismo que antes daba tanto miedo-, son una oportunidad de negocio y no un lugar donde construir la vida entre y para todos: as¨ª es el sistema, no lo han inventado ellos, dicen los predicadores del realismo capitalista.
En el buz¨®n meten unos papelitos donde me informan amable y obsesivamente de que se busca comprar piso en esta zona, porque ah¨ª, donde juegan los ni?os que hablan bengal¨ª, y mean los perritos, y toman el fresco las se?oras, ven los m¨¢s perspicaces brotar chorros exuberantes de billetes. Las revistas internacionales nos se?alan con el dedo y nos dicen que molamos, y nosotros, los vecinos m¨¢s cool del mundo, estamos muy orgullosos (aunque de tanto molar cada vez vamos quedando menos).
En el barrio m¨¢s cool del mundo los homeless se embuten en sus edredones mugrientos bajo las carteleras teatrales y las frases inspiracionales. Durante el d¨ªa toman caf¨¦ en el supermercado, con la mirada perdida a trav¨¦s del ventanal, como si llevasen a?os sin hablar con nadie. Y la plaza amanece entre las latas vac¨ªas y los charcos de pis en los que se convierten las fiestas y los cantos cuando el astro rey traiciona. Y regresan del pasado los celestes toxic¨®manos que duermen en los portales el sue?o de las amapolas.
A mis amigos les echan del barrio m¨¢s cool del mundo porque su cartera no est¨¢ lo suficiente llena mientras los estilosos turistas austroh¨²ngaros hacen cola para brunchear batidos org¨¢nicos y ensaladas francamente interesantes entre las paredes de ladrillo visto que van recubriendo la faz del planeta. En el barrio m¨¢s cool del mundo chapan los grasabares y expulsan a los sandwiches mixtos con huevo, a los aperitivos de paella, a los pinchos de tortilla, mientras brotan hoteles low cost y deslumbrantes hamburgueser¨ªas franquiciadas.
El barrio m¨¢s cool del mundo va de culo: pronto se va a pasar de cool y morir¨¢ de hipercoolismo, destruido y humeante como tantas otras ciudades contempor¨¢neas: escombros fluorescentes, p¨¢ramos de cart¨®n piedra, picadoras de precaria carne trabajadora, alcantarillas de los lib¨¦rrimos flujos de capital que brincan alegres sobre las fronteras.
No desesperen: en Lavapi¨¦s, el barrio m¨¢s cool del mundo, a¨²n queda mucho idealista; esos idealistas de ahora que persiguen sus sue?os en hom¨®nimas webs inmobiliarias.
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