Barcelona se reconcilia con sus r¨ªos
De cloacas a concurridos parques fluviales en sus desembocaduras, el Bes¨°s y el Llobregat siguen batallando por su recuperaci¨®n. Todav¨ªa quedan muchos retos pendientes por resolver
Si se lo cuentan hace 30 a?os, muchos no habr¨ªan cre¨ªdo que sus nietos acabar¨ªan remojando los pies en ¨¦l. Por aquel entonces, el Bes¨°s apestaba a su paso por Barcelona y la poca vida que sobreviv¨ªa entre sus aguas se ahogaba en una visible espuma t¨®xica. D¨¦cadas despu¨¦s, la imagen de decenas de ni?os cruzando de puntillas el r¨ªo el pasado 23 de septiembre durante las fiestas de la Merc¨¨, ilustra la historia de su reconciliaci¨®n con la ciudad. Al otro lado de la capital catalana, entre el aeropuerto y el Puerto de Barcelona, especies de p¨¢jaros como el tarro blanco vuelven a anidar en la desembocadura del Llobregat, el otro gran r¨ªo que desemboca en el ?rea Metropolitana de Barcelona, hoy reconvertido en ese tramo en un parque fluvial.
Empieza a quedar lejos ese r¨ªo Bes¨°s que la escritora Patricia Gabacho defini¨® como una ¡°criatura marginal, desvalida y castigada por la desidia¡±. Pedro Ramos, vecino de 66 a?os ¡°de toda la vida¡± de Sant Adri¨¤ del Bes¨°s, es testimonio hist¨®rico de su transformaci¨®n medioambiental. Ahora pasea a diario a las orillas del r¨ªo. Cuando era ni?o, ni se acercaba a un caudal ¡°lleno de huertos, descampados y vertederos de residuos abandonados con un fuerte olor¡±, recuerda. ¡°Y ahora estoy aqu¨ª, y veo el agua, que s¨¦ que no est¨¢ del todo bien, pero que al menos es transparente. Da gusto. Qui¨¦n lo dir¨ªa¡±. Con todo, la falta de agua en los caudales de ambos r¨ªos y la elevada salinidad del Llobregat siguen siendo una amenaza permanente, advierten los expertos.
Si en la Barcelona ol¨ªmpica la ciudad quiso por fin empezar a mirar al mar, ahora la conjura parece que es recuperar sus caudales. La historia de la reconciliaci¨®n con los dos principales r¨ªos que desembocan en el ?rea Metropolitana de Barcelona viene de lejos. La motivaci¨®n para intervenir a mediados de los ochenta el Bes¨°s ¡ªde 18 kil¨®metros y que se origina en Montmel¨® (el Vall¨¨s Oriental)¡ª y el Llobregat, el segundo caudal en el abastecimiento de agua a Barcelona despu¨¦s del Ter, de 175 kil¨®metros y que nace en la sierra del Cad¨ª, fue la calidad de sus aguas, enormemente contaminadas por la industria y la poblaci¨®n urbana.
Tres d¨¦cadas despu¨¦s, expertos y ecologistas consultados que conocieron y estudiaron ambos r¨ªos a mediados del pasado siglo coinciden, aunque con muchos matices, en su mejor¨ªa. La recuperaci¨®n de especies, el f¨¢cil acceso para los vecinos a sus caudales y la significativa mejora de la calidad de sus aguas son los resultados m¨¢s visibles. Con todo, ambos r¨ªos tienen, sobre todo en su tramo final, muchas asignaturas pendientes por resolver. ¡°Una cosa es hacer parques para que la gente pase¨¦ y vean cuatro p¨¢jaros y otra es decir que est¨¢n en buen estado¡±, resume Narc¨ªs Prat, catedr¨¢tico de Ecolog¨ªa de la Universitat de Barcelona (UB).
¡°Aunque no hay color, lo de antes era un suicidio¡±, dice Roger Lloret, qu¨ªmico y agr¨®nomo de 80 a?os que lleva m¨¢s de media vida estudiando los r¨ªos catalanes. ¡°El principal problema del Llobregat es su salinidad, originada principalmente por la miner¨ªa de potasa del Bages. Si bien es cierto que ha mejorado, todav¨ªa no se puede hablar de una recuperaci¨®n total¡±, apunta. ¡°Las nuevas generaciones est¨¢n pagando los desastres de las anteriores¡±, a?ade el tambi¨¦n miembro del Centro de Estudios del Baix Llobregat.
La regeneraci¨®n de especies es
uno de los mayores ¨¦xitos en la reconversi¨®n de ambos r¨ªos
La brecha de la contaminaci¨®n se ha reducido significativamente. Seg¨²n datos de la Agencia Catalana del Agua (ACA), la presencia de amonio en 1995 en el tramo del Bes¨°s a su paso por Santa Coloma de Gramenet era de 59,9 miligramos por litro (mg/l) en 1995. En 2017 los ¨²ltimos an¨¢lisis indican que esa cifra se ha rebajado a 19,3 mg/l. Durante este mismo periodo, en cloruro se ha pasado de 560 mg/l a 213 mg/l. Fue en la d¨¦cada de los noventa cuando se experiment¨®, explican desde la ACA, la mejora m¨¢s importante: de las cinco depuradoras activas en 1992 se han pasado a las 25 actuales en el Bes¨°s. En paralelo, el Llobregat se ha descontaminado pr¨¢cticamente al mismo ritmo. A su paso por Abrera, sus aguas han pasado de tener una concentraci¨®n de amonio de 1,2 mg/l en 1995 a 0,5 en 2017. En cloruro, de 329 mg/l a 208 mg/l en este mismo periodo. De ocho depuradoras en 1990 se ha pasado a las 80 actuales.
Acercar a la gente al r¨ªo
En los setenta, el desahuciado tramo final del Llobregat era una cloaca a cielo abierto, sin vida. Recuper¨® parte de sus valores naturales en 2008 gracias al plan de restauraci¨®n ambiental y paisaj¨ªstica que puso en marcha la Mancomunidad de Municipios del ?rea Metropolitana de Barcelona (AMB) en dos sectores del r¨ªo, de Martorell a Castellbisbal y de Sant Boi a El Prat. El objetivo era abrir la ribera a los ciudadanos de los 10 municipios por los que transcurre.
La brecha de la contaminaci¨®n se ha reducido significativamente.
El catedr¨¢tico Narc¨ªs Prat, sin embargo, explica que las minicentrales el¨¦ctricas situadas en el Cad¨ª que extraen el agua para producir energ¨ªa merman significativamente el caudal del Llobregat de principio a fin. En su tramo final, Prat coincide con Lloret en que la salinidad tambi¨¦n es el principal problema. ¡°As¨ª es muy dif¨ªcil que los peces sobrevivan¡±, a?ade. Como soluci¨®n se construyeron en el delta de Llobregat pozos para infiltrar agua de la depuradora en ellos, y as¨ª recargar el acu¨ªfero superficial con agua dulce que mantuviera a raya el agua salada. ¡°Con la crisis, la falta de presupuesto paraliz¨® la infiltraci¨®n del agua. Actualmente existe la infraestructura necesaria para evitar la salinidad, pero no los recursos econ¨®micos para hacerla efectiva. Quedan muchas cosas por hacer¡±, explica F. Xavier Sataeufemia, t¨¦cnico de preservaci¨®n de la biodiversidad del Consorcio del Delta de Llobregat.
¡°Sin tener un agua realmente limpia, este tramo del r¨ªo Llobregat tiene una buena poblaci¨®n de peces e incluso se film¨® una nutria en 2014. Por otro lado, la poblaci¨®n ya no vive de espaldas al r¨ªo. Hoy es una zona muy utilizada por paseantes, ciclistas y deportistas¡±, a?ade Sataeufemia.
En paralelo, una millonaria inversi¨®n de 40 millones de euros, un 80% asumidos por la Uni¨®n Europea, se materializ¨® con la inauguraci¨®n en 2004 del ¨²ltimo tramo del Parque Fluvial del r¨ªo Bes¨°s, gestionado por la Diputaci¨®n de Barcelona. Antes, te tapabas la nariz por el fuerte olor. Ahora, la gente practica ejercicio, pasea con los perros o incluso observa p¨¢jaros. La imagen se ve a diario a lo largo de sus ¨²ltimos nueve kil¨®metros, desde la confluencia con el r¨ªo Ripoll hasta su desembocadura. Con una superficie total de 115 hect¨¢reas, el parque se ha consolidado como uno de los espacios verdes m¨¢s importantes de Barcelona.
¡°Ahora bien, hay aspectos que son criticables. Se ha optado por crear un ecosistema de r¨ªo artificial. Se apost¨® por una obra de cemento, con c¨¦sped, donde las aves no tienen donde nidificar. Es una pena, porque el r¨ªo tiene un potencial brutal¡±, explica Quim P¨¦rez, de Ecologistas en Acci¨®n. ¡°La evoluci¨®n durante las ¨²ltimas d¨¦cadas ha sido correcta, pero tendr¨ªamos que haber ido m¨¢s r¨¢pido¡±, explica el ge¨®grafo Josep Gordi. ¡°Se han levantado muros, el espacio se ha artificializado. Nos queda por delante el reto paisaj¨ªstico de recuperar su naturalidad¡±, a?ade.
La falta de agua y la elevada salinidad siguen siendo una amenaza permanente
Como en el Llobregat, el mayor ¨¦xito del Bes¨°s est¨¢ en la recuperaci¨®n de la fauna. Desde la puesta en marcha del parque fluvial en 2000 se han observado alrededor de 250 especies de p¨¢jaros, 12 mam¨ªferos, ocho reptiles, cuatro anfibios y ocho de peces. ¡°Todo, pese a su reducida amplitud y la artificialidad¡±, explica Xavier Larrui, bi¨®logo especializado en este r¨ªo y que colabora con el Consorcio del Bes¨°s y la Generalitat. ¡°Es un oasis en medio del litoral urbanizado barcelon¨¦s. Pero la exitosa reconversi¨®n ha incrementado la afluencia de visitantes y ahora corremos el peligro de morir de ¨¦xito¡±, a?ade.
Una opini¨®n que comparte la gerente del Consorcio del Bes¨°s, Carme Ribas. ¡°El mayor reto ahora es hacer compatible el espacio para todos los gustos: desde los m¨¢s naturalistas que ven el r¨ªo demasiado artificial a los vecinos que quieren un parque para pasear¡±. La bi¨®loga del consorcio, Bego?a Bellette, todav¨ªa recuerda cuando era adolescente y se preguntaba ¡°a ver de qu¨¦ color pasa hoy el Bes¨°s¡±. ¡°Hoy el agua es transparente, aunque tiene que quedar muy claro que no es apta para el ba?o¡±, dice Bellette, quien a?ade: ¡°No olvidemos que hace d¨¦cadas hab¨ªa gente que incluso ped¨ªa que lo taparan para no verlo m¨¢s. Era una cloaca. Hoy, sin embargo, es un r¨ªo apreciad¨ªsimo¡±.
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